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En tu vida ministerial, es muy probable que cada mañana despiertes con algún sentimiento en tu corazón.
Quizás algunas mañanas despertarás con miedo y temor, recordando una dolorosa crisis que quisiste olvidar mientras dormías y que, sin embargo, sigue ahí; otras, despertarás desanimado, abrumado y sobrecargado por las responsabilidades pastorales; y en otros momentos, despertarás enojado y amargado, sintiéndote poco valorado, subestimado e incomprendido.
Cada mañana, en tu vida ministerial, no te será difícil encontrar razones para quejarte o desanimarte. Sin embargo, cada mañana será una oportunidad para sentir el consuelo del Señor que sobrepasa todos esos sentimientos negativos.
A continuación, comparto contigo cinco razones por las que puedes experimentar consuelo cada mañana en tu vida ministerial o, por el contrario, cinco razones por las que puedes estar sintiendo temor y desánimo.
1. Nunca estás solo
Es fundamental que recuerdes que nunca estás solo en el ministerio. Dios, a quien representas, es un Padre siempre amoroso y fiel. Sabe exactamente lo que necesitas y, por medio de un pacto, ha hecho consigo mismo el compromiso de cubrir esas necesidades.
Si despiertas pensando que el mundo está contra ti, vivirás lleno de miedo y desánimo. Sin embargo, si despiertas sabiendo que Dios te ha puesto donde Él quiere y que Él está contigo en cada paso que das, puedes sentir el consuelo que Él entrega sin importar las circunstancias.
2. Nunca estarás desprovisto de lo necesario
También necesitas recordar que entre el «ya» y el «todavía no» de ministrar a personas caídas en un mundo caído, has sido bendecido con la gracia que te capacita aquí y ahora. Cada mañana, cuando te despiertas y te enfrentas con tu llamado y con las cargas del ministerio, Dios te bendice con nuevas bondades específicas para los asuntos del día.
Dios sabe (y tú ya deberías saberlo a estas alturas, considerando tu historial de fracasos) que no eres competente para esta tarea por ti mismo, así que Él te bendice día a día con su gracia fortalecedora. Cuando olvidas que has sido fortalecido para la tarea específica que está por venir, es fácil darse por vencido y sentirse abrumado.
3. Nunca serás juzgado
En el punto anterior, incluí a propósito una frase que debe haber herido tus sentimientos: «considerando tu historial de fracasos». Antes de que te defiendas, déjame preguntarte: ¿acaso no es cierto? ¿Acaso no has fallado de diversas formas durante tu carrera ministerial?
Debido a la gracia, no tienes que arrastrar la carga paralizante del pecado, de la debilidad, de la insensatez y del fracaso que cargabas ayer en este nuevo día de ministerio. No debes temer lo que pueda ser expuesto sobre ti en el futuro. No tienes este trabajo para presentarte a ti mismo y a otros como una persona que no eres.
Puedes ser genuino y honesto sobre las áreas en las que necesitas crecer. Has sido bendecido con el perdón que permite que mañana sea un nuevo día, libre de las culpas del pasado. El perdón de Dios nos permite reconocer nuestro pecado, aprender la lección y avanzar con fe y gozo.
4. Nunca tendrás el control
Existe un Rey y no eres tú. No tienes que esforzarte pare ser soberano en el ministerio; tampoco tienes que asumir las cargas de un rey. No tienes que construir tu propio reino, porque Dios te ha dado su Reino, el cual Él gobierna perfectamente para su gloria y tu bien.
Esto debe producir consuelo, pero a menudo produce estrés en las almas de la gente que trabaja en el ministerio. Cuando las cosas parecen ser un caos, nos ponemos exigentes, molestos, criticones y controladores, porque olvidamos recordarnos a nosotros mismos que, aunque las cosas estén fuera de nuestro control, nunca están lejos del control de Dios.
5. Nunca serás vencido
Esta es mi parte favorita sobre el ministerio cuando lo recuerdo: el poder de Dios es tan increíble, su celo es tan fuerte y su plan es tan grande que yo no puedo frustrarlo.
El plan de Jesús seguirá en marcha hasta que su Reino haya venido y se haya cumplido toda su voluntad. Sí, puedes arruinar tu ministerio y complicarlo por un momento. Sin embargo, en medio del caos, es importante recordar que aquello por lo que has arriesgado tu vida y tu ministerio nunca estarán en peligro porque el celo inquebrantable de Dios sobrepasa todo eso.
Así que esta semana, levántate y sonríeles cómodamente a las complicaciones. Seguramente, los desafíos del ministerio son muchos y el llamado es difícil, pero Aquel que te ha enviado va contigo
Dios nunca te llamaría a representarlo para luego dejarte solo.
Este recurso proviene de Paul Tripp Ministries. Usado con permiso.
Paul David Tripp
Paul David Tripp
El Dr. Paul David Tripp es pastor, conferencista internacional y autor de libros éxito de ventas y ganadores de premios. Es el director de Paul Tripp Ministries. Con más de 30 libros y series en video, la pasión que mueve a Paul es conectar el poder transformador de Jesucristo a la vida cotidiana.