013. Salmo 15: ¿quién es digno?
TRANSCRIPCIÓN
Este es un salmo tremendamente condenatorio. Tienes que mirar este salmo y decir: «si esto es lo que se requiere para estar en la presencia de Dios, estoy frito».
A medida que he estado estudiando los Salmos, me he sentido personalmente muy bendecido por haber sido escogido por Dios para hacer esto. He estado tan maravillado por cuán prácticos son estos salmos, cómo hablan realmente a nuestra experiencia y vida en este mundo caído. Ellos nos obligan a hacernos preguntas que quizás no nos haríamos normalmente. Por eso, hoy queremos meternos al Salmo 15. Titulé este salmo: «¿Quién es digno?».
Permíteme leerlo:
Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu santo monte?
El que anda en integridad y obra justicia,
Y habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua,
No hace mal a su prójimo,
Ni toma reproche contra su amigo;
En cuyos ojos el perverso es despreciado, pero honra a los que temen al Señor;
El que aun jurando en perjuicio propio, no cambia;
El que su dinero no da a interés,
Ni acepta soborno contra el inocente.
El que hace estas cosas permanecerá firme.
Esta es en realidad la pregunta de las preguntas; no podrías hacer una mejor pregunta que la que este salmo está haciendo. Es esta: ¿quién es lo suficientemente justo para habitar en la presencia de Dios? ¿Quién tiene el derecho, por la forma en que vive, de ser aceptado por Dios?
Bien, puedo decirlo de inmediato, si te estás haciendo esta pregunta, ya has sido alcanzado por la gracia de Dios. A la persona promedio en la calle no le importa ser aceptado en la presencia de Dios. A esa persona promedio no le preocupa su relación con Dios. De hecho, la mayoría de las personas no piensan en esto en absoluto. Así que si te estás haciendo esta pregunta, Dios ya te ha encontrado y ha producido ese deseo en tu corazón.
Las preguntas son estas: ¿quién anda en integridad? ¿Quién tiene la verdad en su corazón siempre? ¿Quién nunca calumnia con su lengua? ¿Quién nunca ha sido injusto con su prójimo? ¿Quién siempre honra a quienes temen al Señor? ¿Quién le hace promesas a los suyos y no se echa para atrás?
Me refiero a que si pudieras decir: «oh, sí, yo soy esa persona; siempre soy santo». Bien, probablemente eres terriblemente farisaico o estás alucinando. Este es un salmo tremendamente condenatorio. Tienes que mirar este salmo y decir: «si esto es lo que se requiere para estar en la presencia de Dios, estoy frito». Porque no estamos a la altura de este estándar, no sólo cada día, sino que probablemente a cada hora o a cada momento.
Ahora, los salmos como este están diseñados para ser aspiracionales, diseñados para producir esta respuesta en nuestros corazones: «anhelo ser este tipo de persona; quiero vivir este tipo de vida» y para provocar que oremos por el poder de la gracia de Dios porque quedamos muy cortos ante el estándar de este salmo.
Pero este salmo no se queda ahí y definitivamente este salmo no termina ahí. Este salmo es un dedo del Antiguo Testamento que te apunta a Jesús, ¡porque la respuesta definitiva a la pregunta es Jesús! Jesús vivió una vida perfectamente justa todo el tiempo, en todos los sentidos. Y esto es lo importante: Él hizo eso como nuestro sustituto porque Dios sabía que nunca viviríamos de esa manera.
Y por lo tanto, Jesús, en su vida justa y muerte aceptable, compró para nosotros nuestra aceptación con Dios. Así que, porque ahora somos justos en Cristo, podemos vivir en la presencia de Dios.
Si puedes mirar esta lista y decir: «simplemente no vivo de esta manera», entonces debes estar agradecido por la gracia de Dios que se encuentra en Jesús, que Dios proveyó un sustituto, que vivió una vida perfectamente justa a fin de que podamos tener la bendición eterna de vivir en la presencia de Dios.
Preguntas para la reflexión personal o discusión en grupo
1. Considera la lista de cualidades de una persona lo suficientemente digna para habitar en el santo monte de Dios. Sin ser innecesariamente autocondenatorio o castigarte a ti mismo, ¿cómo has fallado o has quedado al debe en una o más de estas áreas la semana pasada (u otra cualidad mencionada en el Salmo 15)?
- Difamaste o participaste en un chisme sobre alguien más cuando sabías que debías haberte quedado callado o cambiado el tema de conversación.
- Perdiste o ignoraste una oportunidad de amar a tu prójimo en servicio práctico (incluso algo tan mínimo como recoger su basurero).
- Usaste egoístamente tu dinero para tu propio placer y ganancia cuando había una oportunidad clara de dar generosamente o de usarlo para propósitos del Reino.
Luego, considera la motivación de tu corazón detrás de esa acción o falta de acción.
2. Después de considerar la manera (o maneras) en las que fallaste en vivir una vida digna, identifica ejemplos de cómo Cristo sí lo hizo perfectamente. ¿Cómo su perfección, de cara a tu fracaso, te da seguridad y paz? ¿Te revuelcas en la culpa o te das una paliza con una vergüenza innecesariamente, cuando Cristo ya ha tomado tu castigo? ¿Cómo su perfección y poder a través de su Espíritu te da otra oportunidad para vivir según estos dignos estándares esta semana? ¿Cómo puedes estar más consciente de tu tendencia a pecar? ¿Cómo puedes prepararte para combatir la motivación egoísta de tu corazón? ¿Cómo puedes pedir gracia en tu próximo momento de necesidad? Sé específico y mira hacia atrás al (a las) área (s) donde previamente fallaste y cómo te preparas para otra oportunidad donde, por gracia, puedes estar a la altura de ese digno estándar aspiracional.
Preguntas para conversar con niños
Para niños más pequeños: ¿sabes lo que significa ser perfecto? ¿Sabes que mamá y papá no son perfectos (¡ni siquiera están cerca de serlo!)? La Biblia tiene un estándar, un conjunto de reglas, que Dios escribió para protegernos a fin de que pudiéramos tener una buena vida, pero nosotros rompemos esas reglas y no alcanzamos el estándar todo el tiempo. Estas son algunas de esas reglas:
- No digas cosas crueles;
- No hagas cosas crueles;
- Sé generoso, amable y comparte.
¿Has hecho todas estas cosas de manera perfecta? ¿Cuándo cometiste un error? (Comparte momentos cuando has pecado en esas áreas). ¿Sabías que Jesús hizo todas esas cosas perfectamente? Él nunca rompió las reglas de Dios. Él siempre fue amable y nunca dijo ni hizo cosas malas. Y porque Él fue perfecto para nosotros eso significa que Dios aún nos ama y acepta cuando cometemos errores y significa que cuando tenemos otra oportunidad, podemos hacer las cosas bien con la ayuda de Jesús. ¿Cómo puedes pedirle a Jesús que te ayude la próxima vez que tengas que tomar una decisión?
Para niños más grandes: ¿alguna vez te has sentido avergonzado por la manera en que vives y por las decisiones que tomas? (O la manera en la que no estás viviendo lo que sabes y las decisiones que no estás tomando). ¿Cuáles son algunas áreas donde sabes que estás fallando o no das el ancho? (Comparte ejemplos específicos de cómo has pecado o te has quedado corto recientemente). ¿Qué te dices a ti mismo en esos momentos? ¿Cómo puede la vida perfecta de Jesús consolarte en tu fracaso? ¿Cómo puede el perfecto poder de Jesús ayudarte a pensar, desear, actuar y hablar mejor en estas áreas donde te quedas corto?