Mis hermanas menores, Ellissa, Rebekah y Suzanna, y yo, nos sentamos en el rincón de nuestra cocina tarde en la noche. Hablamos acerca de los últimos acontecimientos en cada una de nuestras semanas, y luego llegamos al tema en cuestión. Cómo ser una hija adulta que decide vivir en casa de sus padres.
Con Rebekah de 18 años, Ellissa de 25 y yo, de 29, escoger vivir en casa de nuestros padres es un asunto importante entre nosotras.
En primer lugar, quiero que sepas que ninguna de nosotras es perfecta en cuanto a manejar estas dinámicas. Todas hemos tenido nuestros días malos, momentos egoístas y palabras duras. Entendemos que la comunicación entre hijas adultas y sus padres no es siempre fácil. El equilibrio entre honrar a los padres y ser una adulta puede ser muy difícil.
Es un tema difícil y uno en el cual continuamos aprendiendo y creciendo.
Nosotras cuatro (Ellissa, Rebekah, Suzanna y yo) realmente hemos profundizado en este asunto y discutido sobre lo que ha funcionado y lo que no.
Como una mujer de 29 años que ha escogido vivir en casa de sus padres, he aprendido algunas cosas a lo largo del camino. He aprendido qué cosas hacen del hogar un lugar tranquilo o un lugar de conflicto; he aprendido qué cosas alimentan las relaciones y qué cosas las destruyen; he aprendido qué actitudes ayudan y qué actitudes hieren.
Si tú eres una hija adulta que ha escogido vivir en casa de sus padres, probablemente te relacionas con las alegrías y las luchas que esa vida trae consigo.
En este artículo, quisiera compartir contigo los consejos que compartí con Ellissa, Rebekah y Suzanna la noche que hablamos en la cocina. Estas son las cosas que he aprendido a lo largo de los años y los consejos que compartí con ellas.
1. Esfuérzate por mantener un corazón humilde
Humildad. Esta es probablemente la parte MÁS DIFÍCIL de vivir en casa de los padres. Es difícil ser humilde y considerar a otros más importantes que a una misma. Es difícil decir, «¡me equivoqué!». Es difícil aceptar un sabio consejo. Es difícil permitirle a otros que entren en mi vida. Es difícil mirar más allá de una misma y darse cuenta de que no soy la persona más importante del planeta.
Demostrar genuina humildad es difícil para todos nosotros.
La mayoría de nosotras (estoy asumiendo que eres una pecadora como yo) lucha con el orgullo. Valoramos nuestros pensamientos, nuestras opiniones, nuestras preferencias y nuestros deseos por sobre los de cualquier otra persona. Escoger arrepentirnos de nuestro orgullo y, en cambio, demostrar corazones humildes, no es una tarea fácil.
Si realmente deseas tener paz en tu hogar y hacer de la vida en casa de tus padres algo bueno, debes trabajar la humildad. Me encanta Filipenses 2:3-4, que dice: «No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás». Este debe ser nuestro objetivo como hijas.
2. Mantén una comunicación abierta y constante
Después de hablar con otras hijas adultas, he descubierto que mantener una comunicación abierta y constante es lo más difícil para ellas. Por la gracia de Dios, esto es algo que aprendí tempranamente y que ha marcado una gran diferencia en la relación con mis padres. Fue literalmente un punto de inflexión.
En lugar de tener una actitud de «esta es mi vida, soy una adulta y no necesitas saber dónde estoy o qué estoy haciendo», me esforcé mucho en mantener una buena comunicación con mis padres (en especial con mi papá). Mi comunicación constante con ellos creó una gran unidad y fuertes lazos de confianza. ¡Ha ayudado tanto a nuestra relación y ha hecho las cosas muchísimo más fáciles!
De verdad, te animo a ver a tus padres como compañeros de equipo. No los veas como enemigos de los cuales estás tratando de mantenerte lejos. Ábrete e invítalos a tu mundo. Empieza tú la conversación y cuéntales lo que estás pensando.
Algo que también ha sido muy útil es tener conversaciones acerca de «¿cómo estás?». Esto puede ser al salir a tomar un café o a cenar, y simplemente al compartir con mis padres cómo estoy. Comparto las cosas positivas y negativas de mi «estado como una soltera en casa» y ellos comparten las suyas conmigo de vuelta.
En lugar de esperar que los problemas ocurran, estamos proactivamente intentando compartir nuestros corazones y encontrando los problemas antes de que aparezcan. Realmente te animo a hacer lo mismo con tus padres.
3. Da información importante voluntariamente
¡Este consejo es CLAVE! Nosotras, como mujeres adultas, a menudo queremos sentir que estamos a cargo y en control de todo. No nos gusta dar información voluntariamente o sentir que somos menos «independientes» por dar información.
Esta mentalidad te causará serios problemas si todavía estás viviendo en casa de tus padres. En vez de poner la mano para frenar a todos y decir «soy una adulta y no necesito que nadie sepa sobre mi vida», trata de tener la mentalidad exactamente opuesta.
Cuando salgas con amigos, envía un simple mensaje de texto a tus padres que diga «¡Hola! Estoy saliendo con Kate y Jenny. Estaré de vuelta alrededor de las 9:30 p. m.». Intenta dar información voluntariamente. Esto realmente hará milagros en la relación con tus padres.
Ser abierta, en lugar de guardar el silencio, trae mucha confianza y libertad.
Si tus padres realmente te aman (asumo que es así), la información que les das voluntariamente solo ayudará a construir lazos de amor y confianza entre ustedes. Yo sé que mis padres se preocupan por saber dónde estoy y qué estoy haciendo solo porque me aman. No están tratando de controlar mi vida.
Me he hecho el hábito de dar información acerca de mi paradero para que mis padres nunca tengan que preguntárselo. Ha sido una de las mejores cosas que he hecho por mi relación con ellos.
4. Busca formas de invertir y participar
Hay muchas maneras prácticas en las que podemos ser una bendición en casa de nuestros padres. Una de las formas en la que me he esforzado más por ser de bendición para mi familia es discipulando a mis dos hermanas menores. He estado discipulando oficialmente a Rebekah y Suzanna por tres años. Debido a que vivo en casa con ellas, tengo una perspectiva única de sus vidas.
Discipularlas es una manera de establecer lazos con mis padres y de ayudarlos.
También intento esforzarme por estar regularmente con mi familia. Trato de comer con ellos cuando puedo, conversar cuando ellos están en casa y pasar tiempo con mis hermanas cada vez que es posible. En lugar de ver mi casa como un hotel (ir y venir), intento verla como MI hogar. Quiero invertir en él y marcar la diferencia.
Te animo a que examines tu vida en tu hogar. ¿De qué maneras podrías participar más y ser de bendición?
Conversemos en el rincón de la cocina
Si tú y yo estuviéramos sentadas en el rincón de la cocina teniendo esta conversación, estas son las cuatro cosas que te diría. Estas son las cosas que compartí con mis hermanas menores y son exactamente las que digo cuando hablo del tema con alguna mujer joven.
Mi oración es que puedas hacer de estos años de soltera en casa de tus padres un tiempo de alegría y aliento.
Estos años no tienen que ser miserables. Da el primer paso y comienza a vivir de una manera que bendiga a aquellos en tu hogar.
¿Y tú?
¿Por qué has escogido vivir en casa? ¿Cuál de los cuatro consejos consideras útil?