volver


Por otra parte, libró al justo Lot, que se hallaba abrumado por la vida desenfrenada de esos perversos, pues este justo, que convivía con ellos y amaba el bien, día tras día sentía que se le despedazaba el alma por las obras inicuas que veía y oía. (2 Pedro 2:7-8)

Pedro nos muestra que no todos los habitantes de Sodoma y Gomorra fueron destruidos, ya que Lot fue puesto a salvo. Junto con ello nos resalta una importante actitud de Lot frente a la realidad que vivió en Sodoma y Gomorra. En medio de una sociedad inmoral y desenfrenada, Lot sentía que se le despedazaba el alma por las cosas que veía y oía. Literalmente sentía una tortura por la degradación moral del lugar en que vivía.

¿Cuántos cristianos sentimos esto frente al pecado de nuestra sociedad actual?

Muchos de nosotros reconocemos la realidad del pecado, pero sinceramente muy pocas veces sentimos que se nos “despedaza el alma” por las cosas que vemos a nuestro alrededor. Pedro nos muestra que Lot amaba el bien, y que a pesar de ser parte de esa sociedad, no se amoldaba. Sin embargo, tristemente, en el mundo de hoy vemos cómo los cristianos muchas veces nos amoldamos sutilmente en vez de seguir amando el bien y atormentarnos por las cosas que vemos a diario. Basta con observar lo que los cristianos ven en la televisión. Gradualmente nos hemos vuelto tolerantes ante cosas que años atrás pocos habrían observado sin apagar el televisor inmediatamente. Y lo mismo sucede con la música, sobre todo en América Latina, donde solamente porque una canción está de moda o es “pegajosa” no nos causa el menor problema con sus fuertes y degradantes contenidos sexuales —usando frases que, hace sólo un par de décadas, habrían dejado atónito a cualquier cristiano—.

Más triste aun es que incluso ya no nos preocupa que nuestros propios hijos escuchen este tipo de contenidos desde pequeños.

¿Cómo podemos escuchar una canción solo por ser “pegajosa” sin importar si ofende a Dios o si rebaja su visión de la mujer o la sexualidad?

Qué triste ha sido darme cuenta de que yo también he caído en eso. Muchas veces el Espíritu Santo me ha confrontado seriamente mientras veo una serie de televisión que contiene escenas de fuerte contenido solo porque es la serie de moda. O al escuchar una canción de letra claramente inmoral solo porque está de moda. Claramente nada de esto puede estar por sobre la autoridad de Dios en nuestra vida. Debemos cuestionarnos seriamente nuestra fe en él si ni siquiera podemos sacrificar el contenido de nuestros pasatiempos por honrarlo.

Ante esta situación debemos reaccionar con urgencia para que la realidad que vemos nos abrume correctamente.

Primero, debemos arrepentirnos delante de él y pedirle que, en medio de los difíciles tiempos en que vivimos, nos ayude por medio de su Espíritu Santo a honrarle sin vergüenza ni temor. Debemos dar gracias porque es misericordioso y, gracias a su Hijo, perdona nuestros pecados sin que lo merezcamos.

Si decimos creer que él es Dios y rey del universo, también debemos ir en busca de su palabra para interesarnos de verdad en sus preceptos sobre la moral y no en las voces de nuestra propia comodidad y amoldamiento.

Además, debemos preocuparnos de verdad por lo que pasa en nuestra sociedad. Nos hemos dejado de interesar realmente en ella ya sea porque nos hemos amoldado o bien porque nos hemos encerrado tan cómodamente en nuestras iglesias que hemos dejado de mirar hacia fuera. Debemos angustiarnos sinceramente por lo que sucede a nuestro alrededor. La vulgarización del sexo en la música no es algo divertido. Nuestros jóvenes bombardean constantemente sus mentes con letras que basurean su sexualidad y tratan sus cuerpos como meros objetos. Letras que tergiversan el amor incondicional por relaciones de una noche solo para satisfacer deseos egoístas. La implicancia de esto en sus vidas es y será algo desastroso. Cada día podemos ver cómo más jóvenes sufren profundos daños emocionales, inseguridad, soledad, depresión, falta de confianza, falta de amor propio, falta de fidelidad y pérdida de confianza en el matrimonio. Como cristianos que enfrentan esta realidad no podemos simplemente reírnos cantando la canción de moda o permaneciendo tolerantes porque hoy en día es lo normal. Esa realidad debe llevarnos a orar por nuestra sociedad y a mostrar con urgencia el amor de Dios en sus vidas y su verdad sobre el sexo y la familia. Lo que pasa a nuestro alrededor debe hacernos sentir, al igual que Lot, que se nos despedaza el alma.

Photo of Christian Concha Baricic
Christian Concha Baricic Fundador y Director General de Acceso Directo
Photo of Christian Concha Baricic

Christian Concha Baricic

Christian Concha Baricic es el Fundador y Director General de Acceso Directo, es Pastor en la Iglesia Anglicana de Providencia en Santiago de Chile. Está casado con Paula con quien tiene dos hijos, Martina y Matías. Le encanta correr, la fotografía y restaurar cosas antiguas.
Otras entradas de Christian Concha Baricic
2 de Pedro
 
Amor Inigualable
 
2º de Pedro – 58
 
2º de Pedro – 57