Crecer en gracia. De eso se trata esencialmente la segunda carta de Pedro.
Nuestra serie de 10 sesiones en este corto libro fue sorprendentemente poderosa. Sus tres capítulos están llenos de oro pastoral para ser aprendido y compartido. Lo que sigue a continuación son siete razones por las que también deberías considerar predicar 2 Pedro.
1. Las últimas palabras pronunciadas son especialmente poderosas
Seguir a Jesús llevó a Pedro a una prisión oscura e infernal donde esperaba una ejecución que lo enviaría al cielo. Jesús predijo el final de Pedro (Jn 21:18), y Pedro sabía que sus días estaban contados (2P 1:13-14). Posiblemente, Deuteronomio, 2 Timoteo y 2 Pedro sean los únicos libros de la Biblia escritos por hombres preparándose para morir.
El profundo trasfondo de la carta impregnó nuestros sermones con la urgencia y el enfoque que brinda la muerte inminente. Las palabras finales de Pedro desafiaron a nuestra iglesia a crecer en gracia para poder unirnos a él en gloria.
2. Se deleitarán en la gracia
La gracia llena la carta de Pedro de principio a fin. Comienza con una oración pidiendo gracia (1:2) y concluye con una exhortación a crecer en gracia (3:18). Por supuesto que Pedro conocía la gracia muy bien. Había sido llamado por gracia (Jn 15:16), había creído por gracia (Mt 16:15-18) y había sido restaurado por gracia después de su triple negación (Lc 22:54-62; Jn 21:15-19).
A medida que recibíamos las palabras de Pedro, sabíamos que él había pecado mucho, pero también que mucho se le había perdonado. Ser ministrados por un vaso de gracia nos causó gran deleite en la gracia de Dios por nosotros. Se nos recordó que si Dios pudo perdonar, hacer madurar y usar a Pedro después de su negación, entonces puede que haga lo mismo por nosotros.
3. Serán instados a buscar diligencia espiritual
Pedro llama a sus lectores a crecer en madurez espiritual. Los exhorta a esforzarse «obrando con toda diligencia» (1:5) para crecer en fe y confianza en Cristo (1:10, 3:14).
Este énfasis ayudó especialmente a nuestra iglesia porque nuestra tradición tiende a evitar las exhortaciones a esforzarse. A menudo asociamos «diligencia» con salvación basada en obras. Pero ese no es el enfoque de 2 Pedro. El esfuerzo alimentado por gracia es evidencia de seguir a Jesús por fe (Fil 2:12-13). Pedro nos recuerda la necesidad de «añadir a [nuestra] fe» para que nuestros ministerios sean eficaces, para que llevemos vidas productivas y para que estemos confiados en nuestra posición en Cristo (1:3-11). Si estás buscando un libro que estimule a tu congregación a buscar diligencia espiritual, puede que 2 Pedro sea lo que necesites.
4. Se dedicarán más a la Escritura
Pedro quiere que la iglesia confíe en la Escritura. Nos asegura que no necesitamos una experiencia como la que él tuvo en el monte de la transfiguración para conocer la revelación de Dios (1:16-19). Más bien podemos tener la certeza de que la Escritura es inspirada, fiel y verdadera (1:20-21; 3:15-16).
Si estás buscando una oportunidad para aumentar la confianza de tu iglesia en la Biblia, 2 Pedro te servirá mucho. Pero asegúrate de seguir el ejemplo de Pedro de mostrar por qué es esencial confiar en la Biblia. Las «preciosas y maravillosas promesas» de Dios en la Escritura son el medio por el cual participamos de Él y escapamos del pecado (1:3-4). Pedro nos ayudó a tener esperanza en el Dios que hace promesas, cumple promesas y preserva promesas. Podemos apoyarnos en Él a medida que crecemos en gracia.
5. Desarrollarán discernimiento sobre los falsos maestros
No todas las iglesias son confiables. No todos los predicadores son honestos. No todos los sermones son ciertos. Jesús nos advirtió contra los lobos (Mt 7:15) y un tercio de la epístola de Pedro hace lo mismo. Los falsos maestros amenazan a la iglesia en todas las épocas, incluida la nuestra. Nosotros dedicamos dos sermones para desarrollar discernimiento sobre el carácter y destino de los falsos maestros (2:1-22).
Yo preferí seguir el modelo bíblico de nombrar a los falsos maestros en estos sermones[1]. En el Antiguo Testamento. Janes y Jambres (Ex 7:11; 2 Ti 3:7) y Balaam son expuestos como engañadores (Nm 22-23, 31:16; 2P 2:15; Jud 11; Ap 2:14). En el Nuevo Testamento, Jesús reprendió públicamente a los fariseos, saduceos y a los falsos maestros que amenazaban a las siete iglesias de Apocalipsis (Mt 5:20, 16:6; Ap 2-3). Pablo nombró públicamente a Himeneo (1Ti 1:20; 2Ti 2:17), a Alejandro (1Ti 1:20), a Fileto (2Ti 2:17) y al antes fiel Demas (Col 4:14; Flm 24; 2Ti 4:10). El apóstol Juan también menciona a Diótrefes (3Jn 9). Puesto que hay un modelo bíblico de revelar a los falsos maestros, yo decidí seguirlo.
Probablemente, algunos de ustedes tengan muchas ganas de denunciar a algunas personas. Yo también soy susceptible a caer en esa tentación. Antes de dar nombres, discutí las siguientes preguntas con algunos de mis colegas pastores:
- ¿Ayudaría a nuestra iglesia si expongo a tal persona?
- ¿Estoy seguro de que sea un falso maestro?
- ¿Qué espero ganar con esto?
- ¿Puedo hablar personalmente con ellos primero?
- ¿Están de acuerdo mis colegas pastores con que haga esto?
Mi motivación para nombrar a los falsos maestros fue mi amor por nuestra iglesia. Satanás seduce a la novia de Jesús por medio de falsos maestros, y yo quiero que nuestro rebaño esté alerta (2Co 11:1-3). Hacer esto también nos dio un modelo para ver qué tan comprometida está conscientemente la congregación con lo que ven, oyen y leen.
Mi método de mencionar nombres fue el de proveer un modelo de claridad y bondad.
- Di ejemplos de claridad. Cuando digo que la enseñanza de una persona es falsa, rara vez lo hago sin citar directamente un ejemplo de su error. Esto prueba que no estoy haciendo afirmaciones falsas, sino que, aún más importante, nos ayuda a evaluar sus declaraciones de acuerdo con la Escritura como una ilustración personificada de la práctica del discernimiento.
- Traté de dar un modelo de bondad. Cuando expongo públicamente el error de una persona, lo hago de una manera que supone que la persona o un ser querido está presente en la habitación. Esto me ayuda a compartir mi argumento con mucho cuidado y compasión. No quiero que la gente me deje de escuchar por atacar a la persona a la cual estoy contradiciendo. Te recomiendo que no te rías ni uses a la gente como ejemplo para hacer hincapié en un punto. Nuestro objetivo es explicar el Evangelio, no hacer que nosotros nos veamos bien a expensas de otros[2].
Ante todo, asegúrate de que cuando derribes los falsos evangelios, resaltes el verdadero Evangelio. Ayúdale a la gente a ver la hermosura del Evangelio mostrándoles el vacío del error[3].
6. Recordarán que la liberación y la destrucción se acercan rápidamente
Pedro no deja a nadie dudando sobre el futuro (2:3-3:10). Para los no creyentes, la destrucción es segura; para los creyentes, ya viene la liberación.
Dios ha demostrado innumerables veces en el pasado que Él no pasa por alto el pecado, Pedro nos promete que Dios no lo pasará por alto en el futuro. Predicar 2 Pedro nos da oportunidades poderosas para ayudar a los no creyentes a entender debidamente lo paciente que es Dios con ellos. Como lo dice Pedro, Dios es lento para juzgar porque es paciente con ellos, y esa paciencia debería producir arrepentimiento (2P 3:9; cf. Ro 2:4; Ez 18). ¡Usa este punto para implorarles a los no creyentes que crean el Evangelio antes de que sea demasiado tarde!
Así como Dios es fiel en traer destrucción sobre los rebeldes, así también Él traerá liberación a los justos. Los creyentes enfrentarán un sinnúmero de pruebas que los tentarán a no seguir a Jesús. Este libro les asegura que «El Señor […] sabe rescatar de tentación a los piadosos» (2:9). Con la pronta venida de Jesús en esta carta, puedes asegurarle a tu rebaño que «el Señor sabe» todas las pruebas que enfrenta. Él conoce nuestras aparentemente insoportables enfermedades, persecuciones, dolores y desilusiones. Y, sin embargo, tal como Dios le envió un ángel a Lot para librarlo del juicio sobre Sodoma, y protegió a Noé durante el diluvio, también nos rescatará a nosotros. El pueblo de Dios necesita escuchar y tener esta certeza, y Pedro la proporciona en abundancia.
7. También recordarán que su distinción del mundo debe de ser clara
Pocas cosas son tan importantes como la dulce y solemne advertencia de que Jesús viene pronto. La segunda epístola de Pedro nos recalca el peso de la gloria venidera de una manera que nos obliga a responder. Debemos ser diligentes y vivir alejados de las costumbres pecaminosas del mundo (3:11-18).
Predicar este libro te da la oportunidad de enseñar que cada día debe ser vivido a la luz del Día Final. La certeza del día prometido debería producir pureza en nuestro presente. Todo importa. Todo lo que pensamos, hacemos y decimos hoy debe de ser hecho con los ojos puestos en el Día Final. Debemos estar «esperando» y «apresurando» la venida del Señor Jesús. Pastor, no hay mejor manera de servir a las almas bajo tu cuidado que ayudándoles a esperar con expectativa la llegada de nuestro amado Salvador. Esta perspectiva llena de significado eterno cada momento presente. Nos incita a vivir en pureza y a alejarnos de la perversión.
En 2 Pedro, el retorno de Jesús nos impulsa a la gracia. Profundiza nuestro deleite en la verdad de Dios y nos ayuda a discernir el peligro de tantos impostores. Nos asegura que los rebeldes no siempre prosperan, pero que los justos serán recompensados con la presencia de Cristo.
Así que predica el libro y pon el corazón de tu iglesia en la gracia que pronto será revelada.
Encuentra aquí la serie completa “Predicando toda la Biblia”.
Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.
[1] No todos los presentes agradecieron que hiciera esto. Algunos sintieron que categorizar públicamente a la gente como falsos maestros no demostraba amor. Esto me dio la oportunidad de discipular aún más a quienes quisieron escuchar.
[2] No siempre he sido un buen ejemplo de esto. Me he burlado e imitado a algunos haciendo que mis oyentes simpatizaran con los falsos maestros y desviaran su atención de lo que yo decía. No pierdas a tus oyentes innecesariamente. Deja que sea la verdad la que cause ofensa.
[3] Para un mayor estudio de cómo desarrollar discernimiento sobre la falsa enseñanza, revisa este artículo de Colin Smith.