Nunca he sido el tipo de persona que disfruta una tarde en una galería de arte. No es que no me guste el arte (en realidad, me gusta), solo que no lo entiendo muy bien. Por supuesto, el hecho de que tenga daltonismo de rojo y verde probablemente no ayuda mucho a mi causa, pero parece que lo que emociona a los artistas, lo que sobresale para ellos, no es mucho para mí.
Uno de esos extraños pequeños recuerdos de mi niñez incluye un día de visita a la galería de arte de Ontario con mis tíos. Ambos son artistas y a ambos les encanta visitar galerías de arte. Hora tras hora entrábamos a una sala con cuadros colgados en cada pared. Yo sondeaba la sala rápidamente, le echaba un vistazo a cada cuadro, luego iba al centro de la sala y tomaba una siesta en un pequeño banco acolchado. Mientras tanto, mis tíos caminaban lentamente, observaban por largo tiempo una pintura, la miraban desde diferentes ángulos y expresaban alegría y deleite por la técnica que usó el artista, por los colores que escogió, por el detalle que incluyó (la luz sobre un objeto, las cuidadosas pinceladas, la sombra, la precisión). Los tres estábamos en esa galería de arte juntos, pero uno de nosotros tuvo una experiencia bastante diferente a la de los otros dos.
Pensé en mis tíos y pensé en esa galería de arte mientras leía el nuevo libro de Paul Washer, El poder & el mensaje del Evangelio. Hay algo en mi naturaleza, creo, que prefiere mirar rápidamente en lugar de observar con detención. Me inquieto rápidamente, busco un momento y luego continúo en otras cosas. Me he dado cuenta de que a menudo es mejor observar detenidamente, ya que ciertas cosas solo pueden verse y comprenderse mediante un estudio largo y dedicado. Esto es exactamente lo que Washer hace en su libro.
El poder & el mensaje del Evangelio es el primer libro de una trilogía de Washer: tres libros que juntos se titulan Recuperando el Evangelio, en los que mira profunda y detenidamente el Evangelio. Washer comienza desde una postura levemente defensiva, mostrando cómo el Evangelio ha sido reducido, descuidado y atacado en tantas iglesias contemporáneas.
Uno de los crímenes más grandes cometido por la presente generación de cristianos es su descuido del evangelio, y es de este descuido que surgen otros males. No es tanto que el mundo perdido está endurecido hacia el evangelio sino que es más bien ignorante del evangelio, puesto que muchos de aquellos que proclaman el evangelio son ignorantes de sus verdades más básicas. Los temas esenciales que conforman la esencia del evangelio —la justicia de Dios, la depravación radical del hombre, la propiciación por sangre, la naturaleza de la verdadera conversión y la base bíblica de la seguridad— están ausentes de demasiados púlpitos. Las iglesias reducen el mensaje del evangelio a unas pocas declaraciones doctrinales, enseñan que la conversión es una decisión puramente humana y declaran seguridad de salvación sobre cualquiera que pronuncia la oración del pecador.
Contra este abandono radical, él dice: «No es propio que nosotros como ministros o laicos estemos tan cerca y no hagamos nada cuando vemos “el glorioso evangelio del Dios bendito” ser reemplazado por un evangelio de menor gloria. Como administradores de este encargo, tenemos la obligación de recuperar el único evangelio verdadero y proclamarlo con valentía y claridad a todos». Esto es exactamente lo que se propone hacer en este libro y en esta serie de libros.
Este libro, entonces, es una mirada larga, cuidadosa y alegre del Evangelio. Es como si Washer entrara a la sala de una galería de arte y estudiara una obra desde un lado primero y luego desde otro. Él retrocede para mirar la obra completa y luego se acerca para examinar los más finos detalles y los matices más meticulosos. Se maravilla del trabajo y se deleita en el arte. Su alegría por esta obra de arte es contagiosa y el lector simplemente no puede evitar ser atraído a la emoción.
No obstante, a diferencia de una obra de arte que es inevitablemente limitada, una obra que tiene fin, el Evangelio es infinito en su profundidad y belleza.
Como predicadores y como miembros de la iglesia, seríamos sabios al ver el evangelio a través de los ojos de [Pablo], y deberíamos considerarlo como digno de cuidadosa investigación a través de toda nuestra vida. Y es que, aunque hayamos vivido muchos años en la fe, aunque poseamos el intelecto de Edwards y la perspicacia de Spurgeon, aunque hubiéramos entendido cada publicación de los padres de la iglesia, los reformadores y los puritanos, y aunque hayamos pasado a través de todos los eruditos de la presente era, podríamos estar seguros de que no habríamos escalado ni la base de este Everest que llamamos evangelio. ¡Aún después de una eternidad de eternidades diremos lo mismo!
En un libro que es profundo, metódico y poderoso, Washer llama a cada cristiano a hacer del Evangelio su obsesión de por vida. «Recuerda esto: siempre debes estar creciendo en el evangelio y en el conocimiento de él. Este no es la introducción al cristianismo, sino que es cristianismo de la A a la Z. No debes dominar el evangelio ni lo harás, ¡más bien, él te dominará a ti!»[1]. Este libro, y los dos que lo siguen, tienen el propósito de permitirte crecer en tu conocimiento del Evangelio para que pueda cada vez más dominarte y deleitarte. El poder & el mensaje del Evangelio persiste en el mensaje del Evangelio y proclama los hechos objetivos de él. El siguiente volumen se centrará en el llamado del Evangelio a la conversión verdadera; el volumen final observará la seguridad y las advertencias del Evangelio.
Este es un libro para todo cristiano: un libro que nos llama a conocer y a deleitarnos en la buena noticia del Evangelio. Es un libro que bendecirá a todo el que lo lea.
El poder & el mensaje del evangelio. Paul Washer. Poiema Publicaciones, 288 páginas.
Esta reseña fue publicada originalmente en Tim Challies.
[1] N. del T.: traducción propia.