Mientras me preparo para dar vuelta la página y comenzar un nuevo capítulo en mi vida, me pregunto, ¿qué traerá este nuevo año? ¿Qué nuevas alegrías me esperan este próximo año? ¿Qué desafíos? ¿Qué pruebas y qué sufrimientos? ¿Qué nuevas lecciones? ¿Qué sueños se harán realidad y qué nuevos sueños nacerán?
Quizás tu propio corazón está lleno de pensamientos y preguntas similares. ¿Miras hacia adelante con ilusión? ¿O es más con temor? ¿El futuro desconocido te paraliza de miedo? ¿O estás expectante a las cosas buenas que Dios hará? En lugar de desear que llegue el próximo año, ¿preferirías darte la vuelta y devolverte por el mismo camino por el cual llegaste? ¿O quizás estás sintiendo un poco de ambos?
La gran noticia es que Dios es el autor del año que viene. Él conoce cada uno de los tira y afloja que vienen más adelante tanto para ti como para mí. Él ha planeado el próximo año hasta el más mínimo detalle, todo teniendo su gloria y nuestro bien como objetivo. Por lo tanto, cuando se trata de enfrentar lo nuevo y lo inesperado, cuando el futuro parece aterrador e incierto, y cuando nos acercamos al cruce nuevo y desconocido del camino de la vida, lo mejor y la cosa más grande que podemos hacer es orar. Por medio de Cristo, podemos ir al trono de la gracia con confianza, llevando nuestras preocupaciones y ansiedades al Señor y encontraremos gracia y ayuda en nuestro momento de necesidad. Dios escucha nuestras oraciones, Él usa nuestras oraciones y Él desea que vayamos a Él en oración.
Si bien la lista de cosas por las que podemos orar para este año es interminable, he creado una lista para comenzar. ¿Te unirías a orar conmigo por nosotros y por otros?
1. Que podamos conocer el amor de Cristo: es una de las oraciones de Pablo por los efesios. Es una oración que abre nuestros ojos para ver el amor de Cristo de maneras nuevas y frescas. «También ruego que arraigados y cimentados en amor, ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios» (3:17-19). Pasaremos la eternidad conociendo las profundidades del amor de Cristo por nosotros, pero ¿no te gustaría comenzar ahora?
2. Que podamos conocer la Palabra de Dios: fue la Palabra de Dios la que comenzó esta bolita azul a la que llamamos Tierra que gira y da vueltas en el oscuro vacío. Es su Palabra la que trae y que sustenta la vida. Es su Palabra la que logró nuestra redención cuando Cristo clamó en la cruz, «¡consumado es!». Y es en su Palabra escrita que se nos muestra el camino de la vida. La Escritura nos cuenta que todos necesitamos saber quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros en Cristo. También es su Palabra la que nos cambia y nos santifica. «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón» (Heb 4:12). Oremos este año por corazones que amen la Palabra de Dios.
3. Que deseemos a Cristo por sobre todo lo demás: no podemos amar a Dios en nuestras propias fuerzas. Con nuestros propios recursos, sólo podríamos amarnos a nosotros mismos. Sólo Dios puede darles vida a nuestros corazones muertos, dándonos corazones que lo amen y deseen obedecerlo. «Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne» (Ez 36:26). Oremos para que este año nuestros corazones amen a Cristo por sobre todas las cosas. Oremos por corazones que estén insatisfechos con los ofrecimientos chatarra de este mundo y que desarrollen un paladar por el rico y profundamente satisfactorio amor de Cristo.
4. Que Dios nos muestre los ídolos de nuestro corazón: todas las cosas a las que nos arrodillamos en nuestro corazón, las cosas que amamos más que a Cristo son ídolos. Éxito, afecto, afirmación, dinero, posesiones, familia, trabajos: todas ellas son ídolos del corazón. Ora para que Dios te revele qué ídolos se mantienen erguidos en el altar de tu corazón. Ora para te ayude a sacarlos de ahí y así poner más amor por Cristo en su lugar.
5. Que seamos rápidos para arrepentirnos: Martín Lutero describió la vida cristiana como una de arrepentimiento. Mientras vivamos en este mundo manchado por el pecado, continuaremos pecando. Oremos por corazones que sean rápidos para arrepentirse. Que fácilmente volvamos a la cruz y apliquemos lo que Cristo ha hecho por nosotros, lavándonos nuevamente con su gracia perdonadora.
6. Que pensemos menos en nosotros mismos: Tim Keller describe la humildad así: «la esencia de la humildad del Evangelio no está en tener un gran concepto de mí mismo o un concepto inferior de mí mismo, sino que en pensar menos en mí mismo». Este año, oremos para que podamos pasar menos tiempo consumidas en nosotras y más tiempo pensando en amar a Dios y en amar a otros.
7. Que podamos tener el gozo del Evangelio: el gozo del Evangelio es el gozo que nos ancla en medio de las tormentas más feroces de la vida. Es el constante firme horizonte en las oleadas de la vida. Permanece con nosotras sin importar nuestras circunstancias. Esto es algo por lo que oro bastante a menudo porque tiendo a notar las nubes de tormenta y olvido el sol que está brillando sobre ellas. El gozo del Evangelio viene al saber lo que Cristo ha hecho por nosotros, lo que ha logrado por nosotros, quiénes somos debido a Él y la eterna esperanza que tenemos por medio de Él.
8. Que podamos amar como Cristo: de la misma manera en que no podemos amar a Dios por nuestras propias fuerzas, tampoco podemos amar a otros por nuestras propias fuerzas. Necesitamos orar para que podamos tener un amor como el de Cristo, el tipo de amor que busca lo mejor en otros, que toma el último lugar, que sirve y que se sacrifica. El apóstol Juan dijo que nosotros amamos porque Dios nos amó primero. Este año, centrémonos en el amor que Cristo tiene por nosotros y que nos impulse a amar a otros como Él lo hace.
9. Que contemos nuestros días: en el Salmo 39, David oró, «Señor, hazme saber mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que yo sepa cuán efímero soy» (v. 4). Que esta también sea nuestra oración. Que podamos darnos cuenta cuán fugaz es nuestra vida y cuán importante es que no desperdiciemos nuestro poco tiempo. Que usemos cada momento para la gran gloria y alabanza de Dios.
10. Que se haga la voluntad de Dios: en la serie de libros de ficción Mitford, el padre Tim le dice a otros que él estaba «orando la oración que nunca falla». Orar para que se haga la voluntad de Dios es la oración que nunca falla. Debemos someter todas nuestras oraciones y deseos a la voluntad de Dios, confiando que su voluntad es perfecta, santa, justa y buena.
Esa es mi lista de oración para comenzar este año. ¿Qué hay en tu lista de oración?
Este recurso fue publicado originalmente en esta dirección.

