Lo sé, lo sé, «oportunidad» no es la primera palabra que se viene a la mente cuando estás con un niño llorando afuera de una habitación llena de gente y todo el mundo mirando. Sin embargo, los berrinches emocionales de nuestros hijos son como los informes de inteligencia, nos avisan de algo urgente. Revelan los secretos del corazón de cada uno de nuestros hijos y nos dan, como padres, una oportunidad para ser estratégicos y eficaces.
Las rabietas son una oportunidad para ayudar a nuestros niños a aprender a manejar sus emociones de una manera que glorifique a Dios. No obstante, no todas las «oportunidades de berrinches» son iguales, por lo que debemos aplicar un poco de discernimiento, con el fin de manejar sabiamente la situación presentada.
Una oportunidad para consolar
Brindar amor es lo que Ryle llama el «gran secreto» de la formación eficaz del niño. Cuando nuestro hijo se cae y se hace un sangriento raspón en la rodilla, o si otro niño se burla y nuestro hijo se pone a llorar, podríamos estar tentados a ver su «explosivo llanto emocional» como incómodo o vergonzoso (si es que es en público), pero debemos mirarlo como una oportunidad para expresar amor y cariño a nuestro hijo, con el fin de que sepa que entendemos sus tristezas. ¿No es esta la clase de amor que nuestro Salvador nos muestra en situaciones similares?
Una oportunidad para enseñar autocontrol
Debemos estar listos para consolar, pero también debemos aprovechar la oportunidad para enseñar autocontrol. Incluso si la razón de las lágrimas de nuestro hijo es comprensible, no debemos permitir que se pierda todo el control sobre sus emociones. Por ejemplo, podemos decirle a nuestro hijo que está bien llorar cuando se caen y se raspan su rodilla, pero no gritar. Y, si es necesario, debemos ayudarlos muy amorosamente a controlar su llanto para llegar a su fin en el momento adecuado. Esto les enseñará la diferencia entre el dolor apropiado y el excesivo.
Una oportunidad para discernir
Si un niño llega a tener inusualmente un llanto constante, quejoso y molesto, y empieza a tener más berrinches de lo normal, esto puede ser un indicador para nosotros como padres de que necesitan reposo o un descanso en su actividad. Como ya hemos dicho, un padre sabio minimiza la tentación siempre que sea posible.
Una oportunidad para la disciplina
Si el arrebato de un niño muestra enojo o rebeldía, entonces el mensaje que estamos recibiendo es de carácter serio y debe ser tratado con firmeza y bíblicamente. No servimos a nuestros hijos si ignoramos o pasamos por alto las explosiones de ira o si nos enojamos en respuesta. Un arranque de ira en un niño requiere un corazón lleno de amor y disciplina firme. Y si el niño ya no es tan niño y, sin embargo, los arranques de ira siguen siendo frecuentes, es posible que tengamos que considerar si estamos o no ejerciendo la autoridad bíblica adecuada en el hogar para poder tratar con su corazón.
Una oportunidad para centrarnos en el entrenamiento
Los berrinches frecuentes pueden ser reducidos por una temporada de entrenamiento enfocado. Considera la posibilidad de reorganizar tu agenda, eliminar eventos innecesarios, enfocar tu enseñanza y su disciplina en esta área, y seguramente verás buenos resultados en un par de días o semanas.
Así que la próxima vez que seamos ese padre que sale de una habitación llena de gente con un niño enojado, debemos sonreír y hasta reír un poco. Acabamos de recibir una oportunidad de oro para la crianza de nuestro hijo.
Este artículo fue originalmente publicado por Girltalk.

