Cuando tenía 13 años y ya estaba cerca de los 14, me moría de ganas de que llegara mi cumpleaños. Había pedido a mis padres que me compraran mi propio banquillo para levantar pesas y ya estaba deseando comenzar a usarlo.
Sí, sé que es un poco raro. ¿Qué chica de trece años quiere un banquillo de levantar pesas para su cumpleaños?
Sabía que adquirir más fuerza me haría una mejor jugadora de baloncesto y eso es exactamente lo que quería. Quería ser fuerte para poder tener éxito.
Con el paso de los años, mi deseo de ser fuerte sólo ha crecido.
No te preocupes, no soy fisicoculturista ni nada por el estilo. De hecho, mi banquillo de levantar pesas desapareció hace mucho y fue reemplazado por ropas deportivas y máquinas elípticas.
Cuando digo que mi deseo de ser fuerte ha crecido, me refiero a ser emocional y espiritualmente fuerte.
Me he dado cuenta de que seguir seriamente a Cristo exige más fuerza que cualquier otra cosa.
A nosotras las chicas cristianas la cultura no nos incita a cultivar la verdadera fuerza. Si algo hace, es animarnos a ser debiluchas. Casi cada día, el mensaje que se nos entrega es que debemos creer en nosotras mismas, seguir nuestros sentimientos y vivir para nuestros propios deseos.
Seguir el consejo de la cultura es fácil. No exige fuerza de ningún tipo.
Con demasiada frecuencia, me he tragado esa forma de pensar y me he debilitado. He permitido que la cultura moldee mi visión y he cedido a mis emociones y caprichos.
Si quieres ser una chica fuerte, debes aprender a obedecer la Palabra de Dios aun cuando no sientas el deseo.
Ya tenemos suficientes chicas debiluchas en la comunidad cristiana. Demasiadas de entre nosotras han abandonado las verdades de Dios cuando la situación se ha puesto difícil o ha requerido sacrificio. Hemos cedido a la presión de nuestros pares, permitido que la cultura moldee nuestros puntos de vista y seguido nuestras emociones.
Si quieres unirte a las filas de las chicas fuertes, te dejo algunas ideas.
Se necesita una chica fuerte para…
- Levantarse cada mañana y pasar tiempo con Dios aun estando cansada.
- Hacer el esfuerzo de vestirse con modestia aun cuando la ropa modesta es difícil de encontrar.
- Controlar sus palabras y elegir refrenarse de chismorrear.
- Dominar sus sentimientos y elegir renunciar a un chico si sabe que no es lo que Dios considera mejor para ella.
- Renunciar a programas de TV, películas y música que no pasen la prueba de Filipenses 4:8.
- Respetar a sus padres aun cuando piense que están siendo completamente irracionales.
- De manera intencional, invertir en sus hermanos y pasar tiempo con ellos a pesar de que la fastidien.
- Elegir perdonar a alguien que ha pecado contra ella.
- De manera intencional, contenerse y permitir que los varones de su entorno sean los líderes.
- Mantener la boca cerrada y evitar decir todo lo que se le viene a la mente.
¿Ves lo difícil que es ser una chica fuerte?
Esta lista es breve en comparación con todo lo que implica ser una chica cristiana fuerte. No es fácil, y exige mucha valentía, fuerza y una vista centrada en Dios.
¿Cómo terminarías la frase «Se necesita una chica fuerte para…»? Yo ya compartí mi lista de diez; ahora te toca a ti.