En la primera parte, conversamos sobre cómo Dios nos ha dado influencia sobre el establecimiento más importante en toda la sociedad: el hogar. En la segunda parte, discutimos el valor de la hospitalidad y de cómo ser estratégicas para recibir a otros. Ahora, miremos lo que la Biblia tiene que decir sobre los compromisos fuera del hogar. Esto no es un asunto blanco y negro y, por lo tanto, requiere un poco de discusión. No podemos ni debemos hacer reglas donde Dios no las ha hecho. Y en ningún lugar de la Biblia dice que la mujer no pueda trabajar ni ganar dinero. No obstante, como discutimos previamente, Dios ha ordenado claramente que las mujeres sean supervisoras del hogar. Con eso en mente, veamos un par de pasajes de la Biblia para obtener guía.
Proverbios 7:11-12 dice de la mujer adúltera: «Es alborotadora y rebelde, sus pies no permanecen en casa; está ya en las calles, ya en las plazas, y acecha por todas las esquinas»
En contraste, se dice de la mujer piadosa en Proverbios 31:27: «Ella vigila la marcha de su casa y no come el pan de la ociosidad».
Proverbios 14:1 declara: «La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos».
No solo trabajos, sino todos los compromisos
Si te das cuenta, ninguno de los versículos mencionados previamente lidia con trabajos. Abordan la actitud hacia el hogar. Esto no es una cuestión de pago, más bien de prioridad. Todas las mujeres deben tener en cuenta estas palabras, independiente si exista un cheque o no. Existen muchas maneras de estar ocupadas fuera del hogar en perjuicio de la familia, sea una carrera, un blog, una vida social ajetreada, un pasatiempo o incluso el ministerio. Ninguna de estas cosas son intrínsecamente malas tampoco es inapropiado comprometerse con ellas. Sin embargo, al final del día, lo que importa es cómo afecta el hogar, el establecimiento más importante de nuestra sociedad.
Como discutimos en la primera parte, el lugar de principal influencia y responsabilidad para ti se encuentra dentro del hogar. Vale la pena considerar cuán excesivo es el enfoque de nuestra cultura en la carrera profesional y qué efecto podría tener en cómo piensas del trabajo. (Ve también la sección sobre el impacto del feminismo en el artículo «Femineidad bíblica»). Por supuesto, no hay nada innatamente malo en trabajar fuera del hogar (ver Pr 31:16, 20, 24), pero demasiado a menudo nos aferramos con fuerza a un trabajo debido a su importancia cultural.
Otra razón por la que podríamos aferrarnos a cosas fuera del hogar es que nos da significado. Todas queremos sentirnos bien respecto a nosotras mismas, que nos pongan atención y ser apreciadas. Y la tarea de manejar un hogar no trae muchos agradecimientos y, por naturaleza, es repetitiva y servicial. Aunque invertir en el hogar tiene una importancia tremenda y eterna, es una inversión «maratónica». Y existen muchas otras avenidas donde nuestras capacidades pueden usarse con una recompensa inmediata. Por tanto, la pregunta es: ¿cómo sabes cuándo y si es correcto que tú le digas que sí a compromisos fuera del hogar?
¿Debes trabajar fuera de casa?
A continuación, comparto algunas preguntas para ayudarte a evaluar si es que un compromiso fuera del hogar es adecuado para ti. Ten en cuenta que esto se aplica también a otras oportunidades fuera del hogar no relacionadas a un sueldo como el voluntariado, las oportunidades ministeriales y los compromisos sociales.
¿Por qué estás trabajando/deseando trabajar?
- ¿Son esenciales los ingresos para satisfacer necesidades o para satisfacer deseos?
- ¿Trabajar es una manera de escapar o de evitar otras responsabilidades prioritarias más importantes como criar hijos, discipular, etc.?
- ¿Está el trabajo o tu carrera profesional llenando una necesidad por satisfacción o aprobación que debes encontrar solo en Cristo?
- ¿Tu esposo aprueba y te anima a trabajar? ¿O no está de acuerdo, pero lo permite de todas formas?
- Si Dios te pidiera que dejaras tu trabajo para cuidar de tu familia a tiempo completo, ¿estarías bien?
¿Tu hogar puede florecer mientras estás trabajando?
- ¿Qué responsabilidades se verán comprometidas al tú trabajar?
- ¿Cómo se siente tu familia respecto a que trabajes?
- ¿Puedes florecer tu hogar con excelencia mientras trabajas? ¿O solo «te las arreglas» en la casa?
- Si ya estás trabajando, haz una evaluación honesta de tu hogar al hablar con cada miembro de tu familia. Algunas preguntas útiles para hacerles son:
- ¿Te sientes valorado y cuidado por mí?
- ¿Deseas con ansias volver a casa?
- ¿Cómo te sientes respecto a mi trabajo?
- Mi actitud hacia ti, ¿es mejor o peor desde que estoy trabajando?
- ¿Sientes que estás floreciendo espiritual, emocional y físicamente? Si no es así, ¿está relacionado con cosas que estoy o no estoy haciendo? ¿Cómo puedo ayudarte a facilitar tu crecimiento en esas áreas?
Cómo hacer florecer tu hogar mientras trabajas
Si decides que trabajar fuera de la casa es lo mejor, recuerda que no eres menos responsable de supervisar la salud de tu hogar. Sé estratégica en potenciar tu tiempo y tus recursos restantes por el bien de tu familia. A continuación, comparto preguntas útiles para considerar:
- ¿Puedes escoger en qué horarios puedes trabajar? Si es así, considera cuándo es el mejor momento para trabajar con el menor efecto negativo en tu hogar.
- ¿Cuál es el mejor uso de tu tiempo más limitado en casa?
- ¿Existe algo que puedas dejar para maximizar tu tiempo en casa? (Por ejemplo: pasatiempos, entretenimiento, compromisos sociales, etc.?).
- ¿Puede algún porcentaje del ingreso económico adicional ser destinado para delegar otras responsabilidades domésticas y así liberarte y atender las necesidades más profundas de tu hogar? (Por ejemplo: un servicio de limpieza o comidas más fáciles y listas para preparar). Delegar es mejor que intentar hacer todo tú misma mientras te agotas y te irritas con tu familia.
Vuelve a evaluar regularmente
A medida que las vidas de quienes viven en tu hogar cambian, ajústate con ellos. Trabajar fuera del hogar podría encajar bien en un periodo, pero no en otro. Esfuérzate para revisar regularmente las motivaciones de tu corazón y el «clima» espiritual y emocional de tu casa para que trabajar no se convierta en un hábito mecánico, sino que un esfuerzo intencional.
Por qué importa
El hogar es el establecimiento fundamental de cualquier sociedad. Como el timón de un barco, la condición de los hogares conducirá la dirección de la nación. El hogar es donde futuros líderes son moldeados, donde las mentes brillantes son alimentadas, donde las cosmovisiones son establecidas. Cualquier inversión hecha en el hogar tiene un efecto en cadena que perdura por generaciones.
El trabajo y el ministerio fuera del hogar usualmente parece ser la tarea más importante. Sin embargo, eso no es cierto. Es necio de nuestra parte abandonar las inversiones vitales en el hogar porque eso es lo que nuestra sociedad hace o porque es lo que me hace sentir bien. Busca maneras, cualquiera sea la época de la vida en la que te encuentres, para invertir en el establecimiento del hogar. Tómale el peso a cada oportunidad fuera de eso con seriedad, sabiduría y fe. Cambiemos el mundo a través de nuestros hogares, ¡una persona a la vez!
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