037. Salmo 86: nadie como Tú
TRANSCRIPCIÓN
El salmista dice aquí: «corro a Ti porque, francamente, simplemente no hay nadie como Tú. Nadie es grande como Tú. Nadie es misericordioso como Tú. Nadie es amoroso como Tú. ¡Eres el Gran incomparable!».
Bueno, el gran, y ahora fallecido músico, Prince, escribió una famosa e inquietantemente hermosa canción, que Sinéad O’Connor la convirtió en un gran hit llamado, Nothing Compares 2 U [Nada se compara a ti]. Ese debería ser el título para el Salmo 86, porque el Salmo 86 se trata de la incomparable e infinita grandeza de Dios ante la cual, literalmente, no existe nada en el cielo, no existe nada en la tierra que pueda siquiera acercarse a compararse con el majestuoso esplendor, la gloriosa gloria, la perfecta santidad, el ilimitado amor, la inagotable sabiduría y la inextinguible gracia del Señor. No hay nada como el Señor.
Permíteme leer una porción más larga de lo que normalmente leo en estos estudios.
Inclina, oh Señor, tu oído y respóndeme,
Porque estoy afligido y necesitado.
Guarda mi alma, pues soy piadoso;
Tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confía.
Ten piedad de mí, oh Señor,
Porque a ti clamo todo el día.
Alegra el alma de tu siervo,
Porque a ti, oh Señor, elevo mi alma.
Pues Tú, Señor, eres bueno y perdonador,
Abundante en misericordia para con todos los que te invocan.
Escucha, oh Señor, mi oración,
Y atiende a la voz de mis súplicas.
En el día de la angustia te invocaré,
Porque Tú me responderás.No hay nadie como Tú entre los dioses, oh Señor,
Ni hay obras como las tuyas.
Todas las naciones que Tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor,
Y glorificarán tu nombre.
Porque Tú eres grande y haces maravillas;
Solo Tú eres Dios.
Enséñame, oh Señor, tu camino;
Andaré en tu verdad;
Unifica mi corazón para que tema tu nombre.
Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre.
Porque grande es tu misericordia para conmigo,
Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
El salmista dice aquí: «corro a Ti porque, francamente, simplemente no hay nadie como Tú. Nadie es grande como Tú. Nadie es misericordioso como Tú. Nadie es amoroso como Tú. Nadie puede hacer lo que Tú puedes hacer. ¡Eres el Gran incomparable!».
No existe nadie que pueda satisfacer cada una de tus necesidades. No existe nadie que pueda resolver tu más grande problema. No existe nadie que pueda sanar tus heridas ni devolverte tus fuerzas. No existe nadie cuyos mandamientos sean siempre correctos y los mejores para ti. No existe nadie que nunca te quite los ojos de encima. No existe nadie que pueda llevar contigo, por ti, tu carga más pesada. No existe nadie que haga todas estas cosas todo el tiempo y que nunca falle, sino el Señor.
Y el salmista dice al final: «[…] unifica mi corazón para que tema tu nombre». No quiere decir terror; eso te alejaría de Dios. Se refiere al asombro que haría que corrieras a Él, a que pongas tu confianza en Él, a que rindas tu vida a su voluntad.
¿La gloria de Dios provoca que quieras unir tu corazón a Él, que pongas tu confianza en Él, que creas que su voluntad por ti es siempre correcta todo el tiempo, que nadie puede hacer por ti, en ti, y por medio de ti, lo que Él es capaz de hacer?
Cuando leo el Salmo 86, como que tengo ese tono en mi mente que dice: nothing compares to you. Por gracia, has sido unido al Grandioso. Nada se compara a Él. Y porque has sido unido a Él, tienes esperanza incluso cuando estás confundido, incluso cuando eres débil tienes esperanza porque Él es Grandioso.
Preguntas para reflexión personal o discusión en grupo
- ¿Dónde has sido tentado a ir en tu necesidad en lugar de correr a Dios? Aparte de Él, ¿adónde has ido a resolver tus problemas? ¿Sanar tus heridas? ¿Entregar tus cargas? ¿Cumplir tus deseos? ¿De qué maneras esos otros lugares te han dejado frustrado y finalmente insatisfecho?
- ¿Por qué Dios es totalmente único en comparación con cualquier otra cosa en este universo? ¿Cómo te hace sentir saber que puedes correr a este único Dios en cualquier y toda situación?
- ¿De qué manera tu vida ha carecido de asombro ante Dios? ¿De qué maneras estar en asombro de Dios puede hacerte correr a Él? ¿Poner tu confianza en Él? ¿Rendir tu vida a su voluntad?
- Toma un tiempo para meditar en la gloria de Dios y pídele que te ayude a anhelarlo a Él. Pídele que te dé un deseo por unir tu corazón a Él, poner tu confianza en Él, creer que su voluntad para ti siempre es correcta y confiar en que Él puede obrar en y por medio de ti para transformarte más y más a la imagen de su Hijo.
Preguntas para conversar con niños
Para niños pequeños:
- ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Qué es lo que más te emociona cada día? ¿Qué es lo que más esperas para esta semana? ¿Este mes? ¿Este año? Ahora, ¿por qué la Biblia diría que Dios es mejor que todas esas cosas que acabas de mencionar? ¿De qué manera puede Dios ser mejor que las cosas que acabas de decir?
- ¿Adónde crees que tú y yo tenemos el hábito de correr a fin de encontrar esperanza cada día? ¿Cómo podemos cambiar nuestra manera de pensar y sentir para encontrar esperanza en Dios en lugar de en esas otras cosas? Hagamos una pausa y oremos ahora mismo; pidámosle a Dios que nos ayude a correr a Él para encontrar esperanza y satisfacción cuando seamos tentados a ir a otro lugar.
Para niños más grandes:
- ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Qué te emociona más cada día? ¿Qué es lo que más esperas para esta semana? ¿Este mes? ¿Este año? Ahora, ¿por qué la Biblia diría que Dios es mejor que todas esas cosas que acabas de mencionar? ¿De qué manera Dios puede ser mejor que las cosas que acabas de decir? ¿Crees que es sólo una exageración o crees que es realmente cierto que Dios es mejor? ¿Por qué crees que es tan difícil para nosotros vivir como si Dios fuera mejor que esas otras cosas buenas que enumeraste?
- ¿De qué manera podemos rendirnos cuentas mutuamente de creer y vivir de una manera que trate a Dios como si fuera realmente mejor que cualquier cosa buena que podríamos imaginar en este mundo? ¿Por qué Jesús es Aquel que hace posible para nosotros experimentar la «superioridad» de Dios?
Publicado originalmente en Paul Tripp Ministries.