Este artículo forma parte de la serie Cómo orar, publicada originalmente en Crossway.
La oración cambia nuestro estudio
La oración es el medio por el cual le imploramos al Espíritu Santo que se instale en nuestro tiempo de estudio. Sin la oración, nuestro estudio no es nada más que una búsqueda intelectual; con la oración, es un medio de comunicarse con el Señor. La oración es lo que cambia nuestro estudio desde la búsqueda del conocimiento hacia la búsqueda de Dios mismo.
Podrías estar familiarizada con el acrónimo en inglés PART (ARPA, en español) como un ayudamemoria de los elementos clave de la oración:
Alaba: glorifica a Dios por quién es Él y por lo que ha hecho.
Reconoce: confiesa a Dios aquello que no has hecho como a Él le agrada.
Pide: pídele a Dios que te perdone por tus pecados y que satisfaga tus necesidades.
Agradece: da gracias a Dios por quién es Él y por lo que ha hecho.
Ora antes de tu estudio
Alaba: comienza alabando a Dios por darnos la revelación de su voluntad y de su carácter en su Palabra. Si estás en medio de un libro, alábalo por los atributos específicos que tu estudio ha revelado. Si estás comenzando uno, alábalo por su misericordia y gracia al darte el regalo de la Biblia.
Reconoce: identifica tu propio conjunto de inseguridades y debilidades al comenzar tu estudio y ponlo ante el Señor. Confiesa que no puedes hacerlo y que te parece demasiado difícil. Confiesa cualquier pecado que pueda estorbar tu estudio (¿orgullo?, ¿impaciencia?, ¿distracción?). Confiesa tu falta de deseo.
Pide: pídele al Señor oídos para escuchar y ojos para ver mientras estudias. Pídele que te guarde de las distracciones durante el tiempo que has apartado; pídele que despeje tu mente de otras preocupaciones. Pídele que te revele su carácter y tu pecado. Pídele que haga que su Palabra sea viva para ti de tal manera que lo conozcas mejor y veas tu propia necesidad de Él más claramente.
Agradece: dale gracias porque se ha revelado a sí mismo en la Biblia y porque te ha dado la capacidad de conocerlo. Agradécele por el tiempo de estudio. Agradécele por el regalo de Jesucristo.
Ora durante tu estudio
Alaba: mientras estudias, alaba a Dios cuando hagas una conexión sobre su carácter que no habías entendido antes. Alábalo cuando te des cuenta de que estás haciendo las preguntas correctas del texto por ti misma. Alábalo cuando te encuentres disfrutando tu estudio, sabiendo que Él es el origen de ese gozo.
Reconoce: confiesa cuando te frustres con tu estudio. Confiesa si lo encuentras aburrido. Dile lo que preferirías estar haciendo o qué se siente más urgente. Confiesa si te sientes incómoda con lo que el pasaje está pidiendo de ti o con lo que te está mostrando.
Pide: cuando te encuentres con un pasaje difícil, pídele al Señor que te otorgue comprensión. Si tu mente está distraída, pídele ayuda para mantenerte concentrada. Si te frustras, pídele que te enseñe paciencia y humildad. Si te encuentras corriendo, pídele que te ayude a bajar la velocidad. Si eres asediada con interrupciones, pídele que te dé un tiempo de paz o que te ayude a saber si es tiempo de suspender el estudio y retomarlo otro día.
Agradece: da gracias al Señor cuando lleve a tu mente otros pasajes de la Escritura que confirmen o refuercen lo que estás aprendiendo en tu estudio. Agradécele cuando recibas corrección del texto o cuando te dé un ejemplo para seguir. Dale gracias cada vez que el Evangelio se revele a ti a través del estudio.
Ora después del estudio
Alaba: medita en el aspecto del carácter de Dios que tu estudio te está revelando. ¿Este pasaje mostró a Dios como misericordioso, paciente, generoso, santo o airado? Alaba a Dios por este aspecto revelado de quien es Él. Si es apropiado, ora en voz alta el pasaje de la Escritura que celebra ese aspecto del carácter de Dios.
Reconoce: confiesa cualquier pecado personal que tu tiempo de estudio trajo a la luz. Confiesa tu tentación a aplicar el pasaje al problema de pecado de alguien más en lugar del tuyo. Confiesa si te estás permitiendo distraerte mientras estudias. ¿El tiempo de estudio aumentó tu consciencia de tu falta de comprensión? ¿Te apuraste para terminar? Confiesa eso también.
Pide: pídele al Señor que te ayude a aplicar lo que has aprendido. ¿Aprender que Dios es misericordioso revela tu propia falta de gracia hacia alguien? Pídele al Señor que te ayude a actuar según lo que has aprendido. Pídele que traiga a tu mente lo que has estudiado a medida que avanzas en el día y en la semana. Si tu tiempo de estudio se sintió infructuoso, pídele que te ayude a confiar en que hay fruto que aún no puedes ver. Pídele que te dé el deseo de perseverar en el proceso de aprendizaje.
Agradece: agradece al Señor por lo que te está enseñando. Dale gracias por el regalo de la comprensión y por los hombres y mujeres que han escrito los comentarios que usas. Agradécele específicamente por una verdad que Él te ha mostrado durante tu estudio.