Si soy honesto, no sé si realmente necesitamos otro libro —otro libro más— sobre la guía y la voluntad de Dios. Dicho esto, probablemente no existe categoría de libro que recomiende con más frecuencia que esta, simplemente, porque la experiencia demuestra que muchos cristianos —demasiados cristianos— no comprenden cómo Dios espera que nosotros conozcamos su voluntad ni cómo deberíamos esperar que Él nos guíe a aquello que lo complace. Somos bendecidos al tener algunos excelentes recursos a nuestra disposición. El más conocido de ellos es Tus decisiones y la voluntad de Dios escrito por Garry Freisen, un libro en el que se basan muchos de los otros libros, pero que quizás sea un poco intimidante debido a su tamaño (496 páginas en su edición más reciente). El libro de Dave Swavely, Decisions, Decisions [Desiciones, decisiones] es el que recomiendo más seguido, ya que entrega una versión condensada de la obra de Friesen. Se han escrito títulos similares por John MacArthur, Bruce Waltke, J. I. Packer, Phillip Jensen y muchos otros.
El autor que busca agregar algo a esta categoría entra en un campo muy atestado y necesitará un ángulo único. Kevin DeYoung toma este desafío y triunfa de manera admirable, pues escribió un libro corto pero poderoso que realmente impacta mucho. Su ángulo único se refleja en el título: Haz algo. «Mi meta —dice él— no es decirte cómo escuchar la voz de Dios al tomar decisiones, sino que escuches a Dios llamándote a salir de ese largo camino que no lleva a ningún lado, y a tomar una decisión, conseguir un trabajo y, tal vez, casarte». Él teme que muchos cristianos, debido a su comprensión no bíblica de conocer y hacer la voluntad de Dios, están desperdiciando sus vidas haciendo nada cuando deberían estar haciendo, bueno, ¡algo! «Quisiera que consideráramos que tal vez se nos hace difícil descubrir el plan maravilloso de Dios para nuestra vida porque, honestamente, a Él no le interesa que sepamos cuál es. Y tal vez está mal esperar que Él nos la diga».
La comprensión de DeYoung de la voluntad de Dios y de la guía de Dios concuerda mucho con la de Friesen, Swavely y la gran cantidad de otros autores. Él hace la distinción entre la voluntad secreta de Dios (la voluntad de Dios en sus decretos), la voluntad revelada de Dios (la voluntad de Dios en sus deseos) y la voluntad de Dios para nuestras vidas (la voluntad de Dios en cuanto a su dirección). La voluntad de Dios en sus decretos es su voluntad secreta, ordenada desde todos los tiempos: una voluntad que va a ocurrir y que ningún hombre puede frustrar. La voluntad de Dios en sus deseos es su voluntad revelada en la Escritura: una voluntad que a veces obedecemos y otras veces desobedecemos. La voluntad de Dios en su dirección es la que responde a esas preguntas que tenemos sobre trabajos, cónyuges, casas y todo lo demás. Según DeYoung, este es el meollo del asunto: «¿Tiene Dios una voluntad secreta en su dirección que Él espera que conozcamos antes de actuar? La respuesta es no». Si bien tenemos la libertad de pedir su dirección y debemos ser dedicados a la oración en todo asunto, Dios no nos da la carga de buscar su voluntad de dirección antes de tomar decisiones. «Dios tiene un plan específico para nuestras vidas, pero no es uno que Él espera que conozcamos antes de tomar una decisión». «Confiar en la voluntad de Dios en sus decretos es bueno. Seguir la voluntad de Dios en sus deseos es obediencia. Esperar que Dios nos revele su voluntad por medio de su dirección es un desastre». La solución es simple: debemos tener confianza en la voluntad oculta de Dios, debemos buscar, creer y obedecer la voluntad de Dios y debemos, entonces, usar la sabiduría para tomar decisiones que Dios bendecirá. Debemos usar lo que Dave Swavely acertadamente denomina: «razonamiento santificado». DeYoung provoca que el lector considere esto: «Si ciertamente hay una voluntad perfecta de Dios que tenemos que descubrir, donde encontramos gran libertad y plenitud, ¿porque parece que todo el que está buscando esa voluntad vive esclavizado y confundido?».
Entonces, así es cómo debemos vivir dentro de la voluntad de Dios:
Así que ve y cásate con alguien, con tal de que sea creyente y de que ambos disfruten estar juntos. Sal a buscar un trabajo, con tal de que no sea malvado. Ve y vive en algún lugar de algún país con alguien o sin nadie. Pero deja a un lado la pasividad, la búsqueda de plenitud completa, el perfeccionismo y la preocupación por el futuro. Y, por amor a Dios, empieza a tomar decisiones en tu vida. No esperes las maripositas en el estómago. Si estás buscando primeramente el Reino de Dios y su justicia, estarás haciendo la voluntad de Dios, ¡así que simplemente ve y haz algo!
La voluntad de Dios para tu vida, en realidad, no es tan complicada como nos parece.
El libro tiene puntos aislados de frivolidad apropiada, pues escribe sobre un jovencito cuyos afectos por una mujer no fueron correspondidos porque «“el Espíritu Santo me dijo que no”»—DeYoung escribe— «Pobrecito. No solo fue rechazado por esta dulce joven, sino también por el Espíritu Santo. La tercera persona de la Trinidad tomó un descanso de apuntar a la gente a Cristo para decirle a esta jovencita que no saliera con mi compañero». De una manera completamente pastoral, DeYoung también trata los asuntos que las personas se preguntan en cuanto a la voluntad de Dios relacionados al trabajo y al matrimonio. En el capítulo final, que sin duda no le quita valor al libro, aunque parece no agregarle mucho, le rinde tributo a su abuelo que ha vivido una larga y productiva vida para la gloria de Dios sin nunca preocuparse por descubrir la voluntad oculta de Dios.
En el breve prólogo de este libro en inglés, Joshua Harris dice que este es su nuevo libro de referencia sobre el tema de la voluntad de Dios y la toma de decisiones. Concuerdo con lo que dice, al menos para quienes están buscando un libro inicial sobre el tema. Friesen sigue siendo más completo y el que sienta las bases, pero este título sin duda es mucho más fácil de leer y mucho más probable que lo lean. Estoy bastante convencido de que cualquier cristiano que lea Haz algo se beneficiará de él. Recomiendo sin reservas que simplemente lo hagas.
Haz algo: descubre la voluntad de Dios. Kevin DeYoung. Poiema Publicaciones, 128 páginas.
Esta reseña fue publicada originalmente en Tim Challies.