Hace algunos días compartí un artículo en el cual comenzamos a examinar el noveno mandamiento («No hablarás falso testimonio contra tu prójimo») y su relevancia en un mundo donde gran parte de nuestra comunicación se realiza a través de redes sociales. Específicamente, consideramos algunos de los deberes exigidos por este mandamiento. Hoy queremos examinar la otra cara de la moneda al estudiar los pecados que prohíbe. Igual que con el primer artículo, compartiré en viñetas cada frase de la explicación proporcionada en el Catecismo Mayor de Westminster, y luego, debajo de cada una, sugeriré preguntas que puedan estimular la reflexión y la aplicación.
Los pecados prohibidos por el noveno mandamiento son:
- «toda preocupación contra la verdad y buen nombre tanto nuestro como del prójimo, especialmente delante de los tribunales públicos;»
○ ¿Buscas y lees con frecuencia información que te hace mirar a otros con recelo? ¿Divulgas información (en y fuera de Internet) de hermanos y hermanas en la fe que puedan hacer que otros los miren con desconfianza? ¿Divulgas el tipo de información que causa perjuicio contra los demás?
- «dar falso testimonio, sobornar testigos falsos, y a sabiendas comparecer y defender una mala causa, desafiando y subyugando la verdad,»○ ¿Te aseguras de que toda la información que compartes sobre otra persona sea totalmente verdadera? ¿Haces todo lo posible por verificar que la información que te dan sobre otra persona sea nada más que la verdad? ¿Das por sentado que la información dañina que se te da de otra persona es verdadera o solicitas evidencia?
- «dictar sentencias injustas, llamar malo a lo bueno y bueno a lo malo,»
○ ¿Te apresuras demasiado en emitir juicios sobre los demás, quizás incluso declarándolos herejes con poca evidencia o de acuerdo a una definición imprecisa del término? ¿Llamas a lo malo bueno al consumir sitios o canales de noticias dedicados a compartir información falsa y superflua?
- «recompensar la obra del malo conforme a la obra del justo, y al justo conforme a la obra del malo;»
○ ¿Recompensas a los malignos con tu tiempo, tu atención, tus clics, tus suscripciones, al seguirlos, al compartir sus contenidos, al retuitear y al leer sus impresiones? ¿Tratas a los piadosos con antagonismo, asumiendo que todo lo que has leído de ellos es verdad?
- «falsificar, disimular la verdad o callarla indebidamente en una causa justa, y el estarnos en paz cuando es nuestro deber hablar; las quejas a otros,»
○ ¿Te rehúsas a defender la verdad o a un hermano o hermana en Cristo cuando tienes evidencia que vindicaría o promovería sus reputaciones? ¿Ocultas la verdad sobre ellos para permitir que sus reputaciones sean constantemente puestas en duda?
- «hablar la verdad fuera de tiempo o maliciosamente por lograr un fin perverso, pervertirla con una significación errónea, o expresarla dudosa o equivocadamente, en perjuicio de la verdad y la justicia;»
○ ¿Compartes la verdad sobre los demás de forma que la intención real sea causarles daño? ¿Utilizas la verdad como un arma, quizás compartiendo información que, aunque sea verdadera, busca principalmente dañar la reputación de otra persona? ¿Retienes evidencia sobre otra persona para luego amenazarla con revelarla?
- «hablar fuera de la verdad, mentir, calumniar, murmurar, detractar, circular malos rumores, cuchichear, ridiculizar, ultrajar, la precipitación, la dureza y las censuras parciales,»
○ ¿Visitas sitios llenos de mentiras o verdades a medias? ¿Pasas tiempo en la compañía de gente que calumnia y habla mal de los demás, desestima sus reputaciones, se burla de ellos o los injuria? ¿Haces tú cualquiera de estas cosas? ¿Eres muy duro con otros y con la interpretación de los hechos que se hace de ellos? ¿O prefieres creer lo mejor de ellos en ausencia de evidencia concreta de lo contrario?
- «la mala interpretación de las intenciones, palabras y acciones;»
○ ¿Interpretas intenciones y luego las divulgas como hechos? ¿Das por sentado que conoces los motivos íntimos de otras personas? ¿Los sitios que lees y los canales de noticias que sigues solo comunican hechos o también suponen que conocen las intenciones y motivaciones de los demás?
- «adular, la jactancia y vanagloria,»
○ ¿Adulas a otros o te jactas de ti mismo en las redes sociales? ¿Consideras que tener éxito en las redes sociales es tan importante que te sientes tentado a pecar para lograrlo?
- «pensar o hablar demasiado alto y despreciativamente de nosotros o de los demás,»
○ ¿Usas las redes sociales para hablar demasiado bien de ti mismo o de otros? ¿Las usas para hablar demasiado mal de ti mismo o de los demás? ¿Visitas sitios o lees canales de noticias dedicados a cometer este tipo de transgresiones?
- «negar los dones y gracias de Dios,»
○ ¿No logras identificar, o niegas totalmente, las evidencias de la gracia de Dios manifiestas en la vida de otras personas, y especialmente en aquellos que te desagradan o con quienes no estás de acuerdo? ¿Niegas que estas personas muestran evidencias de la presencia del Espíritu a través de sus dones espirituales? ¿Le agradeces a Dios por cada evidencia de sus dones y gracias, aun en las vidas de las personas que no te parecen confiables?
- «aumentar las pequeñas faltas,»
○ ¿Te concentras en las pequeñas faltas o pecadillos de otras personas? ¿Permites que aun sus más pequeñas transgresiones se vuelvan comentarios negativos y malintencionados?
- «ocultar, excusar o atenuar los pecados cuando somos llamados a una confesión de ellos,»
○ En tu propia vida, ¿confiesas la medida completa de tu propia pecaminosidad? ¿Justificas pecados que tú cometes que no justificarías en otra persona? ¿Lees escritores que expresan más libremente las faltas de los demás que la de ellos mismos? ¿Ves evidencia de la gracia de la humildad en tus propias palabras y conducta así como en las palabras y conducta de aquellos que influyen en ti?
- «descubrir sin necesidad las debilidades,»
○ ¿Te conectas a Internet para averiguar las faltas de los demás cuando no hay ninguna razón para hacerlo? ¿Lees sitios dedicados principalmente a exponer los pecados, las faltas o las herejías de otras personas?
- «levantar falsos rumores, recibir y patrocinar malas especies y cerrar nuestros oídos a la justa defensa,»
○ ¿Lees sitios que difunden rumores y tú también lo haces en ausencia de hechos claros e indiscutibles? ¿Lees, recibes y divulgas información especulativa o infundada de otros? ¿Evitas leer y evaluar la defensa del carácter de una persona con la misma esperanza y minuciosidad con que lees y evalúas el ataque? ¿Estás dispuesto a decirle a los demás que no escucharás rumores, sino solo hechos necesarios?
- «malas sospechas,»
○ ¿Lees sitios que te hacen sospechar de los demás? ¿Divulgas información que hace que otras personas sospechen de los demás, especialmente de otros creyentes?
- «la envidia o la tristeza por el merecido crédito de otro, procurar o desear menoscabado; regocijarse por su desgracia o infamia,»
○ ¿Te encuentras a ti mismo deseando saber información negativa o dañina de otra persona? ¿Sientes placer al escuchar malas noticias de otra persona? ¿Te alegra ver a otra persona derrotada? ¿Fallas en darle crédito a otros cuando es justo hacerlo, especialmente por cómo el Señor ha visto adecuado usarlos en su soberanía?
- «el desprecio insolente, una admiración vana,»
○ ¿Te produce lo que lees mayor desprecio y menos respeto hacia los demás?
- «quebrantar promesas lícitas;»
- «descuidar cosas tales como las buenas noticias, y practicar o no evitar nosotros mismos, o no impedir lo que podamos con otros, cosas que produzcan mala fama».
○ ¿Dejas de buscar y de regocijarte en la buena información de los demás? ¿Dices o compartes cosas que podrían menoscabar la reputación de otra persona? ¿No evitas sitios, canales de noticias o cuentas que dañan la reputación de otra persona? ¿Evitas reprender a otros cuando lastiman la reputación de otra persona?
Permítanme repetir lo que manifesté en mi primer artículo. El noveno mandamiento no es el único mandamiento, por lo tanto lo obedecemos sin dejar de cumplir con lo exigido o prohibido por los otros nueve y, por supuesto por el resto de la Biblia. Tampoco es el único mandato bíblico sobre nuestras relaciones con los demás; ciertamente, hay ocasiones en las que debemos investigar lo que otros han dicho o hecho. Aun así, Dios nos llama a estudiar este mandamiento con cuidado y a aplicarlo a conciencia. Espero que estos dos artículos nos ayuden a hacerlo así.