No hay esposa de un plantador de iglesia que sea igual a otra. Nuestros contextos, etapas, personalidades, desafíos, dones, perspectivas y preferencias únicos respecto a la iglesia podrían llenar libros.
Diferencias
Si te sentaras a tomar un té chai con Ananya en Ahmedabad y le pidieras que discutieran las bendiciones y las cargas de ser la esposa de un plantador de iglesia, ella podría decir cosas muy diferentes a Bárbara que está en Bogotá, a Miriam que se encuentra en Niddre o a Ana Clara que vive en São Paulo. Mientras escribo esto desde Dubai, ciertas bendiciones vienen directo a mi mente: el regalo extraordinario de adorar a Jesús con otros hermanos y hermanas de más de sesenta nacionalidades y la gratitud abrumadora que comparten los miembros aún en circunstancias difíciles. Algunas de las cargas podrían incluir la presión diaria de navegar en culturas en un contexto tan diverso y el radiante sol del desierto que puede liquidar tu fuerza de voluntad y la batería de tu automóvil.
La soledad y el aislamiento que siente una esposa de plantador de iglesia podría parecer una prórroga de bienvenida a una esposa que se compara a sí misma con un pececito nadando en una pecera rodeada por unos gatos maliciosos. Respecto al espectro de sentimientos sobre el levantamiento de fondos, un mes puede ser como compartir una aventura y el siguiente introducir una tensión sofocante a su matrimonio.
La confianza de una esposa en «el plan» de plantar una iglesia podría tambalear (incluso por hora y por los años que vendrán). La carga de profundo estrés de una mujer en un nuevo contexto o en una nueva etapa podría ser para bien a medida que ella aprende a depender del Señor para tener fuerza; para otras, el estrés agudo puede ser una señal de alerta para cambiar de rumbo.
La comisión de bienvenida no oficial podría o no desenrollar una alfombra roja para la familia del pastor. Una vez escuché una historia sobre alguien que llamó a la secretaria de admisión de la escuela y se hizo pasar por la esposa del pastor para sacar los nombres de sus hijos de la lista de espera para el próximo semestre. Otra esposa de plantador de iglesia dice que tiene un armario lleno de regalos que la gente sigue dándoles.
Una esposa de plantador de iglesia podría ya estar empacando las cosas de la casa apenas su esposo mira al horizonte para seguir plantando iglesias; otra, podría sentirse desilusionada.
La persecución podría ser entrelazada con la victoria espiritual sobre fuerzas demoníacas; la ansiedad podría sobresalir en el trasfondo de la comodidad y la buena vida. Estos y muchos otros contextos, etapas, personalidades, desafíos, perspectivas y preferencias contribuyen a nuestra singularidad como esposas de plantadores de iglesia.
Similitudes
Sin embargo, existen algunas cosas que son iguales sin importar dónde te encuentres, en qué época vivas y adónde ha llamado Dios a tu familia para plantar una iglesia. Para una, la conclusión es la misma. Por fe, todas vemos cómo las diversas bendiciones y cargas son trenzadas por las manos de Dios mientras él solo nos da todo lo necesario para nuestro bien y para su gloria.
A medida que ella examina el escenario de sus bendiciones y sus cargas, la conclusión de toda esposa de plantador de iglesia es esta: bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo Jesús. Todos los factores únicos mencionados anteriormente (cada uno de ellos) pueden cambiar y lo hacen. Sin embargo, Dios y su Palabra no cambia y la luz de esta verdad ilumina nuestra perspectiva sobre todas esas cosas cambiantes.
Las esposas de plantadores de iglesia necesitan que la luz de la Palabra de Dios brille en sus diversas bendiciones y cargas. Necesitan esto como necesitamos que salga el sol. Necesitamos la luz para hacer lo que necesitamos hacer. Suceden dos cosas cuando prendemos la luz de la cocina: uno, puedes ver claramente lo que estás haciendo (y dónde está la cafetera); dos, si por casualidad hay cucarachas teniendo un pijamada, se irán. Cuando la Palabra de Dios prende las luces por nosotras, por decirlo de alguna manera, vemos la realidad y las mentiras contaminadoras desaparecerán. Las bendiciones y las cargas necesitan ser alumbradas con la luz de la Palabra.
Aplicación
- A Jesús, el Pastor principal, se le ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra y él entrega su misión a sus discípulos con su bendición y su presencia (Mt 28:18-20). Los problemas que rodean al llamado, las prioridades y el miedo se resuelven cuando las esposas de plantadores de iglesia miran a Cristo y recuerdan la completa autoridad absoluta de Jesús para decirnos lo que debemos hacer, su fervor contagioso por esparcir la gloria de Dios a todas las naciones y su poder inalterable para proveer para nosotras y nunca dejarnos mientras hacemos su obra.
- Solamente por la gracia de Jesús la esposa de un plantador de iglesia puede caminar en amor con el subpastor con quien ella se casó (Ef 5). Mientras caminan juntos con Cristo, se encontrarán a sí mismos fuera del campamento donde Jesús estuvo, y solo con su ayuda podrán cargar la deshonra que Cristo soportó. Sin embargo, por mucho que amen (o no amen) su ciudad, tanto él como ella saben que su hogar no depende del lugar del trabajo al cual han sido llamados porque esperan la ciudad venidera. A la hora de la verdad, como se dice, y como Pablo, el esposo que planta iglesias sufre «la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias», la esposa del plantador de iglesias toma el impulso para gloriarse en aquellas cosas que muestran sus debilidades y la fuerza de Cristo.
- Jesús ama a su novia, la iglesia, y ni siquiera las puertas del infierno prevalecerán contra ella (Mt 16:18; Ef 5:25-27). Los problemas de identidad, de dones y de compromiso son resueltos cuando la esposa de un plantador de iglesia mira a Cristo y ve cómo la ha hecho un ladrillo del edificio, una oveja en el rebaño, una sacerdotisa en el sacerdocio y un miembro de la familia. Todas estas metáforas encienden las chispas en su imaginación inundada de la Escritura a medida que sueña con maneras de edificar al cuerpo de Cristo con sus dones dados por el Señor Jesús que ascendió al cielo.
Las bendiciones y las cargas se mezclan mientras vivimos en este mundo que gime por el Día de la Redención (día que se encuentra muchos minutos más cerca ahora de cuando comencé a escribir este artículo). No hay forma que un corazón finito pueda aguantar todas las cosas que la esposa de un plantador de iglesia enfrentará en la vida y en el ministerio. Sin embargo, Cristo puede, lo hace y lo hará.