Nada se compara a Él. Y porque has sido unido a Él, tienes esperanza incluso cuando estás confundido, incluso cuando eres débil tienes esperanza porque Él es Grandioso.

Tal vez estás frustrado y, quizás, desanimado, preguntándote de qué se trata tu vida porque estás bebiendo de un pozo que no tiene agua en él. Estás comiendo pan que nunca te saciará.

¿Acaso no es maravilloso que quien está sentado en el trono del universo es un Dios que es mi defensa, que es mi provisión, que es mi protección?

Estamos en necesidad de no sólo gracia perdonadora, gracia adoptiva y gracia reconciliadora; estamos en profunda necesidad de gracia transformadora.

¿Qué podría ser más importante en toda la vida que la formación de un alma humana, que ser la herramienta de Dios para la formación del corazón de un ser humano real, verdadero, vivo y que respira? Eso es la crianza.

El mal no ganará; el mal no es definitivo; la injusticia no durará para siempre porque Dios es bueno; Dios es sabio; Dios es santo y Él derrotará a la injusticia.

Puedes ir a Dios en oración con confianza, no por tu justicia, no por tu historial, no porque merezcas algo de lo que te da, sino por su gloria, sus promesas y su voluntad.

Nunca entenderás apropiadamente la bondad, la gracia, la presencia y las promesas de Dios al comparar lo que tú tienes con lo que otros tienen.

Decide contar tus bendiciones; busca la presencia de Dios, la gracia de Dios, la bendición de Dios, la ayuda de Dios, la provisión de Dios, la protección de Dios en tu vida.

Habrá un día en el que no tendremos más sed porque estaremos en su presencia por siempre. Y estaremos satisfechos.

Esperar en Dios no se trata de lo que obtienes al final de la espera; esperar en Dios es en lo que te conviertes mientras esperas. 

El Salmo 53 tiene el propósito de confrontarnos a todos nosotros. Todos olvidamos a Dios. Todos tenemos momentos donde ignoramos su existencia.

El pecado es un asunto del corazón. No es un asunto de mi historia pasada ni de mi familia ni de mi ubicación ni de mi situación. Mi más grande problema reside dentro de mí, no fuera de mí.

Es el nombre de Jesús el que será recordado para siempre. Dentro de mil millones de años en la eternidad, todavía estaremos cantando canciones de adoración a Jesús: ¡alucinante!

¿Te confrontas a ti mismo? ¿O confías en ti sin importar qué? ¿Eres tu mayor fan? ¿Aplaudes todo lo que piensas? ¿Todo lo que haces? ¿Eres defensivo cuando alguien cuestiona lo que dices o lo que haces?

La fe bíblica nunca te pedirá que niegues la realidad, pero si meditas en las realidades oscuras a tu alrededor, te hundirás.