¿Cuál es el propósito de los devocionales familiares? Probablemente, no existe hábito o disciplina que sea tan elogiada, recomendada o incluso ordenada entre las familias cristianas como esta. Sin embargo, ¿cuál es su propósito? ¿Para qué fueron diseñados? A lo largo de los muchos años de liderar los devocionales familiares, he sido sorprendido al descubrir que es más o menos lo que había esperado.
A medida que Aileen y yo comenzamos a construir el hábito de los devocionales familiares, primero como algo que seguía a la cena y más tarde como algo que venía después del desayuno, asumimos que los devocionales familiares serían el principal medio por el cual les enseñaríamos la Biblia a nuestros hijos. Cuando eran pequeños, nos centrábamos en las historias y, cuando crecieron, nos centrábamos en las doctrinas. Sin duda, eso es exactamente lo que hemos hecho. Donde primero nos concentramos en los grandes personajes y eventos de la narrativa bíblica, después ajustamos nuestro enfoque a los Proverbios, las epístolas y a cómo vivir la vida cristiana. Esto, creo, ha demostrado ser beneficioso, especialmente cuando lo suplementamos con útiles recursos como Big Beliefs [Grandes creencias] or Training Hearts, Teaching Minds [Entrenar corazones; enseñar mentes]. Mientras tales cosas son sin duda imposibles de calificar y cuantificar adecuadamente, no estoy convencido de que esto haya demostrado ser el mayor beneficio de todos. Los devocionales familiares han demostrado ofrecer mucho más que la mera adquisición de conocimiento.
Por lo tanto, ¿dónde he visto más beneficios y, quizás, beneficios inesperados? En primer lugar, hemos encontrado que los devocionales familiares son un medio crucial de declarar las prioridades de nuestra familia. Al ir a la Palabra de Dios y orar juntos cada día (o la mayoría de los días, al menos), hemos modelado la centralidad de estas práctica en la vida cristiana. Nuestros hijos podrían no ver cómo Aileen y yo enfatizamos nuestros devocionales personales cada día (puesto que hago esto antes de que ellos despierten y Aileen lo hace después de que se van a la escuela), pero al reunir la familia para los devocionales compartidos exponemos la prioridad y la necesidad de escuchar de Dios y de hablarle a Dios. Y creo que también declaramos algo sobre nuestras prioridades cuando mostramos que no nos sentimos intimidados al perder un día de vez en cuando debido a las circunstancias, pues mostramos que los devocionales no son el medio a través del cual ganamos el favor de Dios, sino el medio por el cual crecemos en nuestra relación con el Dios que ya ha extendido su favor hacia nosotros. Combatimos la noción de que la opinión de Dios sobre nosotros fluctúa con la calidad y la consistencia de nuestros devocionales.
Estos tiempos diarios juntos también han demostrado ser un medio importante para construir cercanía entre nuestra familia. Existen todo tipo de cosas que podemos hacer para construir relaciones entre los cinco. Por mucho tiempo hemos visto que las experiencias compartidas finalmente significan mucho más que acumular posesiones. Aunque continuamos intercambiando regalos en los días apropiados, tales regalos son casi siempre olvidados prontamente. Sin embargo, los recuerdos de las vacaciones, de situaciones y otros tiempos y eventos especiales quedan. Nuestros devocionales nos llaman a una experiencia familiar cada día. Mientras pocos de ellos son extraordinarios por sí mismos, es su acumulación gradual lo que agrega algo especial. Finalmente, los devocionales familiares son vistos como algo más que un corto tiempo cada día, sino como algo más cercano a una experiencia perdurable compartida. Al mirar hacia atrás, parece más como una sola gran cosa que miles de pequeñas cosas. Es una de esas cosas (esas cosas que forman) que hemos compartido juntos.
Luego vemos el beneficio de construir un hábito que agrega una estructura y una estabilidad a la vida compartida de la familia. A medida que enfatizamos los devocionales familiares, hemos descubierto que se transforma en un tipo de estructura organizada de la vida que compartimos juntos. Por los dieciocho o veinte años que nuestros hijos han compartido este hogar con nosotros, este evento continuará llamándonos a estar en el mismo espacio al mismo tiempo por el mismo propósito cada día: estar juntos con el Señor por al menos un rato. Es el tipo de hábito, quizás como comer juntos e ir juntos a la iglesia, que ancla a la familia. En ningún otro lugar siento la ausencia de mi hijo (que está en la universidad) que cuando veo su silla vacía a las 6:55 de la mañana.
Finalmente, está esto: por medio de los devocionales familiares modelamos los devocionales personales, puesto que los dos se asemejan mucho el uno al otro. Al relacionarnos con el Señor como familia, enseñamos cómo relacionarnos con él como personas. Todos lo que los niños necesitan hacer para construir un hábito de devocional privado es comenzar a imitar e individualizar este hábito de devocional familiar. Hemos modelado cómo orar y por qué orar; hemos modelado cómo entender la Biblia y cómo aplicarla apropiadamente. Esto no ha sido enseñado por clases o seminarios, sino por un largo ejemplo.
Ha habido muchas veces a lo largo de los años en los que he sentido que nuestro hábito de devocionales familiares han sido trillados y simplistas. Aunque nunca he estado tentado a darme por vencido, a menudo he sido tentado a agregar complejidad, a medir el éxito al ver cuánto conocimiento han adquirido mis hijos. Sin embargo, al mirar hacia atrás a los casi veinte años de hacer esto juntos, veo que hay muchos maravillosos beneficios que se pueden tener por medio de la fiel simplicidad. Aunque nuestros hijos han aprendido mucho, estoy cada vez más convencido de que algunas de las mejores y más importantes lecciones van más allá de los personajes, de las historias y de las doctrinas. No hay un solo propósito para los devocionales familiares, sino toda una red que se entrelaza y que juntos suman algo mucho mayor que la suma de sus partes.