Título original en inglés: «Spiritual Abuse in Marriage (part 2)».
Esta es la segunda parte de una serie de dos artículos. Aquí puedes encontrar el primero.
En la primera publicación, analizamos el daño causado a las mujeres cuyos maridos usan la Escritura para controlarlas y criticarlas. Esta segunda parte se enfoca en cómo ayudarlas.
El abuso espiritual ocurre cuando un opresor establece control y dominación usando la Escritura, la doctrina o su rol de liderazgo como un arma. Si un esposo exhibe un liderazgo orientado al control al enseñorearse de su poder, exigir sumisión o usar la Escritura en la vida diaria o durante un conflicto para avergonzar y castigar, estas son entonces señales de abuso espiritual.
Cuando un abusador espiritual tuerce la Escritura para atacar a su cónyuge, el daño puede sentirse como si viniera de Dios mismo. Aunque la Escritura está fuera de contexto, distorsionada y convertida en un arma, puede parecer que Dios es el que está avergonzando. Si el abuso viene en forma de versículos bíblicos o doctrina, los oprimidos generalmente no saben que lo que se les dice está mal. Esto hace que sea un desafío para las víctimas identificar el daño y para nosotros ayudarlos a distinguir el verdadero Evangelio de las mentiras que les han dicho. Así que debemos proceder con cuidado para hacerlo bien.
¿Cómo podemos invitar a personas cansadas y agobiadas a que sean renovadas cuando su experiencia con la Escritura ha sido tan negativa? La siguiente lista te ayudará a pensar en esta pregunta.
Escucha para aprender
En primer lugar, toma el tiempo necesario para conocer el alcance total del daño. Escucha cuáles son las palabras y los versículos exactos que han perforado su corazón y que se le han quedado grabados. No querrás cometer el error de usar los mismos versículos y conceptos. Cuando estés hablando con alguien que ha sido abusado espiritualmente, ten en cuenta cómo la persona escucha o interpreta ciertas palabras y términos. Aprende cómo te escuchará antes de que hables. Cuanto menos hables durante la revelación inicial, más aprenderás sobre lo que se le ha dicho a la persona y lo que cree. Será tentador comenzar a rectificar las falsas interpretaciones de la Escritura. Pero es esencial que la persona cuente toda la historia para que puedas hacerte una idea de las mentiras que ha escuchado y adoptado.
Busca conocer:
- Qué enseñanzas o pasajes específicos han sido usados para dañar o controlar.
- Cómo se siente llevar esa herida.
- Cómo las heridas dan forma a la experiencia de la persona con:
- Los cristianos
- La iglesia
- El matrimonio
- Las personas en autoridad
- La Biblia
- Dios
Conocer la historia de la víctima, su contexto, las heridas concretas y cómo se relaciona con su comunidad y con la Escritura te ayudará mientras buscas cuidar de ella.
Aborda las distorsiones con cuidado
En segundo lugar, ten en cuenta que a las víctimas les falta claridad. A medida que desentierres los abusos, rápidamente te darás cuenta de las distorsiones y comprenderás cómo se aplicaron mal los pasajes. Tendrás claridad sobre lo que está mal de lo que dijo el abusador, porque tu mente y conciencia no fueron atacadas. Estás al margen y, por lo tanto, tienes una perspectiva diferente. Esta no será la experiencia de la víctima. Ella está en medio de la niebla. Ella podría saber que algo anda mal o podría creer de todo corazón lo que el abusador dijo sobre ella y sobre el Señor. Ten en cuenta que apelar a la Biblia en este momento podría empeorar las cosas temporalmente.
Las víctimas son propensas a escuchar lo que se les ha impuesto creer y a importar todas las distorsiones en el pasaje que compartimos con ellos. Este proceso es complejo porque la verdad ha sido torcida y corrompida con mentiras. Satanás hizo esto en el jardín. Él torció y corrompió las buenas palabras de Dios. Fue capaz de oscurecer la verdad y hacer un gran daño al hacerlo.
Atiende el corazón herido. No debatas
En tercer lugar, no debatas ni des un sermón a las víctimas. Lo que sucedió está mal, y si bien puedes usar la Biblia para llegar a la verdad, esta no es una batalla sobre interpretaciones teológicas correctas. Debemos ir en busca de los corazones heridos de la manera en que Jesús los busca: con gentileza y paciencia. Él hace preguntas. Como Jesús, haz que el herido se abra. Con el tiempo, llegarás a la enseñanza restaurativa, pero primero debes conocer y cuidar a la persona.
Una mujer, Rebekah, me dijo que acudió a su pastor en busca de ayuda cuando su hijo tenía fiebre de 40 grados. Su marido le había prohibido llevar a su bebé al médico. El pastor le dijo: «debes obedecer a tu esposo. Tu hijo solo será sanado si le obedeces». Él le dijo que Dios juzgaría su obediencia y, si su hijo moría, sería porque ella no había honrado a su esposo. La forma en que el esposo y el pastor aplicó 1 Pedro 3:1 está desequilibrada y distorsionada. Sin embargo, ella estaba en una cultura de matrimonio y de iglesia donde los líderes perpetuamente reforzaban esa verdad distorsionada. Ella no podía desenredarlo bíblicamente, solo instintivamente. Mis conversaciones con ella habrían sido infructuosas si rápidamente hubiese buscado reinterpretar y explicarle 1 Pedro 3.
Permite expresiones de profundo dolor
En cuarto lugar, es fundamental que las víctimas expresen sus heridas. Necesitas escuchar todo el llanto de su corazón. Potencialmente, descubrirás ira, frustración, miedo y muchas otras emociones desordenadas y confusas. No necesitas tener las respuestas; simplemente necesitas ayudarla a hablar y a lamentarse por las excesivas cargas espirituales que lleva y el daño que le ha causado.
Prepárate para que las víctimas no sean capaces de reconocer al Dios verdadero y amoroso. Es probable que los abusos que soportó en sus relaciones humanas hayan tergiversado quién es Dios y cómo se relaciona con ella. Es posible que solo tengan una visión distorsionada de Dios y piensen en Él como un juez severo e implacable.
Extiende la invitación de Jesús a descansar
En quinto lugar, invítala a descansar. Jesús invita a los cansados y cargados a venir a Él y encontrar descanso (Mt 11:28). Esta invitación nos recuerda Jeremías 31:25: «Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada». Los agobiados luchan mucho y trabajan duro. Los cargados se tambalean bajo cargas excesivas. En Mateo 11, Jesús habla con ternura a las personas que sufren por las palabras agobiantes y la mala aplicación de la ley y la Escritura por parte de los líderes de Israel. Podemos establecer aquí una comparación con aquellos que están sufriendo en matrimonios espiritualmente opresivos. Jesús les invita a descansar en Él porque Él es diferente. Él es quien llena las almas cumpliendo la ley para que puedan ser aliviados y estén en paz con Dios. Es un descanso basado únicamente en lo que Jesús ha hecho. Jesús los invita a tomar su yugo. Este no es el yugo de la Ley de Moisés, sino el yugo de aprender acerca de Él o, como dice Colosenses 2, de andar en Él, de ser edificados en Él e injertados en Él, después de que Él haya hecho toda la obra.
Muestra la ternura de Jesús
En sexto lugar, muestra la ternura de Jesús. Jesús trata con ternura a los heridos. Es un maestro diferente. A lo largo de los evangelios, vemos cómo Él está agobiado por el sufrimiento de su pueblo. Él, a diferencia de los opresores, no es exigente. Él es quien alivia las cargas. Atraer a la gente a ver la ternura de Jesús les ayudará a restaurar su comprensión de Él. No se trata de religión o de la persona que han experimentado previamente; es un encuentro con el Señor fundamentalmente diferente al que habían tenido antes.
Aquí hay otra representación de la ternura de Jesús que puede bendecir a las víctimas. Mientras Jesús está en la cruz y en su hora más oscura enfrentando la muerte, experimentando un dolor físico prolongado y la separación de Dios, su atención estaba en las personas que lo rodeaban. Ve a su madre y le pide a Juan que la cuide. Ve y muestra preocupación por los responsables de su muerte, pronunciando: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». Él promete salvación al ladrón arrepentido en la cruz.
No solo se preocupó por los demás, sino que también vemos cómo Jesús eligió usar su poder. Jesús tenía una fuerza descomunal a su disposición, pero se contiene. Sabía que debía morir para traer salvación. Dejó a un lado su fuerza y su poder. Fue manso, en beneficio de los débiles. Demuestra que no es un tirano dominante, sino un Rey manso. Aquí, nuevamente, hay una imagen que es completamente opuesta a los opresores que abusan del poder y que no están dispuestos a sacrificarse para ayudar a otros.
Encarna la ternura de Jesús
Finalmente, ¿cómo podemos captar la sorprendente ternura de Jesús para aquellos que no lo ven a través de esa lente? Primero, se expresa en la manera que tratamos a los heridos. No es suficiente enseñar a los heridos sobre la ternura de Jesús; somos llamados a encarnar la Escritura para estas tiernas almas. Las enseñanzas de Pablo captan sus súplicas de representar a Jesús con precisión (Gá 4:1; 1Co 4:21; 2Co 10:1). Tenemos que encarnar su dulzura para darles a probar al dulce Sanador.
Pablo le dice a Timoteo que instruya tiernamente incluso a aquellos que se oponen a él (2Ti 2:25). Somos llamados a irradiar ternura. Debes estar preparado para que haya momentos en los que no lo harás mientras caminas con las víctimas. Cuando eso suceda, deja que te diga que la lastimaste, que la avergonzaste sin darte cuenta, que te moviste demasiado rápido, que la presionaste demasiado o que sonaste sermoneador. Esto es duro, ¡pero fundamental! Estas mujeres han sido lastimadas por personas opresivas que carecen de humildad. Tenemos que comportarnos y responder con un marcado contraste. Los opresores no permiten la corrección, por lo que debemos mostrar mejor a Jesús invitándolos rutinariamente a compartir cómo los hemos lastimado o cómo nosotros y otros hemos faltado a sus corazones. Nosotros, como Pablo, necesitamos liderar con nuestra necesidad de Jesús. Estamos con ellos, no por encima de ellos. Nosotros también tenemos una gran necesidad de un Salvador amable.
Es mi oración que al buscar amar a aquellos que han sido oprimidos espiritualmente, ellos lleguen a conocer a Jesús como realmente es.