Nota del editor: esta es la respuesta a una de las diferentes preguntas que los oyentes del pódcast Ask Pastor John le hacen al pastor John Piper.
Hay maneras correctas de corregir a otros creyentes, y hay maneras incorrectas de corregir a otros creyentes. Entonces, ¿cuál es la diferencia? Romanos 14:13 dice: «Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano». Aquí está John Piper explicando el significado de este punto en un sermón de 2005.
Considero que: «¿por qué juzgas a tu hermano?» (Romanos 14:10), significa dos cosas.
Espíritu de hermandad
Primero, no critiques a tu hermano creyente sin manifestar un fuerte afecto de amor fraternal. Puedes ver cómo lo estoy diciendo porque estoy dejando espacio para todos los textos que dicen que nos corrijamos unos a otros, nos amonestemos unos a otros, nos reprendamos unos a otros. Tienes que emitir un juicio si vas a obedecer la Biblia.
Pero este texto tiene que significar algo cuando dice: «no juzgues», y lo primero que estoy captando es la palabra hermano. Véase el punto destacado en «tu hermano»: «¿por qué juzgas a tu hermano?» En otras palabras, ten cuidado aquí de que cuando te comprometas a hacer alguna corrección, alguna amonestación, alguna reprensión, que la hermandad esté en todo, no un espíritu de condenación.
Hemos creado una palabra para este mal: criticón. ¿De dónde vino esa palabra? ¿Por qué se creó en español? Por este verso o algo como este versículo. Todo el mundo sabe que hay un momento adecuado para corregir a alguien y decirle que está haciendo algo un poco estúpido. Y hay una manera de hacerlo y un mal momento para hacerlo que te envanece.
Saca primero la viga; entonces, verás claramente cómo sacar la astilla del ojo de tu hermano (Mt 7:1-5). Las vigas en los ojos son malos cirujanos oculares. Golpeas a la gente hasta la muerte con las vigas que tienes en tus ojos. ¿Puedes ver esta imagen? Alguien dice: «disculpe, hay una astillita en su ojo» y, mientras buscan esa astillita, proceden a golpear a la otra persona con la viga que tienen en su propio ojo. Probablemente, estaban sonriendo cuando Jesús decía esto, y luego colapsaron por la autocondena.
Así que, el primer significado, creo, de no juzgar a tu hermano es este: no critiques a tu hermano creyente sin una afirmación manifiesta de afecto fraternal. Si no la tienes (la afirmación), tienes un problema, un gran problema.
Este es el segundo significado que creo que tiene. Creo que significa, además, no tratarlos como incrédulos. No emitas un juicio final sobre ellos. No le digas a un hermano, por alguna cosa de carne o de verdura o de día o de vino: «no puedes ser un cristiano. No eres un cristiano».
Humildad y mansedumbre
Ahora, esto es lo que creo que significa despreciar: «¿por qué desprecias a tu hermano?» (Ro 14:10). Interpreto que significa: no trates a tu hermano con desdén, sin afecto fraternal. Pones los ojos en blanco, chasqueas la lengua y giras la cabeza, y todo en tu lenguaje corporal es despectivo, desdeñoso, menospreciador y humillante, y no hay nada de fraternal en ello.
Por eso creo que la palabra «hermano» en Romanos 14:10, repetida esas dos veces, tiene la intención de despertar el afecto que ablanda, suaviza y endulza cualquier corrección que tengamos que hacernos unos a otros.
El mandato es claro: no juzgues; no despreciéis a tus hermanos en la fe tratándolos como incrédulos o criticándolos sin afecto fraternal. En otras palabras, cuando sea necesario juzgar, hazlo como Pablo dijo que lo hicieras en Gálatas 6:1-2. Y hazlo como Jesús dijo que lo hicieras en Mateo 7:5. Déjame leerlos de nuevo.
Esta es la forma en que Pablo interpreta el mandato de Jesús: «Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna transgresión», entonces, hay una razón para corregir aquí. «Tú que eres espiritual», y podrías pensar que lo espiritual te envanecerá. No es espiritual envanecerse. Observa el efecto de esto: «Ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado» (Gá 6:1). En otras palabras, ten cuidado con la viga en tu propio ojo.
Y he aquí las palabras de Jesús: «[…] saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano» (Mt 7:5, NVI). Si quieres invertir algo de energía emocional en un conflicto, lidia contigo mismo el 99 % del tiempo. Puedes salvar un matrimonio de esa manera.
Todos seremos juzgados
Vayamos al argumento. El argumento está en la segunda mitad del versículo 10 hasta el versículo 12. Y lo leeré contigo. Comenzaré por el principio.
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios. Porque está escrito:
«Vivo Yo, dice el Señor, que ante Mí se doblará toda rodilla,
Y toda lengua alabará a Dios».De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.
Él dice dos veces que seremos juzgados: «todos compareceremos ante el tribunal de Dios» (versículo 10), y luego lo vuelve a decir en el versículo 12: «De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo». Y entre esas dos declaraciones viene la base de ellas en el Antiguo Testamento de Isaías 45:23: «Por mí mismo he jurado, ha salido de mi boca en justicia una palabra que no será revocada: que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua jurará lealtad». Hay un énfasis aquí en la palabra «toda».
¿Qué está enfatizando en estos tres versículos? Creo que está enfatizando la palabra todos, toda, cada uno.
Versículo 10: «todos compareceremos ante el tribunal de Dios». Sin excepciones.
Versículo 11: «ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua alabará a Dios».
Versículo 12: «De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo».
Entonces, tienes la palabra «todos», tienes la palabra «toda» y tienes la palabra «cada uno». Ese es el énfasis en estas tres declaraciones. Significa que cada persona que está escuchando el sonido de mi voz se presentará individualmente ante el Creador del universo y dará cuenta de su vida. Piensa mucho en eso. Piénsalo cuando te vayas a la cama por la noche y piénsalo cuando te levantes por la mañana.