Existen muchos versículos en la Biblia que me animan a llenar mi alma con esperanza. Sin embargo, también hay otros versículos que me asustan y me ponen serio.
Proverbios 18:21 está casi al principio de esa lista: «muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto».
Me gusta como la versión de la Biblia en inglés, The Message, lo resume: «Las palabras matan, las palabras dan vida; o son veneno o son fruto: tú eliges»[1].
Este versículo me fuerza a sellar mi boca con una cinta adhesiva muy resistente. ¿Por qué?
Porque mis palabras (y las tuyas) nunca son neutras.
La Biblia dice que nuestras palabras van hacia una dirección de vida o una de muerte. Lo que decimos construye o destruye. No existe un terreno neutral.
No sé si te pasa igual que a mí, pero a menudo hablo como si mis palabras existieran en una neutralidad feliz. No es común para mí pensar antes de hablar, «lo que voy a decir en este momento, ¿traerá vida o muerte?».
Sin embargo, la Biblia dice que cada palabra que decimos va en una de esas dos direcciones. Entonces, ¿cómo debe cambiar esta realidad espiritual la forma en que vemos las cosas?
Puedo ver cuatro maneras:
1. Piensa más
Jesús dice que daremos cuenta de «cada palabra vana» que digamos (Mt 12:36). Ese mismo Jesús hablará perfectamente por ti en el Día del Juicio, pero aún necesitamos tomarnos el tiempo para considerar la dirección que tomarán nuestras palabras antes de que fluyan de nuestra lengua.
2. Habla menos
Proverbios 10:19 dice, «en las muchas palabras, la transgresión es inevitable, pero el que refrena sus labios es prudente». En otras palabras, mientras más decimos tú y yo, existe una probabilidad más alta de llevar a muerte y a destrucción. A veces es mejor no decir nada en lo absoluto.
3. Descansa en Dios
Si te pareces en algo a mí, habrá muchas palabras de las que desearías retractarte. Sin embargo, el tiempo de Dios siempre es correcto. Él decide revelarnos estas cosas en el momento justo y perdona cada palabra vana que hemos dicho y que diremos.
4. Perdona a otros
Si vamos a descansar en Dios por las palabras vanas que hemos dicho, necesitamos darles a otros la misma gracia que hemos recibido. Sé paciente y perdonador mientras Dios le revela a otros lo que él te ha revelado a ti.
¡Aprovechemos la gracia que se nos ofrece y llevemos nuestras palabras hacia la dirección de la vida!
Preguntas para reflexionar
- Piensa en algunas palabras que hayas dicho vanamente ayer. ¿Cómo podrías haber usado palabras que dan «vida»?
- Piensa en algún momento cuando podría haber sido más sabio quedarse en silencio. ¿Cuál fue el resultado de haber hablado?
- ¿Qué cosas te arrepientes de haber dicho ya sea ahora o en el pasado? ¿Cómo puedes predicarte el Evangelio a ti mismo respecto a ese pesar?
- ¿Quién te está inquietando actualmente con sus palabras vanas? ¿Cómo el Evangelio forma y transforma la manera en que respondes?
Este recurso proviene de Paul Tripp Ministries. Si deseas recursos adicionales, visita su sitio web. Usado con permiso. | Traducción: María José Ojeda
[1] Traducción propia.