Ya estamos en otoño. La temperatura empieza a refrescar, los días lluviosos comienzan su inminente acecho y las hojas de los árboles dan inicio a su colorido espectáculo otoñal antes de dejar sus ramas. Carteles y decoraciones anuncian la llegada de esta estación en las tiendas. Bolsas de huevitos de chocolate y golosinas con forma de conejito llenan los estantes de los supermercados.
Mientras que nosotros, los cristianos, disfrutamos todas las señales del otoño, esta estación es especial en una manera diferente. La próxima semana, celebraremos el fin de semana más importante del año: la muerte y resurrección de nuestro Señor. Más allá de los dulces y del clima más fresco, recordamos y nos regocijamos en la nueva vida que tenemos debido al sacrificio de Cristo por nuestros pecados y a su triunfo sobre la tumba.
Queremos que nuestros hijos conozcan esta alegría también. Queremos que sepan que en esta época del año hay más que conejitos y huevitos de chocolate; mucho más.
¿Se unirían a mí en el intento de convertir las oportunidades de esta estación en maneras de enseñar más de Jesús a nuestros hijos? Seamos intencionales en aprovechar al máximo este otoño para mostrarles a nuestros hijos todo lo que tienen debido a Cristo. A continuación, les comparto cuatro conceptos clave que podemos enseñarles a nuestros hijos durante esta Pascua.
1. La historia de redención
Nuestra familia tiene lo que llamamos «el árbol de la resurrección». Un recurso que nos ayuda durante un mes para llegar a la Pascua leyendo la historia de redención. Comenzamos con la creación y la caída. Después leemos las promesas del pacto de Dios en el Antiguo Testamento, así como las profecías sobre el Mesías que encontramos en Isaías 53, por ejemplo. Estudiamos el nacimiento, el bautismo y el ministerio de Jesús. Durante la última semana, la Semana Santa, el pasaje de cada día se centra en los últimos días de Jesús. Para cada historia y pasaje que leemos, colgamos un adorno en nuestro «árbol de resurrección» que hacemos para simbolizar el pasaje que leemos.
2. La importancia de la resurrección
La resurrección de Jesús de la tumba es el centro de nuestra fe. Pablo escribió:
Porque si los muertos no resucitan, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es falsa; todavía están en sus pecados. Entonces también los que han dormido en Cristo están perdidos. Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de los hombres, los más dignos de lástima ( 1Co 15:16-19).
Lean este pasaje con sus hijos y enséñenles lo crucial que es la resurrección para nuestra salvación. Enséñenles que Cristo resucitó de la tumba porque él era el Hijo perfecto de Dios. La tumba no pudo retenerlo. Él conquistó el pecado y la muerte. No sólo eso, su resurrección asegura nuestra propia resurrección física en el futuro.
3. Cristo es el Cordero Pascual
No es coincidencia que Jesús sufriera y muriera durante la Pascua. Enséñenles a sus hijos el significado de esto. Lean la historia de la Pascua original. Muéstrenles cómo la Pascua en Éxodo apunta a Jesús y cómo debido a él somos liberados del juicio justo de Dios.
4. Las verdades de la cruz
La Pascua también es un tiempo maravilloso para enseñarles a nuestros hijos temas centrales como la expiación sustitutiva, la justificación, la imputación y la redención. Discutan cómo Jesús obedeció perfectamente a su Padre en todas las cosas. Enséñenles que la vida perfecta de Jesús ha sido acreditada para nosotros en unión con él por fe. En Cristo, ahora Dios nos ve y ve la vida perfecta de Cristo. Hablen de los sacrificios hechos en el Antiguo Testamento y por qué éstos no eran suficientes para expiar nuestros pecados. Discutan por qué Jesús fue un sacrificio perfecto por nosotros en la cruz y que fue suficiente para siempre. Hablen sobre lo que significa redimir o rescatar algo. ¿Cómo nos redime Jesús?
Las alegorías podrían ser ayudas útiles para enseñar estas maravillosas verdades, por ejemplo, La copa de veneno del príncipe y The Priest With Dirty Clothes (El sacerdote con ropa sucia) de R.C. Sproul, y por supuesto, El león, la bruja y el ropero de C.S. Lewis. A medida que le enseñamos a nuestros hijos sobre la Cruz, recordemos las maravillosas palabras de Aslan,
…a pesar de que la Bruja sabía de la Magia Profunda, hay una magia más profunda aún que ella no conoce. Su saber llega sólo hasta el Amanecer del Tiempo. Pero si a ella le hubiera sido posible mirar más hacia atrás, en la oscuridad y la quietud, antes de que el Tiempo amaneciera, hubiese podido leer allí un encantamiento diferente. Y habría sabido que cuando una víctima voluntaria, que no ha cometido traición, es ejecutada en lugar de un traidor, la Mesa se quiebra y la Muerte misma comienza a trabajar hacia atrás.