Hasta ahora, hemos visto la interacción pasiva y la inseguridad y la codicia. Ahora veremos…
El pecado de la manipulación
¡Ah! Este pecado debe comenzar solo con un gran suspiro.
La manipulación es cuando quieres algo y hay circunstancias o personas entre lo que quieres y tú. No quieres desobedecer a Dios directamente o a las personas que te han dicho que no, entonces, «manipulas». En lugar de esperar en Dios, encuentras una manera de sortear los caminos a través de los obstáculos para obtener lo que quieres.
Existen partes de nosotras que anhelan ser rebeldes y solo desobedecer directamente, pero para muchas de nosotras esto trae con ello demasiada culpa y vergüenza. No queremos romper las reglas o ir contra las personas que nos lideran, por lo que encontramos una nueva alternativa. La manipulación es nuestra forma de obtener lo que queremos sin desobedecer abiertamente.
Existen tres tipos de manipulación con las que las mujeres luchan (y probablemente hay muchas más, pero usaré mi corazón como un estudio de caso aquí…):
- Manipulación emocional
- Manipulación convincente
- Manipulación «femenina» (¡no pude pensar en un mejor nombre para esto, pero estoy abierta a sugerencias!)
Comencemos con la manipulación emocional: hay algo que quieres, pero las circunstancias o las personas se interponen en tu camino. No quieres simplemente ir y obtenerlo si claramente significa desobedecer a Dios o al hombre. Entonces, encuentras una forma para manipular emocionalmente a las personas y a las circunstancias que te rodean. Chantaje emocional, pucheros, llanto y creación de situaciones en donde intentas hacer que las personas (o incluso Dios) sientan que «han sido injustos» contigo.
Esto está escondido tan profundamente en mi corazón que puedo hacerlo sin incluso darme cuenta. Si un colega hiere mis sentimientos sin intención y quiero una disculpa, en lugar de arrepentirme y buscar desarrollar nuestras habilidades de comunicación o rendirme a Dios en oración, me quedo completamente callada hasta que me pregunten qué está mal. Luego digo: «nada» en un tono que comunica: «todo». Y continuaré este ciclo hasta obtener lo que quiero.
La mayoría de las veces esto no es intencional. No creo que las mujeres se sienten pensando: «si lloro en este punto de la pelea mi esposo vendrá y me consolará». Creo que es más sutil. Creo que tenemos un arsenal de emociones a nuestra disposición que trabajan para nosotras. Cuando estamos en situaciones en las que no podemos tener lo que queremos, nos convencemos de que realmente «han sido injustos» con nosotras, de modo que cuando estamos transmitiendo esto, no estamos siendo engañadas.
¿Alguna vez (incluso en tono de broma) intentas hacer que alguien se sienta mal por no poder juntarse contigo, por no aceptar cierta obligación del ministerio a la que no se sienten llamados o por no hacerte un favor? ¿Por qué intentas cambiar sus mentes? ¿Es la manipulación emocional la táctica adecuada?
Luego, tenemos la manipulación convincente: aquí es donde no quieres desobedecer, así que piensas que puedes convencer al obstáculo de que se mueva por la fuerza, así puedes tener libre acceso a lo que sea que quieras. Por ejemplo, si estás casada y quieres algo que tu esposo piensa que no es sabio, la manipulación convincente es la manera en que nosotras las mujeres nos convencemos a nosotras mismas de que nos estamos sometiendo mientras lanzamos una campaña contra él. Después de suficiente regaño, queja, presión y argumentos él cambiará de parecer y somos libres de obtener lo que queremos sin un solo sentimiento de haber desobedecido. Podemos convencernos de que somos sumisas y de que confiamos en su liderazgo… después de todo… él no fue contra su voluntad, ¿cierto?
La verdad es que, si fuerzas el asunto lo suficiente, la mayoría de los hombres ceden porque el argumento es más drama o estrés de lo que pueden soportar. No estoy diciendo que eso sea correcto, solo digo que incluso como una mujer soltera he visto cuán efectivamente puedo hacer que empleados, profesores o colegas cambien de opinión después de suficiente manipulación convincente de mi parte. No obstante, esto no es respetuoso, ni obediente y ni confiable.
Finalmente, manipulación «femenina»: extraño título, lo sé. Esto no significa usar nuestros «problemas de mujeres» como terreno para manipular (porque eso probablemente esté dentro de la manipulación emocional). Lo que quiero decir con esto es que existen cosas que son únicas y preciosas sobre las mujeres. Estas cosas están en nosotras para bendecir, animar y afirmar a los hombres. Esta manipulación se da cuando usamos estas cosas para salirnos con la nuestra y buscar nuestro propio interés.
Por tanto, solteras, esta puede ser la forma en que te vistes un domingo: buscando llamar la atención. Lo que quieres es que le gustes a un chico, pero no quieres «romper las reglas» al ser honesta frente a él, entonces, en lugar de eso te pones una polera que sabes que acentúa ciertas partes de tu cuerpo, básicamente intentando seducirlo a pecar para que puedas sentirte deseada.
Quizás estás casada y usas el sexo como una herramienta para obtener lo que quieres o tal vez te pones extra coqueta con tu marido con el fin de ser más «persuasiva».
Estas son un par de preguntas para reflexionar:
- ¿Qué cosas quieres en tu vida? Haz una lista (grande o pequeña)
- ¿Cuáles son los obstáculos o las personas en tu vida que te han dicho, «no»? Piensa con detención en tu liderazgo (iglesia, trabajo, gobierno, familia, Dios). ¿A algunas de estas cosas te han dicho que no?
- ¿De qué maneras intentas manipularlos? ¿De qué maneras intentas manipular a Dios?
Este es el asunto. Soy específicamente una mujer, entonces puedo reflejar aspectos específicos del carácter de Dios. Hay aspectos de Cristo que solo yo puedo reflejar porque soy mujer. Cada «no» y cada «obstáculo» existen precisamente para que pueda reflejar eso al mundo.
Sin obstáculos entre tú y lo que quieres nunca habrá una necesidad de una confianza que trasciende a la acción y sin eso nunca serás capaz de reflejar la obediencia perfecta de Cristo.
Cristo confió en su Padre. Incluso cuando estaba siendo entregado a la muerte por el «liderazgo» que estaba lleno de pecado y odio contra Dios. Él no intentó manipular las cosas para salirse con la suya, porque él creyó la verdad de que Dios era soberano sobre su corazón. Dios sostiene los corazones de los reyes en sus manos y los da vuelta como quiere. No existe ningún obstáculo arbitrario en tu vida entre las cosas que quieres y tú. Existen solo oportunidades dadas por Dios para confiar y soltar.