¿Han sufrido de insomnio últimamente? ¿Algo o alguien consume sus pensamientos que deben luchar para acostarse en paz?
Esta semana, me encantaría escribirles y contarles que mi corazón está completamente en paz, pero no es así. Me encantaría poder declarar con confianza que descanso en el cuidado de Dios y que confío en su plan; sin embargo, no es así.
¿Lucho menos que antes? Sí, por la gracia de Dios. Mi descanso es más constante y mi corazón disfruta de mayor paz que en los primeros días de mi fe. No obstante, aun dudo y aun tengo momentos de ansiedad, pero sé que no estoy solo.
Así que, si en alguna manera se parecen a mí, deben haber versículos en la Biblia que los confunden o incluso, quizás, los desaniman. Versículos como el Salmo 4:8, «en paz me acostaré, y así también dormiré, porque sólo tú, Señor, me haces vivir seguro»; o el Salmo 27:3, «si un ejército acampa contra mí, no temerá mi corazón; si contra mí se levanta guerra, a pesar de ello, yo estaré confiado».
¿Cómo puede un cristiano, que enfrenta las realidades difíciles e impredecibles de la vida en un mundo caído, llegar a un punto en donde pueden ir a dormir con un corazón en paz? ¿Acaso el salmista está fingiendo su espiritualidad? ¿O acaso ha encontrado algún ingrediente secreto para la fe?
Estoy profundamente convencido de que el secreto para un corazón confiado y para una noche en paz no es un secreto en lo absoluto. Al contrario, es pura y simple teología; es decir, la confianza en los principios fundamentales que Dios dispone en su Palabra. A continuación, nombro cinco de ellos:
1. Acepten el caos
Tenemos un control ínfimo en un universo gigantesco. Cada día trae sus propios problemas (Mt 6:34). Mientras más tratamos de manipular las situaciones, los lugares y las relaciones de la vida, más cansados y desanimados estaremos.
2. Conozcan los hechos
Aun cuando acabo de decirles que acepten el caos, la Biblia en realidad declara que todo en el universo está dirigido por una autoridad completa y específica (Hch 17:26). Nada es un caos a los ojos de Dios; él nunca se confunde ni nada lo toma por sorpresa. Cuando nos decimos a nosotros mismos lo contrario, no debe sorprendernos que estemos estresados y angustiados.
3. Confíen en el Padre
Dios es más que sólo una deidad gobernante, ejerciendo su poder soberano sobre las personas y los lugares. La Biblia nos dice que él también es bueno y que le dará a sus hijos todo lo que necesitan e incluso más (Mt 6:26-32; 7:9-11). Sus vidas están seguras en las manos de un Padre poderoso y amoroso.
4. Dedíquense a las disciplinas espirituales
En medio de las pruebas, es muy tentador abandonar las disciplinas espirituales de nuestra fe y tratar de llevar las cosas por nuestra propia cuenta. Oren, ayunen, mediten y memoricen la Escritura; sigan asistiendo a los servicios de adoración y a los grupos pequeños. Sumérjanse en Dios, en su Espíritu, en su Palabra y en su cuerpo de creyentes.
5. Conozcan sus límites
Muchos cristianos se inquietan tratando de descifrar la voluntad secreta de Dios para sus vidas. ¡Es un secreto, después de todo! Al contrario, debemos descansar en los límites claros que Dios nos ha dado a conocer. Dejen que Dios sea Dios y que él establezca sus pasos (Pr 16:9).
Ustedes y yo podemos dormir porque Dios es sabio, amoroso y poderoso. Él está en control todo el tiempo de cada detalle de nuestras vidas.
Dios los bendiga.
Preguntas para reflexionar
- ¿Existe alguna evidencia en la forma en que vives de que tu corazón no está descansando? Sé específico.
- Cuando vienen los problemas, ¿qué haces con las disciplinas espirituales?
- ¿Qué cosas demandas saber en vez de descansar en el plan de Dios?