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En sus Meditations On Preaching [Meditaciones sobre la predicación], Francis Grimke escribe: «un hombre que no está siempre dispuesto a hacer una preparación adecuada no tiene lugar en el púlpito y mientras más pronto salga, mejor»[1].

Esta afirmación comunica un mensaje simple pero impactante: los pastores deben ser trabajadores y diligentes. Esto podría parecer obvio; después de todo, Pablo exhorta a los pastores a ser «disciplinado[s]» [NVI], «trabaja[dores]» y «[a] ejerci[tarse para] la piedad» (Tit 1:8; 2Ti 2:6; 1Ti 4:8). Si eres un pastor, pregúntate: ¿sientes la tentación de ser perezoso? ¿Te distraes más de lo que eres diligente?

A continuación, ofreceré tres razones por las que los pastores deben buscar la diligencia y luego dos maneras prácticas de crecer.

Razones para la diligencia pastoral

1. El pastor debe buscar la diligencia por su propio bien
En 1 Timoteo 4:15, Pablo le traspasa a Timoteo un principio de asistencia espiritual personal. En otras palabras, el pastor debe atender su propia alma aun cuando él es responsable de las almas de otros. Una cualidad para el rol pastoral es gobernar bien su casa (1Ti 3:4), lo que implica cuidado y preocupación por uno mismo.

Al reflexionar en los obstáculos que evitan que contemplemos a Cristo en su gloria, John Owen describe «hábitos viciosos contrarios» que lleva al cristiano a ser «perezoso y negligente en la contemplación de esa gloria que transforma nuestras mentes». Más que otros llamados, la santidad personal es esencial para el pastorado; por lo tanto, un pastor que es perezoso en cuidar de su propia alma probablemente será perezoso en cuidar las almas que están bajo su cuidado.

2. El pastor debe buscar la diligencia por el bien de su congregación
Pablo instruye a Timoteo a «s[er] diligente en estos asuntos; entrega[rse] de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando» (1Ti 4:15).

¿Cuál es el propósito del progreso? No es meramente para que Timoteo aumente su confianza en sí mismo, dadas sus aparentes dudas sobre su llamado (2Ti 1:7). Al contrario, el progreso del pastor ganado con esfuerzo debe generar un mayor respeto y confianza entre la iglesia. Este respeto y confianza cada vez mayores capacitará al pastor para entregar enseñanzas difíciles. Por lo tanto, pastor, trabaja duro para que puedas entregar la palabra dura.

3. El pastor debe buscar la diligencia por causa de Dios
Dios no necesita nuestros esfuerzos; Él simplemente puede decir una palabra y convertir a todos sus elegidos y santificar a todos sus santos.

No obstante, normalmente, Dios obra a través de los santos. Dios recibe gloria por medio de vasijas débiles: pastores. Esto es exactamente lo que Pablo dice en Colosenses 1:28-29: «A Él nosotros proclamamos, amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo. Con este fin también trabajo, esforzándome según su poder que obra poderosamente en mí».

Contrario a la idea de que la gracia es incompatible con el esfuerzo, el poder de Dios se demuestra cuando los pastores, por más débiles y frágiles que sean, se esfuerzan y trabajan por la edificación de su iglesia. Es más, nuestra necesidad de trabajar duro a fin de ser fieles demuestra nuestra diferencia con Dios. Dios no tiene necesidad de trabajar duro, de luchar ni de esforzarse. Nuestra naturaleza de criaturas exige nuestra diligencia.

Maneras prácticas de crecer en diligencia

1. Busca rendir cuentas de cómo pasas tu tiempo 
No es raro hoy involucrarse en las redes sociales, echa un vistazo rápido a la cuenta de X de un pastor y ve que ha estado tuiteando muchas veces a lo largo del día. No estoy sugiriendo que es necesariamente un pecado o es infidelidad, sino que estoy levantando la pregunta de la rendición de cuentas. Querido pastor, ¿a quién estás rindiendo cuentas de tu tiempo?

2. Considera cuán poco tiempo tienes con las personas antes de que se encuentren con Dios
Esto debe provocar que temblemos. Cuando estés ante el tribunal de Cristo y rindas cuentas de tu ministerio, ¿de qué te arrepentirás? ¿Qué provocará que te alegres?

Por lo tanto, hermano pastor, a medida que piensas en el domingo que viene, ¿qué distracción necesitas apartar a fin de prepararte diligentemente para correr la carrera de la proclamación del Evangelio? No te arrepentirás de tus trabajo, porque frente a ti está la corona eterna de gloria, que el Príncipe de los Pastores te dará cuando Él aparezca (1P 5:4).

Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.
[1]  N. del T.: traducción propia.
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Nick Gardner
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Nick Gardner

Nick Gardner es anciano en Iglesia Bautista Capitol Hill en Washington D.C.
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