Nota del editor: esta es la respuesta a una de las diferentes preguntas que los oyentes del pódcast Ask Pastor John le hacen al pastor John Piper.
Bienvenido al pódcast «Ask Pastor John» [Pregúntale al pastor John]. Cerramos la semana con dos preguntas importantes que comúnmente recibimos sobre el tema de la intimidad conyugal. Por supuesto, están destinados a un público maduro. La primera pregunta viene de Kyle en Kansas City. Él tiene una pregunta que surge de lo que se conversó previamente: «Estimado pastor John, mi pregunta es una pregunta que surge a la luz del episodio n.° 475: “¿es la atracción sexual esencial para el matrimonio?”. Allí usted dijo que no. Entonces, si la atracción sexual no es “esencial” para el matrimonio, ¿por qué parece tan esencial en el Cantar de los Cantares? Seguro que no sería una gran “canción” si quitaras todo lo que tiene que ver con el placer físico, ¿verdad?».
Aclaremos lo que estaba respondiendo. La pregunta que estaba respondiendo no era: ¿es el sexo esencial para el matrimonio?, sino que ¿es la atracción sexual esencial para el matrimonio? Respondí que no por razones culturales y razones físicas. Cultural e históricamente, muchos matrimonios verdaderos fueron formados por los padres y sin que existiera al principio un deseo físico por parte de la pareja: matrimonios arreglados. Y físicamente, hay estaciones de la vida, a medida que envejeces, en las que esos placeres suben y bajan, van y vienen. Si dijeras que la atracción sexual es esencial, entonces el envejecimiento sería el final gradual del matrimonio, lo cual no es. Creo que algunas de las mayores glorias suceden en el matrimonio cuando hay ausencia de deseo sexual.
El verdadero matrimonio
Entonces, aclaremos lo que estoy diciendo y lo que no estoy diciendo cuando afirmo que el placer sexual no es parte de la esencia del matrimonio. Lo que estoy diciendo es que el matrimonio realmente existe sin él. La ausencia de placer en las relaciones sexuales no hace que un matrimonio deje de ser un matrimonio. El mandato bíblico para las relaciones sexuales está en 1 Corintios 7:3. Sin embargo, ni siquiera las interrupciones prolongadas convierten al matrimonio en otra cosa que no sea un matrimonio, como cuando un esposo o una esposa están en prisión durante diez o veinte años o cuando los marinos se embarcan en una expedición ballenera de dos años. Esto es lo que yo digo: el matrimonio sigue siendo matrimonio cuando los placeres suben y bajan, cuando se pueden expresar o no se pueden expresar, o cuando desaparecen por completo, lo que ocurre a veces por razones puramente fisiológicas. Un verdadero matrimonio —de hecho, uno feliz— puede existir cuando esos placeres no son parte de la alegría.
Lo que no estoy diciendo es que el Cantar de los Cantares pueda ser el Cantar de los Cantares sin placer sexual. El Cantar de los Cantares, él dijo, no sería una gran canción si quitaras todo lo que tiene que ver con el placer sexual. Eso es absolutamente correcto. Es una canción absolutamente sensual. Es una lujosa celebración del regalo de Dios del placer sexual en el matrimonio. Me alegro de que esté en la Biblia. Entonces, lo que no estoy diciendo es que, si algo no es esencial para el matrimonio, no puede ser enormemente importante y espectacularmente maravilloso. Si algo no es esencial para el matrimonio, aún puede seguir siendo enormemente importante y espectacularmente maravilloso.
Así que Kyle tiene razón: si quitas el placer sexual del Cantar de los Cantares, ya no es una celebración del placer sexual. Y de ninguna manera estoy elogiando las relaciones sexuales sin placer. Considero tales experiencias como una realidad muy triste con la que algunos deben vivir. La pérdida del placer sexual en el matrimonio no es el ideal; no es el objetivo.
Los placeres de conocer a Cristo para siempre
De hecho, vamos un poco más lejos. Puesto que Dios diseñó el matrimonio en esta unión de una sola carne para que fuera una parábola, una representación de su relación con la iglesia y de la iglesia con Él, la ausencia del placer profundamente amoroso, en el acto de la unión de una sola carne, es menos que el drama completo de la intensidad, del gozo, entre Cristo y su iglesia. Quiero decir, me resulta asombroso pensar que Dios sabía exactamente lo que estaba haciendo al crear el sexo como parte del matrimonio y todos sus placeres exquisitos, y Él tenía en mente a Cristo y a la iglesia cuando lo hizo en el principio. Lo sabemos por Efesios 5:32.
Entonces, aunque el matrimonio puede existir sin este placer —sí puede—, es decir, no es su esencia; sin embargo, la representación más plena y completa del significado último del matrimonio no es posible sin ese placer. Puedes tener un verdadero matrimonio que sea una representación imperfecta de Cristo y su iglesia, pero el Cantar de los Cantares es correcto al celebrar el placer sexual en el matrimonio, porque una de las razones por las que el placer sexual en el matrimonio es tan maravilloso y tan importante se debe a que completa la imagen de cuán intensos serán para siempre los placeres de conocer a Cristo.
Entonces, la conclusión: no, no es esencial, pero sí, es asombrosamente importante y maravilloso.