Una de las consecuencias no deseadas de la pandemia ha sido la desintegración del hábito semanal de asistir a la reunión dominical. ¿Qué debe hacer un pastor cuando se enfrenta a ovejas descarriadas, a aquellas que han dejado los pastos seguros de la iglesia local y se encuentran en territorio peligroso lejos del rebaño?
Pastor, permíteme animarte a considerar tres cosas cuando busques ovejas descarriadas.
En primer lugar, ora
Pablo ordena que «[…] se hagan plegarias, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres» porque Dios «quiere que todos los hombres sean salvos». Esto es, sin duda, cierto para los pastores y su rebaño. La importancia de la oración radica en el poder del Espíritu para obrar en el corazón del descarriado. Entonces, pastor, mientras tratamos de persuadir y rogar a las ovejas para que regresen al rebaño, recuerda que en nuestra propia fuerza «nuestra lucha se perderá».
Una forma práctica de hacer esto es crear una lista de miembros a los que no has visto en la iglesia desde hace mucho tiempo. Simplemente, ora por ellos el sábado por la noche para que se reúnan con alguna iglesia que predique el Evangelio al día siguiente.
En segundo lugar, ten paciencia
Hay al menos tres tipos de paciencia que Dios produce mientras buscamos ovejas descarriadas.
El primer tipo es la paciencia pastoral con las ovejas. Puede surgir una gran tentación de sentirse frustrado y enojado cuando una llamada tras otra, un correo electrónico tras otro, un mensaje de texto tras otro quedan sin respuesta. El llamado del pastor es el mismo: «sean pacientes con todos» (1Ts 5:14). Las ovejas descarriadas a menudo saben que están descarriadas, por lo que un llamado amable y acogedor al arrepentimiento puede ser una respuesta sorprendente.
El segundo tipo de paciencia es de procedimiento, relacionado con la rapidez con la que se puede aplicar la disciplina de la iglesia. Si estás en una iglesia que practica la disciplina de la iglesia (¡eso es bueno!), sé lento en emplearla con las ovejas descarriadas. Asegúrate, en la medida de lo posible, de que este miembro verdaderamente haya abandonado la comunión de la iglesia y no tenga intención de regresar. Una buena regla general: cuanto menos sabes, más despacio irás.
Por último, Dios desea que tú crezcas en paciencia y mansedumbre. Buscar a los perdidos es una de las formas en las que Cristo conforma a sus siervos a su semejanza. A diferencia de Jesús, no estamos naturalmente dispuestos hacia la mansedumbre y la bondad, la paciencia y la comprensión. Así que, Dios a menudo pone entre nosotros a personas difíciles, aparentemente inalcanzables, para que crezcamos y seamos más como su Hijo paciente. Pastor, abraza la obra santificadora de Dios mientras buscas pastorear el rebaño que Dios te ha confiado.
En tercer lugar, sé persistente
La oración es esencial, pero también lo es la búsqueda. Así que, después de orar, sigue tendiendo la mano. No te rindas. Sigue llamando, enviando mensajes de texto y correos electrónicos. Tu persistencia es un medio secundario por el cual Cristo busca a los descarriados. Es un privilegio ser usado por nuestro Señor para traer de vuelta lo que es suyo por derecho. Por lo tanto, pastor, cuando te canses de seguir, recuerda que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores (1Ti 1:15) y «a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lc 19:10). Si esa oveja descarriada pertenece a Cristo, ten confianza de que «las ovejas lo siguen, porque conocen su voz» (Jn 10:4).