Estoy seguro de que ya han recibido múltiples correos electrónicos, publicidades en las redes sociales o notificaciones animándolos a comenzar un plan de lectura bíblica para este año.
Puesto que ya han pasado tres días de este nuevo año, supongo que la mayoría de ustedes llevan tres de tres y ¡se sienten bien! Sin embargo, si se parecen un poco a mí (una persona que se distrae fácilmente y que tiene un corazón veleidoso), leer la Palabra de Dios consistentemente será un desafío.
No voy a promocionar una aplicación ni a recomendar un plan específico. Existen muchos planes muy buenos que se pueden elegir. En su lugar, quisiera darles cinco razones motivacionales para abrir la Biblia cuando no sienten que quieran hacerlo.
1. Identidad
La única manera en la que pueden comprender apropiadamente quiénes son y el propósito para el que se les dio vida y aliento es cuando se miran a sí mismos por medio de los lentes de la narración de la Escritura. Es solo en esta historia que aprenderán que fueron hechos por Dios y para Dios, que todo lo que son y todo lo que tienen viene de él y que fueron creados para vivir por algo infinitamente más grande que ustedes mismos.
2. Comprensión
Nunca sabrán todo lo que necesitan saber para vivir de acuerdo a cómo fueron diseñados a través de la experiencia, la investigación y análisis humano. Esta es la razón por la cual Dios habló inmediatamente con Adán y Eva después de que los creó. De la misma manera, Dios nos habla a nosotros en su Palabra para que podamos conocer y entender, y en conocimiento y entendimiento, vivamos como fuimos creados.
3. Consuelo
El mundo en el que viven puede ser muy confuso, angustiante y doloroso. Sin embargo, la historia bíblica nos consuela con otra realidad: nuestro mundo no está fuera de control. Al contrario, está bajo el control personal y cuidadoso de aquel que es la definición suprema de todo lo que es bueno, verdadero, sabio y amoroso. Podemos descansar, no porque entendamos lo que está pasando, sino porque conocemos a aquel que lo gobierna todo.
4. Salvación
Esta es la razón máxima para la Palabra de Dios. Sin ella, no conoceríamos que nuestro más grande problema se encuentra dentro de nosotros y que se llama pecado. La historia bíblica registra las grandes cosas que Dios ha hecho y está haciendo para rescatarnos, perdonarnos y liberarnos de nuestro pecado. El evento central de la narración es la cruz de Jesucristo, que nos entrega lo único que necesitamos desesperadamente pero que no podemos alcanzar por nosotros mismos: nueva vida.
5. Esperanza
La historia bíblica, porque es una historia, tiene un capítulo final. Un día, la enfermedad, la tristeza y el pecado de este mundo quebrado terminará. Seremos como Dios y estaremos con él para siempre. El Autor de este libro nos ha garantizado el fin de la historia al resucitar a Jesús de los muertos. No importa qué suceda, tenemos esperanza, porque sabemos que la última página ya fue escrita.
Así que a medida que comienzan este nuevo año, no se dejen llevar por una lista que quehaceres obligatoria o por un plan de lectura. Úsenlos como una herramienta útil, pero inspírense para leer la Biblia como una historia.
Esta historia tiene un carácter central: Dios mismo, específicamente en la persona del Señor Jesucristo. De principio a fin, la Biblia es una narración de sus maravillosas obras y de las bendiciones que son suyas por gracia.
Esta viejísima historia imparte identidad, comprensión, consuelo, salvación y esperanza. ¿Se ha convertido en su historia favorita para leer cada día?
Preguntas para reflexionar
- ¿Qué obstáculos han enfrentado en el pasado para leer la Biblia consistentemente?
- ¿Qué cambios pueden hacerle a sus agendas para priorizar la lectura de la Escritura?
- ¿Qué revelan sus agendas actuales sobre sus prioridades?
- ¿Cómo pueden animar a otros a leer la narrativa bíblica (sin recomendar un plan de lectura)?