Me metí en la cama y apagué la luz de la lámpara. Era tarde y estaba cansada, pero eso no evitó que leyera mi género favorito de libros: novelas cristianas de romance. Justificaba mis acciones y me convencía a mí misma de que eran inocentes y limpias.
¿Qué daño podrían hacer?
Me devoré estos libros uno por uno, volviendo a leer las escenas extra «sabrosas» una y otra vez. Me ponía en los zapatos de los personajes e imaginaba que la historia era la mía. Como chica soltera y en la secundaria, imaginaba que yo era la chica a la que cortejaban, buscaban y enamoraban.
Cuando la historia terminaba, me quedaba en la cama y creaba mi propia historia. Las fantasías continuaban en mi mente y consentían mis pensamientos. Le permití a mi mente permanecer en lugares que sabía que eran cualquier cosa menos puras y santas.
Mi corazón estaba lleno de lujuria
La temporada de novelas de romance en mi vida comenzó alrededor del noveno grado y continuó por un par de años. Seguía convenciéndome a mí misma que no era un gran tema. Quería creer que las palabras «novelas cristianas de romance» en la contratapa del libro hacía que estos libros estuvieran bien. Buenos, puros y santos. No lo eran; y yo lo sabía.
Sabía que estaba usando estos libros para «despertar el amor» en mi corazón y estaba escogiendo codiciar historias que no eran las mías. Usaba estos libros para satisfacer los anhelos por intimidad sexual que deseaba.
No creas la mentira de que la lujuria es un problema «solo de chicos»
Creo que nosotras, como mujeres cristianas, sabemos que la lujuria es nuestro problema. Conocemos nuestros corazones: vemos lo que hay dentro; vemos los lugares a los que van nuestros pensamientos en la noche; vemos los libros que leemos; las páginas web que visitamos; las fotografías que enviamos; los chicos con los que conversamos. Sabemos que tenemos problemas del corazón.
Los chicos no son los únicos que luchan, nosotras también lo hacemos.
En nuestro nuevo libro, Sex, Purity, and the Longings of a Girl’s Heart [Sexo, pureza y los anhelos del corazón de una chica], encuestamos alrededor de 450 de ustedes y les hicimos preguntas en profundidad sobre sexo, pureza, lujuria y mucho más.
Esto es lo que un par de mujeres cristianas tenían que decir sobre la lujuria:
La lujuria es algo con lo que lucho diariamente.
La lujuria ha sido una lucha tanto en mi soltería como en mi relación amorosa.
La lujuria es un problema con el que casi todas las chicas luchan, pero se habla tan poco sobre esto en la iglesia.
La lujuria es un tema del que no se habla, no se aborda o no se enseña. Nosotras, las chicas, estamos confundidas y frustradas. Necesitamos que alguien nos hable francamente sobre esto, nos ayude a entender lo que la Biblia dice sobre este tema y a ver cómo podemos vivir vidas puras ante el Señor, tanto física, mental como emocionalmente.
¡Sabemos que la lucha es real!
No se trata de saber, se trata de lidiar con ella. Se trata de cambiar el tono de la conversación, levantar nuestras manos y decir: «¡nosotras también necesitamos ayuda! ¡La lujuria también es un problema de chicas!».
Sé que la iglesia no ha hecho un gran trabajo para ayudar a las mujeres en esta área. El silencio respecto al tema de «mujeres luchando contra la lujuria» ha estado en un silencio terrible. En lugar de permitir que el silencio nos mantenga en esclavitud a nuestro pecado, necesitamos reconocer nuestras luchas y comenzar a buscar ayuda.
No permitas que el silencio te convenza de que tú eres la única mujer que lucha con esto.
No es así. No estoy luchando sola. Esto es porque, remontándonos al comienzo de Génesis, Dios creó a Adán y a Eva como seres sexuales. Hoy en día, nosotras también somos seres sexuales. Sí, hombres y mujeres tienen diferencias, pero ambos géneros son completamente sexuales. Eso significa que tanto hombres como mujeres experimentan deseo sexual. Ambos géneros enfrentarán sus propias tentaciones hacia la lujuria.
Sin embargo, ¿Qué es la lujuria exactamente? Definámosla rápidamente
En nuestro libro, Sex, Purity, and the Longings of a Girl’s Heart [Sexo, pureza y los anhelos del corazón de una chica], usamos una cita del pastor John Piper para descomprimir esta palabra. Él describe el asunto de la siguiente manera:
El deseo sexual es bueno en sí mismo. Dios lo creó en el principio y tiene su lugar apropiado. Sin embargo, fue hecho para ser gobernado, regulado o guiado por dos asuntos: el honor hacia la otra persona y la santidad hacia Dios. La lujuria es en lo que se convierte el deseo sexual cuando ese honor y esa santidad no están presentes.
Simplemente, me encanta cómo él descomprime esta palabra. Él dice que la lujuria es la ausencia de honor y de santidad. Tiene que ver con hacer algo en tu mente hacia otra persona que no los honra. Es permitir que tu corazón entre a lugares que no tienen santidad hacia Dios.
Con esa simple definición en mente, ¿alguna vez has sentido lujuria? ¿Alguna vez has tratado a alguien con esa falta de honor? ¿Alguna vez has permanecido en cosas que escasean de santidad hacia Dios? Eso es exactamente lo que me sucedió durante ese tiempo de novelas románticas.
Me faltaba honor; me faltaba santidad: estaba en lujuria.
Quisiera animarte a ser honesta respecto a tus propias luchas con la lujuria. No importa si parecen muy pequeñas o muy grandes. Toma en serio la mortificación de la lujuria en tu corazón.
A continuación les dejo dos pasos simples que puedes dar para comenzar el proceso:
- Confiésale tus pecados a Dios. Comienza ante todo llevándole este pecado a Dios y pidiéndole su perdón. Él promete que si se lo pedimos, Él nos perdonará.
- Saca a la luz tu lujuria. No mantengas esto en secreto. No des la batalla sola. Encuentra una mujer mayor piadosa y cuéntale lo que está pasando. Saca esto a la luz y pídele ayuda para encontrar tu libertad.
Este artículo solo escarba la superficie de este tema. Es por eso que Kristen y yo escribimos juntas el libro Sex, Purity, and the Longings of a Girl’s Heart [Sexo, pureza y los anhelos del corazón de una chica]. Dedicamos un capítulo completo al tema de la lujuria. Si esto es algo con lo que estás luchando, te animo a que obtengas el libro [disponible solo en inglés por ahora].
¿Cuáles son tus pensamientos de la lujuria? ¿Ha sido (o es) una lucha en tu propia vida?