«¿Mi hijo irá al cielo?». El padre articuló las palabras con dificultad a medida que hablaba sobre su hijo con discapacidad intelectual grave. El niño apenas podía comunicar sus necesidades básicas y no tenía la capacidad para articular una comprensión del Evangelio.
¿Qué le dirías a este padre? ¿O a los padres que han experimentado la muerte de un bebé?
La sección 8 de la Confesión de fe de Desiring God señala por qué afirmo que la gracia de Dios cubre a los bebés que fallecen y a las personas con discapacidades intelectuales profundas y graves. La sección 8.4 concluye con esta oración:
No creemos que haya salvación a través de algún otro medio que al recibir el Evangelio por el poder del Espíritu Santo, excepto los niños y las personas con discapacidades intelectuales graves, que tienen mentes físicamente incapaces de comprender el Evangelio, podrían ser salvados.
Fíjense que esta oración no está basada en la idea de que los bebés o quienes tienen discapacidades intelectuales profundas sean inocentes o que de una u otra forma tengan el mérito del perdón en sí mismos. La Biblia es clara al decir que toda la humanidad ha sido manchada por el pecado (Ro 6:23) y sufrirá las consecuencias del pecado, a menos que sean salvados por medio de la gracia inmerecida de Jesucristo (Ro 6:23). Por lo tanto, ¿cuál es la base para esta afirmación? ¿Estamos permitiendo que el sentimiento nos guíe en lugar de la Escritura?
¿Quién no tiene excusa?
Al igual que nuestro objetivo en la Confesión de fe completa, la oración fluye de la Palabra de Dios, y especialmente de las palabras de Pablo en Romanos 1:19-20:
Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa.
¿Qué es lo que deja a los seres humanos sin una excusa ante Dios? Según Pablo, la capacidad de percibir los atributos invisibles en la creación. Como explica John Piper:
Podría parecer que el género humano tendría una excusa si no hubiera visto claramente en la naturaleza cómo es Dios. Y, por lo tanto, como no creo que los bebés pequeños puedan procesar la naturaleza y concluir cosas sobre la gracia, la gloria y la justicia de Dios, pareciera que caen en la categoría de tener una excusa todavía […]. Dios no los condenará porque quiere manifestar su gloria abierta y públicamente, y no condena a aquellos que no tienen las capacidades mentales para poner su fe en Él.
Podríamos considerar otros pasajes junto a Romanos 1. Eclesiastés y Job, por ejemplo, parecieran sugerir que un niño que falleció antes de nacer entra en estado de descanso, no de perdición, cuando dejan este mundo (Ec 6:3-6; Job 3:11-19). Sin embargo, Romanos 1 establece un fundamento suficientemente firme, de la Escritura en lugar del sentimiento, de que la gracia de Dios cubre a aquellos que nunca ocultaron la verdad de su revelación (Ro 1:18), porque no pudieron percibirla.
Consuelo para los cuidadores
Si conoces a alguien que ha perdido a un hijo pequeño, Nancy Guthrie, quien perdió dos niños pequeños, ofrece palabras sabias y cuidadosas mientras sirves a familias en duelo. John Piper también ofrece maneras útiles de pensar y hablar sobre la muerte de un bebé en su meditación para el funeral de Owen y sus comentarios sobre la muerte de su nieta. Particularmente, recomiendo estos recursos a los pastores, que en cierto punto, aconsejarán a padres en esas circunstancias.
Sin embargo, ¿dónde quedamos aquellos que cuidamos a adultos con discapacidades intelectuales profundas o graves? Mi hijo de 26 años, Paul, funciona en un nivel de desarrollo cercano a un niño de 15 meses. Él necesita ayuda para todas sus necesidades básicas de la vida; él es completamente vulnerable y dependiente de otros. Es costoso en todos los sentidos imaginables: económica, relacional, emocional, espiritual y físicamente.
¿Es mi única esperanza y consuelo que algún día él será cubierto por la gracia de Dios a medida que entra a su descanso? ¿Sólo estoy soportando hasta que él (o yo) muera y entre en este descanso?
Limitado pero libre
Primero, si eso fuera cierto, sería suficiente. Dios lo creó en el vientre de su madre como a cualquier otro ser humano (Sal 139:13), y Dios no siente ninguna vergüenza de haberlo creado intencionalmente con discapacidad (Ex 4:11). La promesa de Dios de suplir cada necesidad de él y mía está anclada en Jesús (Fil 4:19).
Pero hay más. Aunque su dependencia se considera perjudicial en la mayoría de las culturas del mundo, él aborda la vida como Dios nos instruye vivir a todos nosotros:
- No tiene ansiedad sobre lo que comerá o vestirá (Mt 6:25-32).
- No se preocupa por el mañana ni vive con remordimientos de su pasado (Mt 6:34).
- Perdona rápida y completamente; nunca ha guardado rencor (Mt 6:14-15).
- No muestra parcialidad respecto a etnia, educación o riqueza (Stg 2:1-7).
- No siente ninguna vergüenza por su dependencia (2Co 12:9-10).
Francamente, él vive con más libertad en sus limitaciones que cualquier adulto «normal» que conozca. Y si Dios dispuso que su vida fuera sólo un ejemplo para la iglesia, eso sería suficiente. Pero hay más.
Débil pero indispensable
Pablo enseña claramente sobre el poder de Dios a través de la debilidad, quizás el mejor resumen está en 1 Corintios 12:22: «los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios». Como señala Piper:
Pablo dice que «parecen» ser más débiles. Deja abierto si es que lo son o no. Podrían no serlo. Pero parecen estar en un lado o en el otro. Y dice que si te parecen ser más débiles, son, sin embargo, necesarios. No opcionales, sino que necesarios. No meramente útiles, sino que necesarios. No tal vez una parte indispensable del cuerpo, sino que una parte necesariamente indispensable del cuerpo.
Mi hijo es más débil en todo sentido (es algo que se puede ver). No obstante, ¿qué pasa con la obra del Espíritu Santo en su vida? El Espíritu Santo no está limitado por nada, ni siquiera por tu propio pecado y desobediencia. Hubo un tiempo en el que «estaban muertos en sus delitos y pecados, en los cuales anduvieron» (Ef 2:1-2) y nunca pudieron agradar a Dios (Ro 8:8). ¡Alabado sea Dios, «por gracia ustedes han sido salvados» (Ef 2:5), si abrazas a Cristo como Salvador, Rey y Tesoro! Es la misma gracia que cubre a bebés y a aquellos que viven con discapacidades intelectuales graves.
Frágil pero sin miedo
Dios, a través de David, nos cuenta una manera en que el Espíritu Santo usa a los niños, o a cualquiera que viva con la capacidad intelectual de un niño, para su gloria:
Por boca de los infantes y de los niños de pecho has establecido tu fortaleza, por causa de tus adversarios (Salmo 8:2).
Los bebés y los niños, y frecuentemente mi hijo, hacen ruidos que no tienen sentido. Sin embargo, por medio de ellos, Dios establece una fortaleza que ahuyenta a Satanás. He leído libros y tesis de doctorados sobre la Palabra de Dios que no pueden hacer eso y un par que incluso sirven a la obra de Satanás en el mundo. Al estar frente a Jesús, ¿quién preferirías ser: el balbuceador que fue usado por el Espíritu Santo para proteger a una familia o a una iglesia de Satanás, o los genios de esta era que «profesando ser sabios, se volvieron necios» (Ro 1:22)?
Mi hijo podría sólo tener lenguaje funcional limitado, pero no teme usarlo para la gloria de Dios. He conocido otros adultos con discapacidades intelectuales graves que se comportan de la misma manera.
Cuando mi Paul se estaba bajando del bus escolar muchos años atrás, el ayudante del bus me contó: «¡estalló un avivamiento en la clase de Terapia Musical de hoy!». Paul había comenzado a cantar espontáneamente Sublime gracia en su entorno escolar público completamente secular, y nadie lo detuvo ni lo disciplinó. Quizás algún día Jesús nos contará sobre el alma humana que salvó por medio de la canción de Paul.
Por tanto, no sientas lástima por él, o por mí como su padre, sino que ora para que Dios te permita ser así de libre.
Lo más grandioso del mundo
Lo más grandioso del mundo es ser salvo. Con base en la Palabra de Dios, podemos estar confiados en que la gracia de Dios cubre a bebés que mueren y a quienes viven por décadas con una discapacidad intelectual grave.
Sin embargo, como D. A. Carson señaló una vez, no seas «pastoralmente insensible y teológicamente estúpido» con las familias que sufren por la muerte de un niño o porque viven en una cultura hostil respecto a las discapacidades intelectuales1. Al contrario, acepta tu propia dependencia a Dios, aprende y confía en la Palabra de Dios para nosotros, ora por sabiduría, y luego abraza con amor y cuida a las familias en estas circunstancias, para la gloria de Dios, la salud de la iglesia y tu propio gozo.
John Knight © 2022 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso.

