¿Por qué es que los adolescentes parecen estar plagados de descontento? Más que otros grupos etarios, los adolescentes, en especial, están viviendo una edad de transición que quieren terminar rápidamente. Me identifico con ellos. A veces los adolescentes nos vemos atrapados en esta horrible trampa de anhelar tanto «crecer» que olvidamos la alegría del ahora. Pero quizás el descontento es bueno. C. S. Lewis dijo una vez: «Si encuentro en mi interior deseos que ninguna experiencia en este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui creado para otro mundo». Los cristianos debemos estar descontentos, pues anhelamos un mundo mejor que este, que está roto. Sin embargo, me temo que el descontento de los adolescentes no se encuentra tanto en la insatisfacción con este mundo, sino que en la ingratitud hacia nuestro Creador. Carecemos de gozo porque somos desagradecidos. Por lo tanto, ¿cómo puede cambiar esto? A continuación, comparto doce maneras en las que los adolescentes pueden cultivar su alegría ahora:
1. Deja de pensar en estos años como una transición: pensar que la vida aún no ha comenzado (pero lo hará una vez que seamos «adultos») es una distracción terrible de las cosas que importan. Provoca que no seamos responsables con nuestro tiempo.
2. Cultiva el servicio ahora: el servicio no es solo para los adultos. Ahora es un momento perfecto para encontrar un lugar para comenzar a servir en tu iglesia. Ve cuáles son tus dones y talentos únicos y úsalos para servir a otros.
3. No desperdicies tu educación: por más que nos guste pensar que la escuela, e incluso la universidad, son una pérdida de tiempo, existe un par de maneras en las que podemos invertir mejor nuestro tiempo que pensar esto. Estos años de educación son herramientas que nos equipan con muchas armas poderosas para la vida.
4. No restrinjas tu educación a una sala de clases: si pensamos que las únicas cosas que podemos aprender se encuentran en un libro de texto, tristemente, nos engañamos a nosotros mismos. Las oportunidades para aprender están a nuestro alrededor. Encuentra un mentor; pon en práctica lo que estás aprendiendo. Ve la vida como el libro de texto más grande que existe.
5. Lee buenos libros: los libros son instrumentos de disfrute, y más importante aún, de edificación. Lee bien, y lee mucho. No inhales solamente la empalagosa pelusa de la sección de Adultos Jóvenes que la biblioteca tiene para ofrecerte. Lee libros teológicos; lee buenas novelas, pero más importante…
6. Conoce la Biblia: no la leas solo para hacer felices a tus padres. Léela para descubrir el significado de la vida. Léela para conocer a Dios y léela para conocerte a ti mismo. No obstante, haz más que leerla: conócela. La Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Guárdala en tu corazón. Me han dicho que nuestros recuerdos empeoran con la edad. Aprovecha y usa tu juventud.
7. Sé un ejemplo piadoso: te observan; debes saberlo. Quienes son más jóvenes que tú piensan que eres la persona más genial que pisa el planeta y te imitarán. Debes saber que estás dando un ejemplo, consciente o inconscientemente, y otros te imitarán.
8. No permitas que las relaciones románticas te distraigan: yo no tenía citas; no buscaba una relación romántica y no lo hice hasta que estuve lista para casarme. La razón principal para esto es que no quise distraerme. Tener un novio (o una novia) toma mucho tiempo, y eso significa que otras cosas, cosas importantes, pierden dedicación. No puedo decirte que no tengas citas, pero sí quisiera que pongas lo primero, en primer lugar. No te distraigas.
9. Cuenta tus bendiciones: no lo hagas solo para fechas especiales; tampoco lo hagas trivialmente. Somos muy bendecidos. Visita páginas web como la de La Voz de los Mártires o Compassion International, y solo lee y observa. Luego, cuenta tus bendiciones.
10. Conoce lo que crees: ahora, esta etapa es lo que a menudo las personas llaman el tiempo más importante de nuestras vidas en relación a la cosmovisión. Es ahora cuando reclamamos como nuestra la fe de nuestros padres o la repudiamos porque era la fe de ellos es algo que ocurre ahora ya. No te llames cristiano porque tus padres lo son; llámate un cristiano porque estás siguiendo a Cristo.
11. Haz planes: el hecho de que nuestra adolescencia sea un tiempo importante no significa que no podamos planificar para el futuro. Haz planes respecto a la universidad, a las carreras y sueña en grande, pero confíale todo al Señor y descansa en Él.
12. No pierdas tu descontento: la ingratitud no es buena, pero el descontento lo es. No fuimos hechos para este mundo, por lo que no te encariñes mucho con él. Continúa buscando el Reino del cielo y encontrarás alegría en esta tierra.