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035. Salmo 82: un clamor por la justicia de Dios

Paul David Tripp _ 27 de Junio, 2025

TRANSCRIPCIÓN

Ahora piensa en esto: ¿acaso no es maravilloso que quien está sentado en el trono del universo es un Dios que es mi defensa, que es mi provisión, que es mi protección? 

El Salmo 82 vuelve al tema de la justicia de Dios. Y, si consideramos que en el Salmo 80 escuchamos a Dios hablar y prometer su justicia, el Salmo 82 es un clamor para que venga la justicia de Dios. Y en ese clamor está la ingeniosa definición de lo que en realidad es la justicia. Permíteme leértelo:

Dios ocupa su lugar en su congregación;
Él juzga en medio de los jueces.
 ¿Hasta cuándo juzgarán ustedes injustamente
Y favorecerán a los impíos? 
 Defiendan al débil y al huérfano;
Hagan justicia al afligido y al menesteroso.
 Rescaten al débil y al necesitado;
Líbrenlos de la mano de los impíos.

Ahora bien, hay un contraste aquí entre los injustos jueces humanos a quienes no les importan los débiles, a quienes no les importan los que son huérfanos de padres, a quienes no les importan los necesitados, a quienes sólo se cuidan a sí mismos, y la perfecta y compasiva justicia del Señor. Y existen tres categorías de personas que necesitan esta justicia.

Primero, los débiles son aquellos que son incapaces de defenderse a sí mismos, a su propia causa. Los necesitados son aquellos que no pueden proveer para sí mismos. Y los huérfanos son aquellos que no tienen protección parental.

Y por lo tanto, piensa sobre esto. Los débiles necesitan defensa, los necesitados necesitan provisión y los huérfanos necesitan protección. Y en esas tres palabras, obtienes una definición de lo que hace la justicia: la justicia defiende, la justicia provee y la justicia protege.

Ahora piensa en esto: ¿acaso no es maravilloso que quien está sentado en el trono del universo es un Dios que es mi defensa, que es mi provisión, que es mi protección? Y puedo correr a Él, sabiendo que le preocupa mi causa. Él se preocupa por mi debilidad. A Él le importa mi necesidad. Él se preocupa de mi soledad y mi marginación. ¡A Él le importa, a Él le importa, a Él le importa!

El Salmo 82 se mueve entre este lamento del quebranto de la justicia humana y la confianza en la justicia del Señor. Dios, en su soberano poder y gloria, es el único que puede garantizar mi defensa. Él es el único que puede garantizar mi provisión. Él es el único que puede garantizar mi protección.

Pero pienso que existen un par de lugares a los que tenemos que ir con esto. Si entiendes la justicia de Dios, entonces entiendes por qué Jesús tuvo que venir. Porque Dios, en justicia, va a corregir los males del pecado —la manera en la que el pecado nos debilita, nos hace necesitados y huérfanos—. Y Jesús murió para que podamos ser adoptados en la familia suprema y tengamos el cuidado paternal del gran y supremo Juez perfecto. Un clamor por justicia es un clamor por Jesús. 

Pero existe otro lugar adónde este Salmo nos lleva. Si Dios cuida de los débiles, si Dios cuida a los necesitados, si Dios cuida a los huérfanos, ¿no deberíamos hacerlo nosotros también? Quizás necesitamos entender que Dios, aquí mismo, ahora, hace su justicia invisible visible al enviar personas de justicia para llevar justicia a quienes necesitan justicia. ¿Dónde están los débiles en tu vida? ¿Dónde están los necesitados en tu vida? ¿Dónde están los huérfanos? ¿Estás dispuesto a ser la herramienta de la justicia de Dios?


Preguntas para reflexión personal o discusión en grupo

  1. Mientras te tomas un momento para reflexionar en tu vida, ¿en qué áreas dirías que eres débil, necesitado y/o huérfano? ¿De qué manera has sido incapaz de defenderte a ti mismo? ¿De qué maneras no has podido proveer para ti mismo? ¿En qué áreas te has sentido vulnerable sin protección? ¿Alguna vez has considerado ser una persona que necesita la justicia perfecta y compasiva del Señor? ¿Por qué sí o por qué no?
  2. ¿De qué maneras has sentido la libertad de correr al Señor, sabiendo que Él se preocupa por tu causa, por tu debilidad, por tu necesidad y tu marginación? ¿Qué ha evitado que corras a Dios en el pasado? ¿Qué te impide que corras a Él ahora? A medida que piensas sobre tu futuro, ¿qué podría potencialmente interponerse en tu camino de correr a Él en tu momento de necesidad, debilidad, soledad o deseo por ayuda?
  3. Mientras piensas en la defensa, en la provisión y en la protección de Dios, ¿por qué es tan importante su garantía de esas cosas? En otras palabras, ¿qué hace que la garantía de Dios sea tan significativa? ¿Cómo podemos confiar en esa garantía? ¿Por qué un clamor por justicia esencialmente es un clamor por Jesús?
  4. ¿Cómo puedes ser una representación física de la defensa, de la provisión y de la protección de Dios en este mundo? ¿Adónde podría estar llamándote Dios a ser esa representación visible de Él en tu círculo de influencia? Toma un momento ahora y ora. Pídele a Dios que te ayude a ver dónde puedes cuidar de los débiles, de los necesitados y de los huérfanos. Y si actualmente tienes dudas sobre ello, pídele a Dios que te ayude a estar dispuesto a ser su herramienta de justicia donde sea que te haya puesto.

Preguntas para conversar con niños

Para niños pequeños:

  • ¿Puedes recordar un momento en el que hayas sido tratado injustamente en el pasado… quizás mientras hayas estado jugando con alguien o en la escuela o en un juego, etc.? ¿Cómo te sentiste cuando te trataron de manera injusta? ¿Deseaste que alguien más (como un adulto) hubiera estado ahí para intervenir y defenderte cuando sucedió?
  • Cuando somos incapaces de cuidarnos, de defendernos o de protegernos a nosotros mismos, ¿qué crees que necesitamos en esos momentos difíciles? ¿Crees que los adultos también se encuentran a sí mismos en necesidad de defensa, cuidado o protección? ¿Quién crees que puede ayudarlos en esos momentos?
  • ¿Cómo crees que Dios nos provee cuando estamos en necesidad (si eres un niño o un adulto)? ¿Cuál es la mejor y más grande manera en la que Él ha provisto para nosotros? ¿Por qué estar en necesidad de Dios es algo bueno y no algo malo?
  • Si Dios provee para nosotros, ¿de qué manera podemos bendecir a otros a nuestro alrededor de una manera que muestre su amor y cuidado por ellos también?

Para niños más grandes:

  • Piensa en un momento cuando un amigo, un profesor, un miembro de la familia o incluso yo te tratamos injustamente. ¿Cuáles son algunos de tus pensamientos y sentimientos cuando eso ocurrió? ¿Alguna vez sentiste que querías que alguien te defendiera en esa situación cuando no podías defenderte a ti mismo?
  • ¿Algunas veces piensas que soy una persona que necesita que alguien me defienda cuando no me están tratando justamente en este mundo? ¿Por qué sí o por qué no?
  • ¿Cuáles son algunas maneras tangibles en las que Dios provee para nosotros cuando estamos en necesidad? Finalmente, ¿cuál es la manera más grande en la que Dios ha provisto para nosotros en nuestra necesidad? Culturalmente, ¿por qué crees que estar en necesidad a menudo es visto como algo malo? Espiritualmente hablando, ¿por qué estar en necesidad es algo bueno y no algo malo?
  • Si Dios provee para nosotros, ¿cómo podemos bendecir a otras personas a nuestro alrededor de una manera que muestre su amor y cuidado por ellos también? ¿Cómo nuestro cuidado por otros en este mundo puede ser una representación física de Jesús a ellos? Juntos, hagamos una lluvia de ideas de algunas maneras en las que podemos hacer eso para otros e ideemos un plan para cuidar de aquellos que vemos que están en necesidad.
Publicado originalmente en Paul Tripp Ministries.
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Paul David Tripp

El Dr. Paul David Tripp es pastor, conferencista internacional y autor de libros éxito de ventas y ganadores de premios. Es el director de Paul Tripp Ministries. Con más de 30 libros y series en video, la pasión que mueve a Paul es conectar el poder transformador de Jesucristo a la vida cotidiana.  
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