Título original en inglés: “Six Things to Know about Anger”
Este artículo es parte de una serie para pastores sobre problemas que todos enfrentamos. Los otros problemas que se abordan aquí son el sufrimiento y el dolor de la vida, la culpa, la adicción, el temor y la vergüenza. Todo cristiano debe tener cada vez más sabiduría en cuanto a ellos.
Vi un acto homicida el otro día. Un auto se rehusó a doblar a la derecha con luz roja y el conductor del auto que le seguía en la fila se enojó. Su enojo comenzó con un corto bocinazo; luego, escaló a dejarse caer sobre la bocina; después, gritó palabrotas; hizo amenazas; pisó el acelerador; viró bruscamente rodeando el auto frente a él; casi chocó a otros dos autos y, sin duda, habría sacado un revólver si lo hubiese tenido a mano.
Me quedé pensando en su familia. Un retraso de quince segundos en una luz roja fue suficiente para incitar su furia. ¿Qué pasaría si la cena no estaba en la mesa o los niños estuvieran haciendo un poco de ruido o no obtuviera la respuesta deseada cuando habló sobre el completo tonto que destruyó su día entero?
El problema de este hombre con el enojo era obvio, pero nosotros no somos diferentes. Todos experimentamos enojo; está en todos. Por eso, no solo queremos llegar a ser expertos en desarmar a personas enojadas, sino que también a estar alerta respecto a nuestros propios corazones. Para comenzar, comparto seis cosas que la Escritura nos dice sobre el enojo.
1. El enojo es pecaminoso
Podemos estar justamente enojados, pero ya que identificamos como justa una pequeña fracción de nuestro enojo, necesitamos redondear las cifras. En otras palabras, no debemos tolerar nuestro propio enojo. Una vez que comenzamos a enfocarnos en las excepciones, identificaremos todo nuestro enojo como una excepción. Por tanto, podemos dejar esos matices para más adelante (El libro de David Powlison Good and Angry [Bueno y enojado] dice más sobre esto).
2. Las personas enojadas están ciegas a su enojo
Esto es aterrador: las personas enojadas son las últimas en saber que lo están. Están ciegos, como lo están aquellos que odian (1Jn 2:11). De lo que las personas enojadas sí están seguras es de que el problema radica en el objeto de su enojo, no en sí mismos. La regla general para las personas enojadas es que mientras más extremo es su enojo, más confiadas están de tener la razón y más inconscientes están tanto de las raíces pecaminosas de su enojo como de la disposición destructiva de él. Esto hace que el arrepentimiento y el cambio sean eventos poco comunes (si ni siquiera ves tu propio enojo y estás convencido de que estás en lo correcto, ¿cómo puedes cambiar?).
3. El enojo tiene muchas caras
Ya que la ceguera siempre está lista para apoderarse de nosotros, debemos estar alerta a los disfraces del enojo. En el Sermón del Monte, Jesús se enfoca en nuestra tendencia a reconfigurar la ley para que condene a otros, pero nos absuelva a nosotros. En respuesta a ello, debemos volver a las proporciones originales de la ley y ser condenados (Mt 5:21-22). Esto significa que el refunfuño y la queja diaria, el silencio hirviente o cualquier versión de darle la espalda a alguien en juicio, forman parte de la lista del enojo junto a las versiones más obvias y peligrosas.
4. El enojo es una asociación con el diablo
El enojo está específicamente conectado a Satanás. Es un contrato demoníaco que Satanás usa para esclavizar y perpetuar su dominio. Nota cómo las posturas defensivas y acusadoras del enojo son los primeros frutos de nuestras simpatías satánicas en el Jardín. Más adelante, Santiago identifica nuestro enojo como diabólico (Stg 3:15) y el apóstol Pablo está de acuerdo, pues dice que entrega una «oportunidad al diablo» (Ef 4:27). Esto nos ayuda a disipar la mentira de que nuestro enojo es una parte aceptable de la vida diaria y sin duda clarifica que no se debe jugar con él.
5. Jesús nunca estuvo enojado por ofensas personales
Observa a Jesús mientras los líderes religiosos lo tentaban e insultaban. Él no respondió con enojo. Aunque Él, ciertamente, sí se enojó en varias ocasiones, ese enojo siempre tuvo que ver con las injusticias perpetradas contra otros, en especial, cuando esas injusticias les impedían adorar verdaderamente. Él nunca se enojó cuando lo ofendieron personalmente. Esto no quiere decir que debemos quedarnos callados e inmóviles cuando experimentamos injusticia. Significa que las injusticias son un momento en el que necesitamos sabiduría para guiar nuestras respuestas y que el enojo pecaminoso nos dejará como necios que no pueden cosechar «justicia» (Stg 3:18) durante las inevitables injusticias de la vida diaria.
6. Dios es celoso de las personas enojadas
Rara vez quieres ser el objeto de los celos porque alguien saldrá herido (Pr 27:4). Sin embargo, existe un flujo de celos que es raro y hermoso. Dice: «tú eres mío y te quiero de vuelta». Su estrategia para traerte de regreso no es una furia insensata, sino un amor persistente que tiene en cuenta tus mejores intereses. Esta es la respuesta celosa de Dios a una persona enojada. En el libro de Santiago dice: «Dios celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros» (4:5). ¿Quién habría pensado que el Santo buscaría con pasión a la persona enojada y la invitaría a salir de la esclavitud para entrar a su Reino de paz?
Podríamos decir mucho más (podríamos hacer una lista con cincuenta cosas que dice la Escritura sobre el enojo), pero estas seis al menos nos recuerdan que el enojo está en nosotros y en nuestras iglesias. El enojo también podría ser el más resistente de todos los problemas humanos porque las personas enojadas están esclavizadas, ciegas y confiadas de estar en lo correcto. La humildad, la bondad, la tristeza, incluso las lágrimas y el ruego en oración serán características naturales de nuestro cuidado pastoral cuando el enojo esté presente.
Este artículo fue traducido íntegramente con el permiso de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) por María José Ojeda, Acceso Directo, Santiago, Chile. La traducción es responsabilidad exclusiva del traductor.
Esta traducción tiene concedido el Copyright © (9 de septiembre, 2021) de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). El artículo original titulado “Six Things to Know about Anger” Copyright © 2017 fue traducido por María José Ojeda, Traductora General, Acceso Directo. El contenido completo está protegido por los derechos de autor y no puede ser reproducido sin el permiso escrito otorgado por CCEF. Para más información sobre clases, materiales, conferencias, educación a distancia y otros servicios, por favor, visite www.ccef.org.

