Sabía exactamente en qué lugar estaba en ese salón en cada momento. Estaba desesperada por conocer más de este chico alto y guapo.
Como una chica soltera en la secundaria en ese tiempo, estaba tremendamente intrigada por este rostro bien parecido.
Mientras recostaba mi cabeza en mi almohada esa noche, mis pensamientos fueron inundados con sueños de «este chico». Desperté la mañana siguiente ansiosa por verlo nuevamente. Aunque apenas sabía cómo se llamaba, hice todo lo que podía para estar cerca de él. Ya sea que pasara a propósito por su lado, que lo mirara fijamente desde el otro lado del salón o simplemente que me pusiera a disposición, estaba consumida por este chico.
A medida que los días y las semanas se alargaban, yo era más feliz cuando estaba cerca de él y completamente insatisfecha cuando no lo estaba. Mientras más conversábamos, más feliz me sentía. Sin embargo, si pasaban muchas semanas y no escuchaba nada de él, lloraría sobre mi almohada en la noche, preguntándome qué estaba pasando.
Lentamente, pero con seguridad, este chico, sin siquiera saberlo, se había convertido en la fuente de mi satisfacción como chica.
Ya no estaba satisfecha con mi relación con Cristo, sino que estaba buscando satisfacción por medio de una relación con este chico.
¿Alguna vez has experimentado algo similar?
Buscar nuestra satisfacción en un chico es algo con lo que la mayoría de nosotras, chicas cristianas, luchamos. Ya sea que hayas luchado con esto en el pasado o estés luchando con esto ahora mismo, buscar la seguridad en los chicos es un peligro común.
Sin embargo, la parte más difícil para nosotras como chicas cristianas no es el hecho de que luchemos, sino que ver lo suficientemente claro para reconocer cuándo estamos luchando.
Durante mi corta obsesión por ese chico guapo, estaba ciega a mis propias luchas.
No pude ver con claridad y ni siquiera me di cuenta de que había cambiado mi satisfacción en Cristo y la había puesto en este chico.
Aunque las señales eran claras para mis padres y para otros, no era claro para mí hasta que salí totalmente de ahí. Presumo que eres igual.
Para ayudarte a evaluar la condición actual de tu propio corazón, sugiero tres claras señales para ayudarte a ver y determinar si es que estás poniendo tu satisfacción en un chico o chicos, en lugar de en Dios.
Ve si alguna de estas señales coincide con tus acciones actuales (o pasadas).
Tres señales que indican que estás buscando satisfacción en los chicos en lugar de hacerlo en Dios:
1. Quieres desesperadamente que los chicos se fijen en ti
Realmente no te importa qué chico sea… simplemente quieres que te noten. Quieres desesperadamente que algún chico (cualquier chico) te mire y piense que eres preciosa. Quieres que algún chico te escoja y te dé atención especial. Pensamientos como esos consumen tu mente y regularmente te preguntas por qué no hay más chicos fijándose en ti.
A veces, podrías incluso sentirte tentada a publicar algunas fotografías de ti con mucho filtro y semisexies en tus cuentas de redes sociales para hacer que los chicos se fijen en ti. Tú estás desesperada por que te noten y estás comenzando a sentir que harías cualquier cosa para tener la atención masculina.
2. Manipulas las circunstancias para estar cerca de ESE chico
De igual manera que mi historia anterior, siempre sabes dónde ÉL está exactamente. Si estás en el mismo salón con él, tus ojos están constantemente escaneando la multitud para asegurarte de tener vigilado su paradero. Te ubicas intencionadamente en lugares estratégicos para asegurar que se tope contigo.
Si él está en cierto equipo deportivo, siempre vas al partido. Si está en las redes sociales, constantemente das «me gusta» y comentas sus imágenes o videos. Incluso asistes a ciertas fiestas y eventos solo para estar en el mismo lugar que él. Te conviertes en una profesional de manipular las circunstancias para asegurarte de que estés cerca de él cuanto sea posible.
3. Piensas en «él» en todo momento
¡Pareciera que no puedes sacarlo de tu mente! Piensas en él y sueñas con él en casi todo momento del día. Revisas regularmente su perfil de las redes sociales para ver si ha publicado algo nuevo. Constantemente buscas publicaciones pasadas y sus fotografías todo el tiempo.
Tus pensamientos sobre este chico llenan las páginas de tu diario y te duermes en la noche soñando con una vida juntos algún día. Ya sea que estés limpiando tu habitación, haciendo tus tareas, ejercitando, sentada en la iglesia o viendo una película… este chico está en tu mente.
¿Te identificas con alguna de estas tres señales?
¿Puedes ver tus acciones y motivos en alguna parte de estas tres descripciones? Si es así, estás luchando exactamente con lo que yo solía luchar: poner tu seguridad en los chicos, en lugar de hacerlo en Dios.
Cuando ponemos nuestra seguridad en los chicos, nuestras acciones y motivaciones instantáneamente cambian y nos desesperamos y consumimos, como se mostró en esos tres ejemplos. Nos ponemos frenéticas y estamos insatisfechas con la vida, llevando nuestras emociones a un paseo loco en una montaña rusa.
Somos impacientes en nuestra soltería y siempre estamos «cazando» atención y afirmación.
Sin embargo, cuando estamos seguras y satisfechas en nuestra relación con Cristo, no necesitamos que la atención y la afirmación sea completada por los chicos. Estamos contentas y en paz en nuestro andar con Dios y eso se refleja en nuestra actitud, acciones y emociones.
Nuestras vidas están marcadas por la paz y nuestras emociones, por la estabilidad. Nos preocupa más servir a otros que manipular las circunstancias que nos rodean.
Solo Cristo puede satisfacer completamente los anhelos más profundos de tu corazón.
Si este artículo te ha ayudado a descubrir que estás buscando en los chicos tu seguridad en lugar de hacerlo en Dios, quisiera desafiarte y animarte a hacer lo siguiente:
- Arrepiéntete de tu afecto mal puesto y de tu idolatría. Pídele a Dios que te ayude a desearlo a Él más que a los chicos (1Jn 1:9).
- Cada vez que tengas la tentación de ser consumida por «ese chico», decide redirigir tus pensamientos al hacer una pausa y orar por fortaleza para permanecer enfocada en Dios. Memoriza un par de versículos sólidos para meditar cuando sientas la tentación (Sal 107:9; Sal 17:5; Sal 37:4).
- Ya no busques más su perfil de redes sociales.
- Cuando estés en un grupo y él esté ahí, decide buscar conversaciones significativas con otras chicas en lugar tratar de localizarlo a él.
- Sumérgete en la Palabra todos los días para que puedas aprender más sobre tu Salvador y desarrollar un amor más profundo por Él (Sal 16).
- Ora por tu futuro esposo y céntrate en permanecer fiel a él. Si Dios tiene un matrimonio para ti en el futuro, tu esposo está allá en algún lugar, entonces decide honrarlo mientras esperas.
¿Cuál de las tres áreas anteriores es una lucha para ti ahora o lo ha sido en el pasado? ¿Qué ha sido útil personalmente en tu vida para superar la obsesión que tuviste por cierto chico?