Este artículo es parte de la serie Cinco mitos publicada originalmente en Crossway.
Cinco mitos comunes
He estado casada con un pastor por muchos años y ¡ha sido una gran vida! Sin embargo, como esposa de pastor, he tenido que vivir con algunos mitos comunes entre los cristianos hoy. Estos son cinco de ellos.
Mito n.o 1: la esposa de mi pastor es bíblicamente culta
¡Cómo desearía la esposa de cada pastor que esto fuera cierto! Haría que la retroalimentación del sermón dominical a su esposo fuera mucho más fácil. Le ayudaría cuando le piden hacer el devocional del próximo baby shower, cuando tenga que enseñar a las chicas de octavo grado de la Escuela Dominical o cuando tenga que dirigir el nuevo estudio bíblico para el ministerio de mujeres.
No obstante, la mayoría de nosotras, las esposas de ministros, trabajamos para que nuestros esposos pudieran ir al seminario o estuvimos en casa cuidando a nuestros pequeños hijos. Muchos seminarios tienen un ministerio para las esposas de los estudiantes, lo que es tremendamente beneficioso para nosotras. El Dr. Howie Hendricks dictó una clase para esposas de estudiantes que se llamaba «El hogar cristiano» cada jueves en la noche por un semestre cuando Ray estudiaba en el Dallas Theological Seminary. Lo encontré tan valioso. El estudio del Antiguo Testamento del Dr. Bruce Waltke me dio una base para comprender la Biblia sobre la cual aún me inspiro todas estas décadas después. ¡Qué regalo nos dieron estos profesores a las esposas después de pasar todo el día en la sala de clases con nuestros maridos! Estoy profundamente agradecida por estas clases y otras en las que pude participar.
Pero también recuerdo muchas tardes durante esos años de seminario en las que luchaba contra la envidia cuando Ray estudiaba sus textos de griego y hebreo o escribía un ensayo sobre una fascinante interrogante teológica mientras yo trabajaba corrigiendo ensayos o revisando las planificaciones para mi clase de segundo grado. La esposa de pastor que ha tenido acceso a los años de entrenamiento bíblico que ha tenido su esposo es poco común. La esposa de tu pastor podría no ser tan profunda escrituralmente como te gustaría, pero muéstrale gracia al reconocer que todos estamos creciendo juntos (Col 1:9). Ella también es una peregrina de camino al cielo; está aprendiendo y profundizando a medida que viaja contigo. Dale la libertad de madurar en el camino.
Mito n.o 2: la esposa de mi pastor tiene dones espirituales que usará públicamente en nuestra iglesia
Quizás la esposa de tu pastor anterior era una música talentosa, una maestra de la Biblia llamativa o particularmente buena con los niños y tú estás esperando —quizás incluso es tu expectativa— beneficiarte de los dones espirituales de la esposa de tu pastor actual. Aunque es cierto que «[…] cada cual ha recibido de Dios su propio don», este versículo continúa diciendo: «unos de una manera y otros de otra» (1Co 7:7). Bendice a la esposa de tu pastor al liberarla para servir a su Rey con el don específico que Él le ha dado. Cualquiera sea su don espiritual, podría ser invisible para muchos en la congregación. Creo que el mayor don espiritual que ella puede darle a la iglesia es amar y cuidar a su esposo-pastor de todas las formas en las que solo una esposa fuerte y llena del Espíritu puede hacerlo. Qué regalo será para su esposo e hijos, para su congregación y más allá, liberarla de la comparación con otras esposas del ministerio.
Mito n.o 3: es fácil para la esposa de mi pastor construir una familia superior a la mía
Todos esperamos que construir una familia cristiana fuerte esté dentro de nuestro alcance y buscamos evidencia en nuestra comunidad cristiana de que podría ser posible. En esa búsqueda, la mayoría de los ojos se posan en el hogar del pastor, confiando en que es una familia a la que podemos mirar para asegurarnos de que se puede lograr. Después de todo, «si ellos no pueden, ¿cómo podré yo?». Entonces, escudriñamos, e incluso juzgamos, lo que vemos en su matrimonio y entre sus hijos cuando encontramos algo menos que estelar.
Ten la seguridad de que la esposa de tu pastor puede sentir las presiones sin intención pero reales de la familia de su iglesia de que tenga un matrimonio brillante e hijos ejemplares. Permíteme darte un vistazo a su corazón, porque estas presiones requieren que ella le haga frente a algunos desafíos únicos.
La esposa de tu pastor ama y sirve al rebaño que su esposo lidera; sin embargo, al mismo tiempo, necesita proteger a sus hijos de la inevitable crítica sobre ellos que se filtra y llega a ella. Ella quiere enseñarles a sus hijos a complacer al Señor Jesucristo por sobre cualquier otra persona —incluso miembros de su iglesia— porque seguirlo a Él es la mejor manera de vivir, pero eso no es siempre fácil en un contexto de grupo. También intenta persuadir a sus hijos de que ellos son lo más importante para ella y para su papá que cualquier miembro de la iglesia, mientras que, al mismo tiempo, les enseñan que ¡el ministerio es un privilegio glorioso! Es difícil encontrar el equilibrio aquí. ¡A ella le vendría bien tu ayuda! Dale el espacio que necesita a medida que cría a su familia para que ame primero a Cristo mientras están bajo la mirada pública.
Un último pensamiento: ¡es perfecto que la esposa de tu pastor no tenga la familia perfecta! Lo que cada congregación realmente necesita ver es una familia que sirve a Dios con una devoción incondicional mientras lidian con las realidades de padres pecadores que crían hijos pecadores en este mundo roto y confuso. La autenticidad y la vulnerabilidad será un testimonio más convincente de Cristo que construir una familia «perfecta».
Mito n.o 4: no le importo a la esposa de mi pastor porque no recuerda mi nombre
De acuerdo, los nombres son importantes, muy importantes, especialmente para el portador del nombre. Pero intenta darle el beneficio de la duda con esto a la esposa de tu pastor. Seguro, eso no tiene que sentirse como una ofensa moral personalmente contra ti. Probablemente, ¡ella se siente peor que tú respecto a esto! Puedo decirte desde la experiencia personal que ella quiere conocer a toda la congregación por su nombre. Después de todo, su esposo no tendría un ministerio sin todos ustedes. Ella y su esposo están invirtiendo sus vidas completas en ustedes. Pero a veces, especialmente si tu iglesia está creciendo, es simplemente imposible recordar todos los nombres.
¿Cómo puedes ayudarla? Solo sonríe mientras la miras directo a los ojos y dile: «no puedo imaginar cuántos nombres tienes que recordar. Soy Jane Smith y feliz te lo digo cada vez que nos veamos si eso ayuda a levantar alguna carga de tus hombros sobrecargados». Y luego dile tu nombre la próxima vez, la próxima y la próxima. ¡Estoy bastante segura de que tu comprensión y bondad le ayudarán a recordarte!
Mito n.o 5: la esposa de mi pastor está tan bien conectada a la iglesia, que no me necesita
¡No creas este mito ni por un minuto! Ella podría parecer estar bien conectada, pero demasiadas esposas de pastores viven una vida solitaria y un tanto aislada. Su esposo normalmente trabaja los sábados, cuando otras familias pasan tiempo juntos. Los servicios dominicales en la mañana y los servicios de festividades normalmente hacen que el pastor salga de su hogar más temprano que su esposa e hijos, por lo que la esposa de tu pastor probablemente está alistando sola a los niños para la iglesia. Después de llevarlos a todos para allá, probablemente se siente sola. No es fácil para ella. Así que anda e inicia una amistad con ella. Encuentro encantador cuando un miembro de la iglesia se acerca a mí.
Cada iglesia tiene su propia subcultura, y tú podrías ser un puente para ella a fin de que comprenda las cosas intangibles de tu iglesia. Pregúntale si la puedes invitar a un café o llevar galletas a su casa y conocerla mejor. Luego, sin entrometerte, pregúntale sobre ella: ¿cómo llegó a la fe?, ¿cómo es su familia?, ¿qué le gusta hacer en su tiempo libre? En otras palabras, conócela como una persona real y una amiga, no solo como la esposa de tu pastor. Cuéntale lo que amas de tu iglesia. Si puedes, piensa en razones por las que te alegra que Dios haya llamado a su familia a servir a Cristo en tu iglesia.
Algunas esposas en el ministerio encuentran difícil desarrollar amistades profundas porque en el pasado han experimentado repetidas pérdidas debido a la naturaleza transitoria de algunas relaciones en la iglesia. Créeme, la esposa de tu pastor te necesita. Ella necesita una amiga. Ella necesita a una mujer con quien pueda ser auténtica y vulnerable, alguien para quien no tenga que ser perfecta. Ella nunca estará bien conectada para ese tipo de relación. Anda y búscala. ¡Ambas estarán contentas de que lo hagas!
Enterremos esos mitos. Nuestras comunidades serán más dulces y nuestras iglesias serán más fuertes ¡para la mayor gloria de Dios y nuestro mayor gozo!
Jani Ortlund es la autora de ¡Ayuda! Estoy casada con mi pastor: aliento para las esposas de pastores y para quienes las aman.