Este artículo es parte de la serie Cinco mitos publicada originalmente en Crossway.
Mito n.° 1: Dios nos ordena tener un tiempo a solas
Esto podría sonar sorprendente (¡incluso escandaloso!), pero no hay ningún mandamiento en la Biblia sobre tener un tiempo a solas diario. Piénsalo:
Existen mandamientos sobre amar al Señor con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas (Mr 12:30). Hay mandamientos para mantenernos en sintonía con el Espíritu, quien nos enseña la verdad del Evangelio por medio de la Escritura (Ga 5:1-26). Y existen mandamientos sobre aferrarse a la Palabra de vida, no ser engañados por falsas enseñanzas y mantener nuestra confianza original firme hasta el final (Fil 2:16; 1Ti 4:6; Heb 3:14).
Sin embargo, ¿existe algún mandamiento que diga que «debes levantarte a las cinco de la mañana, con un café en la mano para pasar tiempo a solas con el Señor por dos horas»? No. Y si somos honestos, esto es lo que solemos pensar cuando nos sentimos mal por no leer la Biblia. Dios no es normativo sobre esto en su Palabra. Al contrario, Él ordena prioridades apropiadas para el crecimiento de nuestras almas en Él: «Pero busquen primero su reino y su justicia, y todas [las demás cosas que necesiten] les serán añadidas» (Mt 6:33). Él quiere que tengamos hambre por el Pan de vida, no por una fórmula idealista. Él quiere que nosotros busquemos la Palabra, no un tiempo a solas perfecto (como si existiera tal cosa).
Mito n.° 2: el tiempo a solas debe ser… en silencio
Esto simplemente no es teológico: Dios quiere hablarnos cuando nos reunimos con Él, ¡y sin duda su voz no es silenciosa (Sal 29:4)! A medida que nos acercamos a Dios por medio de la Escritura, estamos escuchando su voz fuerte y clara, y meditamos en sus palabras. Nuestro objetivo no es «vaciar nuestras mentes» al escuchar y meditar, más bien llenar nuestras mentes con la mente de Cristo.
Un silencio total y completo también es rara vez lograble para una persona promedio. Muchos de nosotros tenemos hijos a quienes cuidar, trabajos a los que responder (y colegas a nuestro alrededor) y otros ambientes ruidosos en los que nos involucramos con la Palabra de Dios. Por supuesto, el silencio es ideal y útil para la concentración, pero no es necesario. Dios quiere que vayamos a su Palabra como sea y cuando sea que podamos —incluso si eso significa tener a niños parlanchines de fondo (Dt 6:5-7)—.
Mito n.° 3: existe una sola manera correcta de tener un «tiempo a solas»
Mi pastor principal una vez dijo algo al respecto: «no existe una sola manera “correcta” de encontrarse con el Señor en la Escritura. Y si llegas a aburrirte con la rutina, cámbiala». Esta fue la sabiduría y el permiso que necesitaba para hacer algo diferente. Mi pastor es un creyente piadoso y mayor que ha caminado muchas décadas con Jesús (y ha pasado muchas de sus horas de trabajo en la Palabra) y ahí estaba él abogando por la creatividad, no por un acercamiento único a la idea del «tiempo a solas».
Si estás aburrido con tu Biblia y no sabes por qué; si estás cansado de seguir el mismo plan de lectura (a mí me ha pasado) y te preguntas cómo estar hambriento de la Palabra de nuevo; si te sientes desanimado por el ritmo de la agenda, las necesidades de las personas, las llamadas de distracción y el agobio de las posibilidades; o si estás teniendo problemas para salir del hoyo de la culpa de «se supone que», entonces escucha esta maravillosa y liberadora noticia: no existe una sola manera «correcta» de tener un tiempo a solas.
Las posibilidades para disfrutar a Jesús en su Palabra son numerosas: sigue un plan de lectura, lee junto a un amigo, escucha un audio de la Biblia mientras conduces o te ejercitas, lee la Palabra con tus hijos y conversa con ellos sobre el tema, pon partes de la Escritura alrededor de tu casa u oficina, adora a Dios con música centrada en la Palabra. ¡El punto es que andemos cerca de Dios (Jn 15:4)!
Mito n.° 4: el tiempo a solas es nuestra principal fuente de alimento espiritual
¿A quién se le escribió la Biblia? En general, al pueblo reunido de Dios. No digo esto para decir que como individuos no podemos ni debemos leerla, ¡ni mucho menos! No obstante, nuestro principal alimento espiritual se encuentra en el festín de la Palabra de Dios junto con la congregación reunida: la iglesia. Principalmente la Biblia fue escrita para ellos.
Puesto que vivimos en una sociedad individualista, hemos relacionado la lectura bíblica con la lectura a solas. ¡Y leer la Palabra de Dios por nosotros mismos es una búsqueda excelente! No obstante, no es una búsqueda exhaustiva. Necesitamos una «comida» completa y total de la Palabra de Dios siendo predicada, orada, leída y cantada en la iglesia. Necesitamos un banquete con nuestros hermanos y hermanas, no sólo tener un «refrigerio» o comer por nuestra cuenta. La iglesia es el cuerpo de Cristo (Ro 12:5) y su cuerpo necesita este alimento espiritual para crecer y prosperar.
Mito n.° 5: nuestro tiempo a solas es un fracaso si no hay algo obvio que aprender
La obra de Dios en nuestros corazones a menudo es oculta y lenta, como el crecimiento de una semilla (Mt 13:8). Pero Él está obrando por medio de su Palabra, de su Espíritu, incluso cuando no podemos ver un resultado inmediato. A veces leeremos nuestras Biblias y saldremos con una aplicación clara. En otras ocasiones, simplemente necesitamos confiar en que Dios está sembrando su Palabra en nuestros corazones y dando crecimiento incluso cuando no podemos determinar cómo Él lo está haciendo.
Muchos de nosotros nos desanimamos cuando sentimos que nuestros tiempos a solas no están haciendo nada. No obstante, estos momentos no son fracasos; son oportunidades para la fe. Andamos por fe, no por vista (2Co 5:7); sin embargo, Dios, en su bondad, nos ha dado algo que podemos ver con nuestros dos ojos: sus palabras, en páginas de papel, impresas con tinta. ¡Qué maravilloso don de gracia!