La tercera marca de una verdadera iglesia, la disciplina de la iglesia, tiene una connotación negativa en nuestra cultura, pero la idea bíblica es tanto positiva como negativa.
Una persona es parte de la iglesia por medio del bautismo y es alimentada, o disciplinada, por la predicación del Evangelio y la administración de la Cena del Señor. Todos los creyentes verdaderos necesitan ser disciplinados por estos medios hasta que el Señor regrese; por lo tanto, ellos deben recibir la predicación de la Palabra de sus pastores y ser partícipes de la Cena del Señor cuando es servida por los ancianos de la iglesia. Por estos medios, los líderes de la iglesia llevan a cabo la forma positiva de la disciplina de la iglesia. Es positiva en el sentido de que los miembros son animados. La Escritura exhorta a los creyentes a «obede[cer] a sus pastores y [a] sujet[arse] a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes» (Heb 13:17). En contraste, la disciplina tiene una forma negativa porque supone el «castigo de los pecados» (La confesión belga, artículo 29) a aquellos que no se han arrepentido.
La disciplina promueve la santidad de Dios (Ez 36:16-21; 1 Co 5:1-5), protege a la iglesia de infección (1Co 5:6; Heb 12:15-16; 2Ti 2:14, 16-18) y restaura a los rebeldes, dejando en claro la gravedad de su resistencia a la Palabra de Cristo y a la iglesia (1Co 5:5; 2Co 2:5-11; Heb 3:12-13; 10:24-25; 12:11-16).
¿Dónde pueden los buscadores de la verdad encontrar al auténtico Jesucristo, su auténtico Evangelio y una iglesia auténtica? Al buscar estas tres marcas bíblicas de la predicación, la administración de los sacramentos y la ejecución de la disciplina piadosa de la iglesia, la persona diligente y discernidora podría encontrar la verdad. Con tantas «iglesias» en cualquier comunidad local, es imperativo que alguien encuentre una congregación que es una verdadera «iglesia» cristiana, una en la que Jesucristo realmente se encuentre con su pueblo en la Palabra y en los sacramentos y los pastoree por medio de la disciplina de sus subpastores: los pastores y los ancianos.
Otros recursos relacionados:
Las marcas de una verdadera iglesia: introducción
Las marcas de una verdadera iglesia: la predicación pura del Evangelio
Las marcas de una verdadera iglesia: la administración pura de los sacramentos
Este artículo fue originalmente publicado por Ligonier Ministries en esta dirección. | Traducción: María José Ojeda


Daniel Hyde
Rev. Daniel R. Hyde es pastor de Oceanside Reformed Church en Oceanside, California. Es autor de God in Our Midst [Dios en nuestro medio] y Welcome to a Reformed Church [Bienvenido a una Iglesia Reformada].