Nota del editor: esta es la respuesta a una de las diferentes preguntas que los oyentes del podcast Ask Pastor John le hacen al pastor John Piper.
Hoy día tenemos una muy buena pregunta sobre la crianza de los hijos, ¿cómo podemos criar niños que no sean ni ingenuos ni escépticos? Esta es una pregunta de un oyente de nuestro podcast, un papá llamado Rick de Fort Worth, Texas. «¡Hola, pastor John! Mateo 10:16 dice que debemos ser “astutos como serpientes e inocentes como palomas”. Cuando criamos a nuestros hijos no queremos que lleguen a ser crédulos o ingenuos, pero tampoco queremos que terminen siendo duros de corazón y escépticos. ¿Cómo, entonces, podemos dar forma a sus ideas y actitudes cuando los preparamos para este mundo? ¿Qué errores y consecuencias pueden resultar de este esfuerzo?».
Esta es una excelente pregunta porque refleja una comprensión muy madura de una de las principales paradojas en la vida cristiana.
Por una parte, Jesús nos manda al mundo como ovejas en medio de lobos. Las ovejas son muy vulnerables; se las considera afables. Nadie teme ser mordido por una oveja. Por otra parte, debemos ser sabios y juiciosos, maduros y estables, fuertes y astutos y no dejarnos engañar por toda corriente de doctrina falsa. Esta es la paradoja, y Rick así lo entiende. Por un lado, debemos ser humildes y mansos, considerando a los demás más importantes que nosotros mismos (Fil 2:3) y, sin embargo, por otro lado, debemos ser firmes en nuestras convicciones, llenos de coraje, porque Proverbios dice: «Los justos viven confiados como el león» (Pr 28:1).
De manera que, me parece que Rick entiende muy bien el desafío que tenemos frente a nosotros: así es como debemos ser, y además, es como debemos criar a nuestros hijos para que sean esta clase de adultos. No creo que pueda decir nada que Rick no pueda pensar por sí mismo, puesto que tiene tan buen manejo del tema, pero lo intentaré. Déjenme hacer cuatro sugerencias. Creo que será obvio qué tipo de errores podrían surgir en el esfuerzo por llevar a cabo estas sugerencias; ya veremos.
1. Ilustra la paradoja
Desde temprana edad, enseñen a los niños la Biblia, día tras día, usando declaraciones bíblicas específicas de esta paradoja de astutos como serpientes e inocentes como palomas. Además complete sus enseñanzas con historias bíblicas, y quizás también con historia cristiana, biografías o historias contemporáneas. Donde sea que veas la paradoja en una persona, ya sea en biografías, en la historia, en las misiones o en la vida contemporánea, ilústrala. Destácala para ayudar a que los niños vean lo bella que es, cuánto tú la admiras, y lo mucho que ellos también debieran admirarla.
Permítanme dar un ejemplo específico del tipo de enseñanza a la que me refiero cuando digo: «elije oraciones específicas para ilustrar cómo se ve esta paradoja». Estoy muy influenciado por lo que hemos estado pensando recientemente en Desiring God al tratar de enunciar un principio fundamental que expresa esto mismo. Lo mencionaré en unos minutos.
Efesios 4:1-2 dice: «vivan de una manera digna» de nuestro llamamiento como cristianos. Luego menciona tres palabras (más que tres), pero solo nombraré las tres primeras: humildad, mansedumbre y paciencia. Les leemos eso a nuestros hijos. Luego les preguntamos: «¿qué creen que significan estas tres palabras?».
Hablemos de la humildad. ¿Qué es la humildad? Es nuestra humilde condición a causa de nuestro pecado y del horrible sufrimiento que significó nuestra salvación, y de lo dependientes que siempre somos de Dios. Humildes y mansos; viviendo como palomas y como ovejas. Un estilo de vida que se ajusta a la humildad y a la paciencia; viviendo sin enojarse fácilmente ni devolviendo mal por mal.
Entonces, haz una pausa y, luego vuelve a insistirles a tus hijos sobre el significado de estas palabras; siempre siendo ejemplos para ellos de cómo tomar seriamente las palabras de la Escritura. Pregúntales también: «¿cuál es el estilo de vida al que Pablo llama manso y que encaja con esta actitud de humildad?». Entonces, les modelas. Estoy pensando en esto justo ahora solo porque, al examinar Efesios en Look at the Book [Miremos el Libro], esto fue tan increíblemente nuevo y refrescante para mí. Nunca había visto en estos tres versículos juntos así. Me hice la pregunta a mí mismo y ahora se las hago a mis hijos imaginarios delante de mí: ¿cuáles serían algunos ejemplos de cómo luciría la mansedumbre? Queremos que esto quede claro de inmediato. No queremos que se entienda la mansedumbre como lo que no es.
Restaurar, corrigir, defender
Ahora veamos las tres ilustraciones. La primera:
Hermanos, aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado (Ga 6:1) [Énfasis del autor].
Este es el dilema: hay que tener muchas agallas, mucho coraje, para enfrentarse a alguien que se está comportando mal. Es mucho más fácil ignorarlo. Todos los demás lo están haciendo. Tú irás hasta esta persona con mucho coraje y lo confrontarás, pero lo harás con mansedumbre. La mansedumbre es esa manera valiente y humilde de hacerlo.
Veamos la segunda ilustración:
El siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido. Debe reprender tiernamente a los que se oponen (2Ti 2:24-25) [Énfasis del autor].
Ahí está de nuevo. La primera ilustración de Gálatas fue sobre cómo corregir su comportamiento. La segunda es sobre cómo corregir su doctrina. Y puede que eso requiera aún mayor coraje dependiendo del tipo de personas que sean. Tú los vas a enfrentar cara a cara y les dirás que lo que ellos creen, no es verdad. Pero tú lo harás con mansedumbre. La mansedumbre se combina con el coraje en esas dos instancias.
Veamos la tercera ilustración:
Pero aun si sufren por causa de la justicia, dichosos son. Y no tengan miedo por temor a ellos ni se turben, sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia, teniendo buena conciencia, para que en aquello en que son calumniados, sean avergonzados los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo. (1P 3:14-16)
La mansedumbre encara a aquellos que, quizás, estén rechinando sus dientes listos para injuriarte y calumniarte, pero da testimonio de Jesús con coraje, con audacia y con mansedumbre.
Humilde coraje
Después de haber visto estas tres ilustraciones con tus hijos, vuelve a preguntar: «¿qué es mansedumbre? ¿Cómo es una persona mansa?». La respuesta es: alguien que tiene coraje, coraje, coraje, coraje para corregir comportamientos, para corregir enseñanzas, para dar testimonio frente a los calumniadores, pero siempre con un comportamiento manso y humilde. Esto será una paradoja con la cual tus hijos tendrán que luchar el resto de sus vidas. Volver a esto una y otra vez en nuestra lectura de la Biblia, ¡sería maravilloso!
Entonces, podrías usar Hechos 5 como ilustración: donde los apóstoles habían sido golpeados por dar testimonio de su fe y, sin embargo, el versículo 41 dice: «Los apóstoles, pues, salieron de la presencia del Concilio, regocijándose de que hubieran sido considerados dignos de sufrir afrenta por su Nombre». La mansedumbre está dispuesta a sufrir; se complace tanto en Dios, confía tanto en Dios que se regocija en el sufrimiento. Enséñales usando textos específicos, historias e ilustraciones sobre esta paradoja entre coraje y mansedumbre.
2. Busca frases llamativas, fáciles de recordar
Lo segundo sería simplemente buscar frases ingeniosas, claras, atractivas y fáciles de recordar que resuman lo que estás tratando de enseñar. Eso es lo que hemos estado haciendo en Desiring God. Hemos dado con dos: una la hemos llamado «audacia con el corazón roto; y la otra, coraje contrito».
Ese es uno de nuestros principios fundamentales hoy porque queremos transmitir esta paradoja en esta época tan colérica, estridente y controversial en la que vivimos, y también queremos examinar lo que es el coraje. ¿Cómo se ve en la práctica cuando los cristianos son valientes? ¿Se supone que son atrevidos, jactanciosos, ruidosos y estridentes? ¿O hay otra manera?
Creo que te recomendaría encontrar una frase que puedas repetir a tus hijos año tras año para que cuando se vayan de casa en veinte años más, recuerden que «había algo llamado audacia con el corazón roto; había algo llamado coraje contrito en lo cual mi papá creía. Me gustaría volver a descubrirlo».
3. Modela lo que quieres ver
La tercera cosa que me gustaría sugerirte es esto: sé un modelo para tus hijos. Sé audaz, sé humilde, sé valiente, está contrito. Con el tiempo, ellos lo verán. Creo que una forma realmente importante de modelar en este tiempo saturado con medios de comunicación, se presenta cuando estás viendo las noticias, cuando estás viendo videos, cuando estás viendo algo en YouTube, cuando estás viendo toda clase de cosas, y ves algo que no soportas. En verdad, te molesta. Es algo tan dañino, tan antibíblico, que tus hijos saben cómo te sientes al respecto, ¡y lo están viendo!
¿Cómo va a responder papá? ¿Cómo va a responder mamá a estas cosas con las que están tan en desacuerdo? Es en ese momento cuando les sirves de modelo: «esto es malo. Esto es dañino. Esto deshonra a Dios». Es en ese momento cuando puedes enseñarles «cómo amar a su enemigo». Puedes hacer una pausa en ese mismo instante, apagar el televisor y orar. Pídele a Dios por la persona a quien acabas de criticar y por sus ideas destructivas. Los niños aprenderán que uno puede ser un crítico inteligente, cuidadoso e incluso duro de la cultura, pero podemos amarla, cuidarla y orar por ella.
4. Destila gozo
Lo último que me gustaría decir es esto: no vivan tristes, sin alegría; estén llenos de gozo. Yo recuerdo el esfuerzo que mis padres hicieron por darme convicciones firmes en medio de la mundanalidad que ellos pensaban que nos estaba invadiendo por todas partes incluso en la década de los 50 y 60. Creo que la clave que me convenció para abrazar su fe hoy fue que ellos, además de estar empapados de muy altos estándares bíblicos, fueron las personas más felices que he conocido.
En ese entonces yo daba por sentado su alegría. Ahora cuando pienso en algunas de las cosas que pasaron en su matrimonio, en sus finanzas, en la cultura e incluso en los desacuerdos, me maravillo de que hayan sido tan felices. El gozo en el Señor en medio de la adversidad es una gran evidencia para los niños de que Cristo es real. No garantiza que ellos vayan a adoptar la verdad y la belleza de Cristo, pero sí es una atracción poderosa.
John Piper © 2020 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso. Traducción: Marcela Basualto
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