Hoy quiero asustarte un poco; por lo menos quiero intimidarte. En realidad, quiero que la Biblia te asuste y te intimide, que te ponga un desafío tan difícil que sepas que no hay posibilidad de que puedas cumplirlo por ti mismo. Este es un desafío para cualquier cristiano, pero yo lo estoy dirigiendo particularmente a los cristianos más jóvenes, a personas que están en sus dieci- o venti-algo.
He estado trabajando en una serie de artículos que echa un vistazo a algunas palabras que Pablo le escribió a Timoteo (el mentor mayor le escribe una carta a su ahijado más joven): «no permitas que nadie menosprecie tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza» (1Ti 4:12). Ya hemos visto que Pablo quiere que Timoteo haga de su vida una obra de arte que otras personas puedan ver e imitar. Aún como un hombre joven, Timoteo debe ser ejemplar, ser digno de imitar. La semana pasada vimos lo que significaba para Timoteo ser un ejemplo en palabra y hoy queremos ver lo que significó para él ser un ejemplo en su conducta.
Sé un ejemplo en tu conducta
Estoy seguro de que sabes que como cristiano debes vivir como un ejemplo en la forma en la que te comportas. Se les advierte a los hermanos mayores que sean un ejemplo para sus hermanos y hermanas menores. A los jóvenes cristianos se les dice la importancia de vivir como cristianos ante un mundo de no creyentes que los observa. Cuando estás en la escuela o en el trabajo, cuando interactúas con tus vecinos o con tus clientes, incluso cuando estás en una reunión familiar, tienes que comportarte de formas distintivamente cristianas. No harás lo que los no creyentes hacen, no verás lo que los no creyentes ven, no te reirás de las cosas que los no creyentes se ríen. Debes vivir como sal y luz (Mt 5:13-16), sobresaliendo del mundo que te rodea. Lo sabes. Te lo han dicho.
Sin embargo, ¿sabías que debes ser un ejemplo de carácter y de madurez cristiana ante otros cristianos, incluso cuando esos cristianos son mayores, más sabios y más piadosos que tú? Ese es un pensamiento espeluznante, un desafío intimidante. No obstante, así fue exactamente como Pablo desafío a Timoteo. Timoteo era un hombre joven, lo suficientemente joven como para que otros cristianos mayores lo hubiesen mirado en menos, convencidos de que no había forma en que ellos pudieran aprender cualquier cosa de un hombre joven. Y aun así Pablo le dijo que era su responsabilidad ser un ejemplo para ellos en su conducta.
«Conducta» es una palabra muy general. Es una palabra amplia que se refiere a toda la vida. En todo lo que él hace, en todo su comportamiento, Timoteo debe ser un ejemplo. En cada esfera de su vida él debe ser un ejemplo. No existe área de la vida que «sé ejemplo de los creyentes… en conducta» no abarque. Esto era una verdad para Timoteo y también lo es para ti. No estás exento de ser un ejemplo en conducta cristiana simplemente porque eres joven. Debes ser un ejemplo «en casa, en la iglesia, en el almacén, en la autopista, en el patio del recreo, en la barbería» (según Philip Ryken). Kent Hughes dice, «en la monotonía diaria de la existencia (en la gasolinera, en la fila del almacén, en el partido de fútbol, en el lavado de autos) [tú] debes ser un ejemplo para todos los que creen». Todo el tiempo, de todas las maneras posibles, en toda la vida, Dios te desafía a ser un ejemplo de piedad para otros cristianos.
¿Eres ese ejemplo de piedad? ¿Otros creyentes te ven como alguien que modela lo que significa comportarse como un cristiano? Te dejaré a ti la reflexión de la totalidad de tu vida porque quiero enfocarme solo en una: la forma en la que te comportas cuando estás con tu iglesia local. Cuando te juntas con otros cristianos, ¿te ven modelando una conducta cristiana? ¿Otros cristianos, e incluso cristianos mayores, te ven como un modelo de piedad? ¡Este es tu deber dado por Dios! Desde la perspectiva de un cristiano mayor, uno que está a pocas semanas de llegar a los 40, puedo dar fe de que pocas cosas son más animantes para mí que estar rodeado de jóvenes que ejemplifican el carácter cristiano. Me encanta ser desafiado al ver jóvenes llevando vidas piadosas. Por lo tanto, quisiera desafiarte a que te encargues de ser un ejemplo para los creyentes en tu conducta dentro de la familia de la iglesia. A continuación, quisiera compartirte algunas maneras en las que los jóvenes cristianos pueden hacer esto:
- Estar ahí. Asiste a todos los servicios. Haz que la asistencia a la iglesia sea una gran prioridad que solo puede ser interrumpida por las circunstancias más inusuales. Si un deporte va a provocar que no vayas a la iglesia semana tras semana, necesitas pensar muchísimo sobre si es un intercambio justo. No permitas que cada tos y cada resfrío te amarre a tu casa un domingo por la mañana. Haz tus tareas antes del domingo así puedes consignar el domingo al Señor. ¡Solo puedes ser un ejemplo a otras personas si estás rodeado de otras personas!
- Darse completamente. Una vez que llegues a la iglesia, sé alguien que se entrega a los demás completamente. Una de las mejores formas de hacer esto es siendo amistoso, conociendo personas y teniendo conversaciones con ellas. Tu tentación será ir hacia personas que son muy similares a ti. Así que desafíate a ti mismo a conocer personas que son diferentes a ti (mucho más mayores o más jóvenes, de diferente origen étnico, personas con capacidades diferentes). Busca personas que en otras circunstancias pasan desapercibidas y comienza a conocerlas.
- Ser un siervo. Busca maneras para servir en la iglesia y, en especial, en aquellos ministerios de baja visibilidad. Muchas personas se sienten especialmente llamadas y equipadas a cantar o a tocar un instrumento al frente del salón, pero la mayoría de nosotros estamos mucho mejor equipados para sacar la basura y para poner las sillas. Ofrécete como voluntario para los trabajos menos atractivos, aquellos que nadie más quiere hacer. Y luego hazlos con gozo y sin exigir agradecimiento.
- Estar visible. Mientras adoras, sé un ejemplo para los creyentes al cantar con gozo. Mientras escuchas los sermones, sé un ejemplo para los creyentes al escuchar con atención. Mientras pones en práctica lo que has aprendido, sé un ejemplo para los creyentes en tu humildad y diligencia. Mientras haces comunidad, sé un ejemplo para los creyentes en tu disposición a salir de tu zona de comodidad.
Este es solo un comienzo, solo un par de sugerencias. De estas maneras y de muchas más puedes ser un ejemplo a los creyentes en tu conducta. Este es el gran y santo llamado de Dios para ti, el cristiano joven. ¿Harás caso al llamado?
Preguntas para reflexionar
- ¿Te intimida saber que eres llamado por Dios a ser un ejemplo en tu conducta incluso (¡y especialmente!) ante otros cristianos?
- ¿De qué maneras estás siendo un buen ejemplo en tu conducta? Ora y agradécele a Dios por ellas. Según crees, ¿de qué maneras estás siendo un mal ejemplo en tu conducta? Ora y pídele a Dios que te perdone y te dé gracia para cambiar.
- ¿Cuáles son algunas de las formas en las que sirves en tu iglesia local? ¿Cuáles son algunas de las formas en las que piensas que debes servir a tu iglesia local?
- ¿Encuentras difícil o poco natural hacer comunidad con personas que son diferentes a ti? ¿Qué harás al respecto?
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Este recurso fue originalmente publicado en Tim Challies | Traducción: María José Ojeda

