volver

Durante todo este mes, compartiremos contigo una serie de devocionales llamada Treintaiún días de pureza. Treintaiún días de reflexión sobre la pureza sexual y de oración en esta área. Cada día, compartiremos un pequeño pasaje de la Escritura, una reflexión sobre ella y una breve oración. Este es el día nueve:

Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros , y mucho más al ver que el día se acerca (Hebreos 10:24-25).

La amistad es un gran don de Dios. La amistad espiritual compartida en Cristo, es un don aún más grande. Proverbios nos asegura que «en todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para tiempo de angustia» (17:17). El hermano nace para el tiempo en el que nos codeamos con nuestro pecado, batallando duro contra él, comprometidos a hacerlo morir. En esos momentos, necesitamos amigos para que oren por nosotros, para que nos apoyen, nos digan verdades y nos prediquen el Evangelio.

El pecado prospera en la oscuridad. Cuando nos encontramos con el agua hasta el cuello por nuestro pecado, nuestra tendencia es huir y escondernos, especialmente de los amigos. Nuestra culpa nos hace huir de la rendición de cuentas y de la amistad. No hagas eso. Ve las amistades piadosas que Dios te ha dado como los regalos que son. Mientras batallas contra el pecado y mientras batallas por la pureza sexual, invita a un amigo a acompañarte en tus luchas. Invítalo a orar contigo y por ti, invítalo a que te haga preguntas profundas y difíciles, invítalo a ir contigo en este viaje. Y cuando los treintaiún días de pureza hayan terminado, esa amistad solo seguirá progresando.

Padre, oro para pedirte que yo pueda buscar y valorar la rendición de cuentas bíblica y la amistad genuina. Esta vida es demasiado difícil y soy demasiado pecador como para hacerlo solo. Por eso, oro para que me concedas ese amigo, que él y yo seamos como Jonatán y David, unidos, sin vergüenza, cada uno buscando el bien del otro. Y oro para que yo sea el tipo de amigo que ama en todo tiempo y que está ahí para mi hermano en tiempos de adversidad. Amén.

Este recurso fue originalmente publicado en Tim Challies | Traducción: María José Ojeda
Photo of Tim Challies
Tim Challies
Photo of Tim Challies

Tim Challies

Tim Challies es un seguidor de Jesucristo, esposo de Aileen y padre de tres niños. Se congrega y sirve como pastor en Grace Fellowship Church en Toronto, Ontario. Es autor de libros, entre los cuales puedes encontrar: Discernimiento: una disciplina práctica y espiritual, Limpia tu mente y Haz más y mejor; es cofundador de Cruciform Press y escribe regularmente en challies.com
Otras entradas de Tim Challies
¿Llegó el momento de dejar de transmitir tu servicio?
 
El introvertido obediente
 
31 días de pureza
 
Sean padres dignos de honor