Existen dos cosas que debes esperar en la vida, tanto como ser humano y como seguidor de Jesucristo:
Debes esperar sufrir y debes esperar que ese sufrimiento impacte tu sexualidad.
Esa es una manera desanimante y potencialmente extraña de comenzar, ¿no es así? Continúa leyendo. ¡Oro para que encuentres esperanza al final!
A continuación, les comparto un par de maneras en las que puedes esperar sufrir sexualmente:
- Sufrirás por medio de la tentación de tomar tus deseos sexuales (con los que Dios te diseñó) fuera de los claros límites que Dios ha establecido.
- Sufrirás al ser engañado por la tentación sexual en el centro comercial, en tu computadora; cuando estés mirando Netflix o cuando estés buscando algo en Google.
- Sufrirás al ver mujeres que exponen sus cuerpos públicamente u hombres que tratan a las mujeres como si fueran juguetes para satisfacer su placer.
- Sufrirás la dificultad de intentar proteger a tus hijos de todo peligro sexual que hay afuera, mientras trabajas para mantener puro tu propio corazón.
- Puesto que conoces todas las tentaciones seductoras que existen en el mundo, sufrirás por problemas de confianza con aquellos que amas.
- Algunos de ustedes sufrirán abuso sexual.
- Sufrirás la incomprensión y la burla al intentar mantenerte dentro de los límites de Dios mientras vives en una cultura que se ríe ante el solo pensamiento de límites sexuales.
Ya sabes esto, pero vale la pena reiterarlo: eres un ser sexual, pero ese aspecto de tu persona no vive en un mundo sexualmente saludable, sino que en uno que está profundamente quebrantado.
Los gobiernos no pueden arreglar este quebrantamiento, tampoco las instituciones de estudios superiores y menos los médicos. Este mundo y todo su quebrantamiento clama por una cosa: un Redentor. Ese Redentor es Cristo, cuya gracia perdonadora y transformadora es la única esperanza para nosotros, nuestro mundo y nuestro quebrantamiento sexual.
Diré más sobre sexualidad, quebrantamiento y gracia en las semanas que vienen, pero quisiera dejarte con tres maravillosas palabras: «Dios por nosotros» (tomado de Romanos 8:31: «si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?»).
¿Dónde se puede encontrar esperanza para una vida sexual saludable, piadosa y moralmente pura? Dios por nosotros.
Permite que resuene en tu mente: Dios por nosotros. Deja que suene en tu corazón: Dios por nosotros. Permite que moldee la forma en la que piensas sobre cómo vivir sexualmente a la manera de Dios en un mundo que lo ignora y rechaza su plan sabio y amoroso.
Deja que esas palabras te den la valentía de cara a la confusión, al malentendido y a la tentación. Permite que te den esperanza cuando te sientes derrotado por la tentación sexual.
Nunca estás solo contra los gigantes del sufrimiento y la sexualidad quebrantada, porque por gracia, Dios realmente está por ti.
Cristo nunca prometió una vida libre de la lucha sexual ni prometió que no sufriríamos.
No, él nos promete que en todas estas situaciones, él estará con nosotros, en nosotros y por nosotros.
Y esa es una razón para continuar.
Preguntas para reflexionar
- ¿De qué maneras has experimentado sufrimiento específico en tu sexualidad recientemente?
- ¿De qué maneras has experimentado tentación específica en tu sexualidad recientemente?
- ¿Qué pasos prácticos puedes dar para aplicar «Dios por nosotros» tanto a tu sufrimiento como a tu sexualidad? Sé específico.
- ¿Conoces a alguien que esté experimentando sufrimiento y tentación sexual? ¿Cómo puedes compartir «Dios por nosotros» esta semana?
Este devocional es una adaptación del libro, Sex In A Broken World: How Christ Redeems What Sin Distorts [Sexo en un mundo quebrantado: cómo Cristo redime lo que el pecado distorsiona].