Durante todo este mes, compartiremos contigo una serie de devocionales llamada Treintaiún días de pureza. Treintaiún días de reflexión sobre la pureza sexual y de oración en esta área. Cada día, compartiremos un pequeño pasaje de la Escritura, una reflexión sobre ella y una breve oración. Este es el día quince:
Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros , y mucho más al ver que el día se acerca (Hebreos 10:24-25).
En el Nuevo Testamento no existe el concepto del cristiano solitario: el hombre que afirma ser un creyente, pero que deliberada o desinteresadamente se permite alejarse de la iglesia local. Así como el lobo ronda al rebaño de ovejas, buscando a una que se descarríe de su pastor, Satanás ronda a la iglesia, buscando a quien se aleje de la comunidad cristiana. Todo cristiano depende de una iglesia local y nos arriesgamos al descuidarla, puesto que es en la iglesia donde experimentamos poderosamente los medios de gracia que Dios nos da: la Palabra, la oración y los sacramentos (u ordenanzas). No podemos crecer o siquiera sobrevivir sin ellas. Tampoco debemos esperar hacerlo.
También, es dentro de la iglesia donde experimentamos de forma única la alegría de imitar a Cristo al dejar de lado nuestros propios deseos con el fin de amar y servir a otros. Por lo tanto, hermano mío, no vayas simplemente a la iglesia: sé un miembro activo, que sirve y que participa en esa iglesia. No esperes ser capaz de dar muerte al pecado o buscar santidad sin la iglesia local.
Padre, te agradezco por el regalo de la iglesia local. Estoy agradecido de que por medio de ella puedo experimentar esos maravillosos medios de gracia. Te doy gracias por haberme llevado a mi iglesia y oro para que puedas ayudarme a comprometerme más y más con ella, para que pueda amar a las personas que traigas a ella, para que pueda tener amistades profundas y significativas ahí, que pueda servir fielmente a tu pueblo al moverlos al amor y a las buenas obras.