No hay escasez de excelentes libros sobre el tema de la santidad. La santidad de J.C. Ryle pasó la barrera del tiempo, mientras que La santidad de Dios de R.C. Sproul y En pos de la santidad de Jerry Bridges representan dos clásicos modernos. Bien podríamos preguntarnos si realmente necesitamos más libros sobre el tema. Una grieta en tu santidad de Kevin De Young responde con un estrepitoso «¡sí!».
DeYoung cree que existe una grieta en nuestra santidad, una brecha entre la pasión por el Evangelio y la búsqueda de la santidad. La grieta simplemente es esta: no nos importa realmente la santidad. «La exhortación apasionada para buscar la santidad guiada por el Evangelio apenas se escucha en la mayoría de las iglesias… Hablo acerca del fracaso de los cristianos, en especial, de las generaciones más jóvenes, y principalmente, aquellas que más menosprecian la “religión” y el “legalismo”, para tomar en serio uno de los objetivos primordiales de nuestra redención y una de las evidencias requeridas para la vida eterna: nuestra santidad».
He pensado sobre esto muchas veces a lo largo de los años y me inclino a estar de acuerdo con la evaluación de Deyoung. En el siglo XIX J.C. Ryle estaba enseñando que la santidad «es un gran final y propósito por el cual Cristo vino al mundo». Pero entonces, como DeYoung dice,
Haremos bien en preguntar la razón de esta brecha y aquí DeYoung propone varias respuestas: en el pasado los cristianos igualaban la santidad con abstención de un par de prácticas tabúes tales como beber alcohol y bailar; nuestras iglesias tienen muchas personas no regeneradas en ellas que no están necesariamente interesadas en la santidad; enfatizamos una cultura cool que empuja los límites del lenguaje, de la entretención, del alcohol, de la moda y de lo que sea considerado cool; etiquetar algo como no santo o impío se siente enjuiciador; tememos al legalismo y nos aterran las palabras como diligencia, esfuerzo y deber; enfrentamos la realidad de que buscar la santidad es un trabajo duro; y finalmente, muchos cristianos han intentado y se han rendido completamente.
A través de nueve cortos capítulos, DeYoung continúa mostrando lo que la Biblia dice sobre la santidad, respondiendo algunas de las objeciones contemporáneas y desafiando en un par de áreas donde podríamos estar aceptando e incluso celebrando la impiedad. El capítulo titulado, «Los santos y la inmoralidad sexual» va especialmente al grano a medida que nos desafía a ver que quizás, solo quizás, hemos permitido que el mundo nos empuje a entrar en su molde en el área de la sexualidad. Esto es cierto no solo en nuestra ética y en nuestro comportamiento sexual, sino que también en las cosas que nos entretienen y en las cosas sobre las que nos reímos y nos burlamos.
Una de las fortalezas del libro se encuentra en su constante ánimo de que realmente podemos ser santos. A lo que Dios nos llama, él también nos capacita para que lo alcancemos. Sin embargo, demasiados de nosotros hemos intentado ser santos y lo hemos encontrado muy difícil, un llamado demasiado insuperable. DeYoung dice correctamente que «existen cientos de cosas buenas que puedes ser llamado a buscar como cristiano. Lo que quiero decir es que, según la Biblia, la santidad, para cada cristiano, debe estar justo al principio de esa lista». No podría estar más de acuerdo.
Mientras que Ryle, Sproul y Bridges han escrito libros que son casi atemporales, el humor y la referencia a la cultura de DeYoung lo mantiene atado al aquí y el ahora. Sin embargo, esto es exactamente lo que lo transforma en un gran complemento de esos otros trabajos. No los reemplaza, sino que se para junto a ellos.
Si la santidad realmente debe estar al principio de la lista de prioridades del cristiano, entonces hacemos bien en equiparnos a nosotros mismos al leer regularmente sobre el tema. Una grieta en tu santidad te desafiará, equipará y animará a mortificar el pecado y a ser incesante en tu búsqueda de santidad. No creo que pueda darle a este libro un mejor elogio.