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Dondequiera que el verdadero Evangelio se abra camino, podemos estar seguros de que el falso evangelio le seguirá de cerca. Dondequiera que el verdadero Evangelio comience a ganar los corazones de hombres, podemos estar seguros de que los falsos evangelios comenzarán a competir con él. Y, efectivamente, uno de los falsos evangelios más atractivos, más engañosos y más perniciosos de hoy en día es el conocido como el «evangelio de la prosperidad». El evangelio de la prosperidad promete que aquellos que aman a Dios heredarán no sólo las riquezas eternas del cielo, sino también las riquezas temporales de este mundo: salud, riqueza y todo tipo de prosperidad terrenal. Se originó en los Estados Unidos, se abrió vasto camino en Norteamérica y luego viajó mucho más lejos, de modo que ningún continente ni ningún país quedó sin ser tocado por él.

Este evangelio de salud y riqueza es el tema del nuevo libro escrito por Sean DeMars y Mike McKinley: Salud, riqueza y el (verdadero) Evangelio: el evangelio de la prosperidad desafiado por las verdades de la Escritura. Los autores abordan el tema desde diferentes ángulos, DeMars como alguien que una vez fue atraído por él y que intentó reclamar cada promesa, y McKinley como uno que ha sido meramente cortejado por él y ha aconsejado a otros al respecto. Juntos escriben para dos audiencias: aquellos que pertenecen a iglesias que fielmente abrazan el verdadero Evangelio de Cristo Jesús, pero que podrían tener amigos o familiares que han sido atraídos por un falso evangelio de la prosperidad y para aquellos que saben o sospechan que pertenecen a una iglesia que la defiende. Para ambas audiencias, ellos quieren asegurarse que sepan cómo identificar este falso evangelio y, al mismo tiempo, cómo identificar el verdadero mensaje de la Biblia y la promesa verdadera de la fe cristiana. 

Si los maestros del evangelio de la prosperidad no están enseñando lo que Jesús enseñó, entonces no podemos permitirnos en absoluto tratarlos de manera favorable o tolerar su mensaje. Al final, debes juzgar todo lo que escuchas y lees (¡incluyendo este libro!) según las verdades de las Escrituras. Tenemos la intención de argumentar que el evangelio de la prosperidad es una mentira peligrosa que debe ser expuesta y rechazada.

Y eso es exactamente lo que hacen en los siete breves capítulos del libro. DeMars y McKinley primero exponen el corazón del evangelio de la prosperidad al describir sus cuatro enseñanzas comunes: Dios quiere bendecirnos materialmente; Dios quiere hablarnos con poder; Dios no quiere que suframos, y Dios quiere que vivamos una vida victoriosa y próspera. Después de describir y responder brevemente a estas enseñanzas, ellos muestran cómo el evangelio de la prosperidad mal usa la Biblia al leerla a través de una perspectiva centrada en el hombre, al sacar versículos de su contexto, al confundir los pactos, al leer proverbios como promesas, y así sucesivamente. En el capítulo tres, ellos abordan promesas de salud y felicidad, y en el capítulo cuatro las promesas de riqueza. En ambos casos, ellos muestran cómo una adecuada comprensión de la Escritura rápidamente contradice las afirmaciones del evangelio de la prosperidad.

Hasta este punto, el libro pisa una tierra bastante familiar, pero en los tres capítulos finales toma una dirección única e interesante. El capítulo cinco pregunta si es que los espectadores de Enlace irán al cielo, la cual es una manera inteligente de preguntarse si es que las personas que adhieren al evangelio de la prosperidad —y aquellos que lo enseñan— en realidad son salvos. «Ciertamente, es posible», dicen, al menos para quienes adhieren a él, siempre que hayan sido salvos por gracia por medio de la fe. Después de todo, incluso los verdaderos creyentes pueden ser seducidos por la falsa doctrina. El capítulo seis pregunta si es que debemos orar o hacer otras formas de ministerio con aquellos que lo enseñan, y el capítulo siete nos anima a la introspección al mostrarnos cómo aquellos que son teológicamente astutos —e incluso aquellos que se aferran a la teología reformada— pueden sucumbir a las versiones suaves del evangelio de la prosperidad. 

Quizás la mejor manera de evitar que los brazos y tentáculos del EP [evangelio de la prosperidad] se enreden en nuestros corazones es recordarnos continuamente la bondad, belleza y fuerza de nuestro Dios. Sólo Él tiene el poder, la sabiduría y la autoridad para determinar el curso de nuestras vidas. Y sólo Él tiene el amor, la bondad y la gracia que merecen nuestra lealtad.

Puesto que el evangelio de la prosperidad ahora es extremadamente popular y posiblemente aún en ascenso, es crucial que sepamos cómo y por qué difiere del verdadero Evangelio y que nos equipemos a nosotros mismos para ayudar a aquellos que se han entregado a él. Salud, riqueza y el (verdadero) Evangelio sirve bien a este propósito. Es un libro del que te beneficiarás si lo lees y un libro que debes estar dispuesto a compartir. ¡Que el Señor lo use para rescatar a su pueblo y purificar a su iglesia!

Salud, riqueza y el (verdadero) Evangelio: el Evangelio de la prosperidad desafiado por las verdades de las Escrituras. Sean DeMars y Mike McKinley. Poiema Publicaciones, 112 páginas.

Este recurso fue publicado originalmente en el blog de Tim Challies. Usado con permiso.
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Tim Challies

Tim Challies es un seguidor de Jesucristo, esposo de Aileen y padre de tres niños. Se congrega y sirve como pastor en Grace Fellowship Church en Toronto, Ontario. Es autor de libros, entre los cuales puedes encontrar: Discernimiento: una disciplina práctica y espiritual, Limpia tu mente y Haz más y mejor; es cofundador de Cruciform Press y escribe regularmente en challies.com
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