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Nota del editor: esta es la respuesta a una de las diferentes preguntas que los oyentes del pódcast Ask Pastor John le hacen al pastor John Piper.

Bienvenidos de vuelta al pódcast en esta semana de vacaciones para nosotros en los Estados Unidos. Mañana es 4 de julio, Día de la Independencia. Siempre es bueno invertir un poco de tiempo en estos meses más lentos para dar un paso hacia atrás en la vida y reflexionar sobre las grandes preguntas, como: ¿cuál es el propósito de mi vida en este planeta? ¿Por qué existo? ¿Qué he venido a hacer aquí? ¿Qué significa ser productivo? ¿Cómo debo responder a mis días más improductivos? ¿Cómo lucho con mis propias tendencias holgazanas que impiden mi productividad? Todas son preguntas súper importantes que han estado presentes en sus mentes a lo largo de los años, como se evidencia en el libro de APJ en las páginas 85 a la 94.

Hoy regresamos al propósito y a la productividad, en el mes de julio comenzamos a leer la epístola de Pablo a los Colosenses, un libro que reúne todo esto para una estudiante universitaria que nos escribe hoy: «pastor John, soy una universitaria de 20 años que está intentando descubrir lo que realmente significa seguir a Cristo en todas las áreas de la vida. Sé que soy salva por gracia, pero siento constantemente la presión de las expectativas mundanas. En Colosenses 2:20, Pablo me interroga con una pregunta que a menudo resuena en mi mente: «¿por qué [vives] como si aún viviera[s] en el mundo?».

Esta pregunta me golpea especialmente fuerte en este momento, en una etapa donde me siento tan enredada en los valores del mundo. Todo en mi vida parece estar enfocado en el éxito, en las relaciones románticas y en las ambiciones profesionales. Como estudiante universitaria, soy bombardeada con mensajes sobre lo que significa ser exitosa: llegar al trabajo correcto, subir en la escala social, lograr objetivos. No obstante, cuando leo este pasaje, me pregunto: ¿debería preocuparme por estas cosas? ¿Qué significa estar viva en el mundo pero muerta en el mundo? ¿Significa que debo ignorar mi futuro, mis amistades o incluso mis aspiraciones profesionales? ¿Cómo vivo en el mundo sin quedarme atrapada en sus distracciones temporales, especialmente, cuando todo alrededor me anima a ir tras ellas?».

Permíteme volver a enunciar la oración clave que escucho y luego relacionarla inmediatamente con Colosenses. Esto es: «¿deberían preocuparme estas cosas [éxito, relaciones románticas, ambiciones profesionales]? ¿Qué significa estar viva en el mundo pero muerta en el mundo? ¿Significa que debo ignorar mi futuro, mis amistades o incluso mis aspiraciones profesionales?». Esa es la declaración clave. (Y la respuesta corta a esa última pregunta sobre ignorar todas esas cosas es no, no deberías).

Muerto y vivo

Vayamos a Colosenses y veamos lo que significa estar muerto. ¿Cuál es esa realidad? Este es Colosenses 3:1-4:

Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida [por tanto, moriste, pero tienes vida] con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida [Cristo que es tu vida], sea manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con Él en gloria.

Cuando Dios nos unió con Cristo por medio de nuestra fe en Jesús, morimos con Él. Su muerte se convirtió en nuestra muerte. Nuestro viejo yo incrédulo ha recibido realmente un golpe mortal. Ese antiguo yo ya no es el verdadero yo y un nuevo yo de fe ha comenzado a existir: resucitamos con Cristo. Y la gloria verdadera de nuestro nuevo yo —como hijo y heredero del Creador del universo— está escondida con Cristo en Dios y será manifestado como un sol abrasador cuando Él venga.

Por lo tanto, la pregunta que todos debemos hacernos es esta: ¿cómo vivimos como aquellos que han muerto al pecado, a la incredulidad y a la autoexaltación? Esa antigua persona está muerta. Los impulsos de este mundo caído nos presionan, pero no tendrán dominio sobre nosotros, dice Pablo en Romanos 6:14. ¿Cómo vivimos como aquellos que viven en Cristo y son habitados por el Espíritu Santo?

Y de eso es de lo que se trata Colosenses capítulo 3 y capítulo 4, y todo el resto de Colosenses. Y la clave absoluta (a esto dedicaré todo mi tiempo aquí, un par de minutos) la afirmación clave absoluta en esos dos capítulos de Colosenses 3 y 4 que guiarán a un estudiante universitario mientras él o ella sea bombardeado con todo tipo de ideas sobre cómo tomar decisiones respecto a carreras, relaciones y entretenciones, esa afirmación absoluta clave es Colosenses 3:17: «y todo lo que hagan» estudiantes universitarios, «de palabra o de hecho» —es decir, lo que sea que digan y lo que sea que hagan— «háganlo todo en el nombre del Señor Jesús».

¿Alguien te presenta un camino de carrera profesional? Pregunta: «¿puedo hacerlo en el nombre del Señor Jesús?». ¿Alguien te sugiere que salgas con ese jovencito o jovencita? Pregunta: «¿puedo hacerlo en el nombre del Señor Jesús?». Alguien dice: «deberías ver esta película». Pregunta: «¿puedo hacerlo en el nombre del Señor Jesús?».

Cómo vivir

Por lo tanto, ¿qué significa hablar y actuar «en el nombre del Señor Jesús»? Creo que significa al menos tres cosas:

En primer lugar, lo haces en la fuerza del Señor Jesús (1P 4:11). Es decir, lo haces al confiar en que Él es aquel que, por su majestuoso y autoritativo nombre, te ayudará a hacerlo. Eso es lo primero, fuerza: en la fuerza del Señor.

En segundo lugar, lo haces como el Señor Jesús lo prescribe. Podrías decir: «pastor John, la Biblia no me da instrucciones detalladas sobre cómo estudiar para esta prueba de Historia o sobre el chico en particular que me interesa o sobre este camino particular de escoger la ingeniería como carrera». Bien, eso es verdad. No te da una guía detallada sobre cuál de esas cosas hacer, pero sí te dice mucho sobre la manera de abordar una cosa: cómo abordar los estudios, cómo abordar las relaciones amorosas, cómo abordar una decisión de carrera profesional. ¿Lo harás con honestidad, humildad, pureza, sabiduría, gozo, misericordia, amor, sumisión, generosidad, rigurosidad, entusiasmo, y así sucesivamente? La Biblia no está en silencio respecto a la forma de hacer algo. Eso es lo segundo. Primero, hazlo con la fuerza que Dios da. Segundo, hazlo como el Señor prescribe.

Y en tercer lugar, hazlo para su gloria (1Co 10:31). Hacer algo en el nombre de Jesús significa hacerlo con miras a su glorificación; es decir, a fin de engrandecerlo con la manera en que haces algo y con lo que haces, para que Él luzca grandioso en tu vida. Ese es tu objetivo: hacer que el Señor Jesucristo se vea grandioso. Tus decisiones en cuanto a relaciones y entretenimiento, y carreras profesionales hacen que Jesús se vea grandioso, verdadero y hermoso como realmente es.

Una cosa importante

Recuerdo (y tú recuerdas esto, Tony; lo hemos conversado) estar frente a 30 000 estudiantes en el 2000 en OneDay, Diciendo: «no necesitas» —puedo escucharme hacerlo porque he visto ese video— «no necesitas saber muchas cosas para ser un cristiano fiel y hacer un gran impacto en tu vida. Necesitas saber una dos o tres cosas realmente importantes y estar dispuesto a morir por ellas».

Y soy muy apasionado con esto porque, personalmente (al igual que el típico estudiante universitario, creo), tiendo y he tendido por 50 años a sentirme abrumado ante el número de cosas que vienen a mí, diciéndome cómo hacer todo. ¡Caramba! Todos tienen una idea de lo que debes comer, cómo te debes ejercitar, qué debes leer, qué debes mirar y qué debes hacer con tu vida. He sobrevivido como cristiano por 70 años (más de 70 años ahora; fui salvado cuando tenía 6) bajo esa ola de marea de consejos diciéndome a mí mismo: «no necesito saber muchas cosas, pero sé una: debo hacer absolutamente todo en mi vida en el nombre de Jesús, mi Señor». O si quieres decirlo así: «necesito saber tres cosas», y estas son: «en todo lo que haga, debo confiar en Él para que me dé la fuerza para hacerlo. Debo hacerlo como Él lo prescribe. Debo hacerlo para que se vea glorioso».

Oh, mis queridos amigos universitarios, esto les será útil. No necesitan sentir que se están ahogando en un océano de consejos contradictorios. Es un océano, y son contradictorios, pero no necesitan ahogarse. Ustedes conocen un hecho grandioso y decisivo: Dios los hizo a ustedes y a todo lo demás para la gloria de Jesucristo.

El verdadero éxito

Por lo tanto, cuando estos universitarios digan: «soy bombardeada con mensajes sobre lo que significa ser exitosa», yo respondo: «eso es verdad. Y ahora no necesitas sentirte abrumada, porque sabes exactamente lo que significa ser exitoso». Sí, lo sabes. Sí, lo sabes. El éxito, que simplemente significa lograr tus objetivos, es hacerlo todo en el nombre del Señor Jesús. El éxito consiste en confiar en Jesús para recibir su ayuda, hacer las cosas a su manera y hacerlo para su gloria. Al final, nada más importa.

Voy a volver a decir eso. Lo digo con confianza por lo que la Biblia nos enseña: finalmente, nada más importa. Por eso serás juzgado en el último día. ¿Hiciste todo en el nombre del Señor Jesús?

Con esa sola verdad, será evidente para ti qué caminos en la vida están fuera de tus límites. En esos caminos, te dará vergüenza pedir su ayuda, su fortaleza. Él será claro sobre qué caminos no puedes tomar y actuar de su forma. Verás lo que no puedes hacer para su gloria. Hay cosas que no lo glorifican. Él será deshonrado, no glorificado, si vas por ese camino.

Por lo tanto, exhorto a cada adolescente y a cada estudiante universitario a asimilar bien esto. ¿Por qué existes? Asimílalo; descúbrelo; resuélvelo. Si toma un año, resuélvelo. Es la cosa más importante que puedes resolver. ¿Por qué existes? Y diré la respuesta de la Biblia ahora: tú existes —ciertamente, el universo existe— para que todo se haga en el nombre del Señor Jesús, en su fuerza, a su manera, para su gloria. Que esa sea la estrella polar de tu vida.

Publicado originalmente en Desiring God. Usado con permiso.
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John Piper
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John Piper

John Piper es fundador y profesor de desiringGod.org y rector de Bethlehem College & Seminary. Por 33 años, sirvió como pastor de la Iglesia bautista Bethlehem en Minneapolis, Minnesota. Es autor de más de 50 libros, dentro de ellos se encuentran: Sed de Dios: meditaciones de un hedonista cristiano, y más recientemente, Por qué amo al apóstol Pablo: 30 razones.
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