Este artículo es parte de la serie Diez cosas que debes saber publicada originalmente en Crossway.
1. La paternidad comienza en Dios, puesto que Él es nuestro Padre
Dios es nuestro Padre en dos niveles. Primero, Él nos creó: «¿no es Él tu Padre que te compró? Él te hizo y te estableció» (Dt 32:6). Segundo, Él nos adoptó: «pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: “¡Abba, Padre!”» (Ro 8:15). La realidad última no es mecánica, sino relacional; no es física, sino paternal.
2. La paternidad de Dios, rara vez enseñada en el Antiguo Testamento, se enfatiza fuertemente en el Nuevo Testamento
Fue Jesús quien nos enseñó a orar el Padre Nuestro (Mt 6:9) y a ver a Dios como nuestro Padre (Lc 15:11-32). Lo que Jesús enfatizó demuestra que percibir a Dios como nuestro Padre es un punto culminante en la enseñanza bíblica.
3. La paternidad bajó a nosotros los hombres como una gracia del cielo
«Doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra» (Ef 3:14-15). Nosotros no proyectamos nuestra noción de paternidad en Dios; al contrario, Dios nos brindó su propia visión de lo que significa la paternidad.
4. Un padre puede enriquecer a sus hijos con una gran herencia espiritual
«Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos» (Sal 44:1). Cada generación no tiene que aprender nuevamente todo desde cero. Un padre puede darles una ventaja a sus hijos al transmitirles las antiguas historias de lo que Dios ha hecho.
5. Tristemente, un padre también puede transmitirles a sus hijos patrones pecaminosos
«Y los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros, y se pusieron en pie, confesando sus pecados y las iniquidades de sus padres» (Neh 9:2). ¡Algunas tradiciones familiares necesitan morir!
6. Un padre debe guiar a sus hijos hacia lo que es correcto y bueno
«Porque el Señor ama a quien reprende, como un padre al hijo en quien se deleita» (Pr 3:12). La disciplina es una manera importante en que un padre ama a sus hijos.
7. Un padre tiene cuidado, al disciplinar a sus hijos, de no volverse severo
«Y ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos» (Ef 6:4). Después de todo, Dios, nuestro Padre compasivo, «se acuerda de que solo somos polvo» (Sal 103:13-14).
8. Un padre afirma con valentía que toda su familia es para el Señor
«Yo y mi casa, serviremos al Señor» (Jos 24:15).
9. Un padre provee para las legítimas necesidades terrenales de su familia
«Pero si alguien no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo» (1Ti 5:18).
10. Un hombre se convierte en un padre espiritual al llevar a alguien a la fe en Cristo y un pastor es una presencia paternal entre su congregación
«Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones» (Fi 10). «Saben además de qué manera los exhortábamos, alentábamos e implorábamos a cada uno de ustedes, como un padre lo haría con sus propios hijos, para que anduvieran como es digno del Dios» (1Ts 2:11-12).