Si le prestas un poco de atención a las editoriales cristianas, entonces sabrás que la centralidad del Evangelio es un gran tema en la actualidad, especialmente para las editoriales que etiquetan sus libros en el Nuevo Calvinismo. Aunque, sin duda, es una tendencia, y una que en algún momento comenzará a reducir la velocidad, el punto es claro: el Evangelio importa, e importa para todo. No existe área de la vida que esté fuera del alcance del Evangelio. El Evangelio importa en el púlpito, en casa y en la familia; el Evangelio importa en el trabajo también.
El Evangelio en el trabajo es un libro de Greg Gilbert y Sebastian Treager, y su gran idea es esta: tú trabajas para el Rey, y eso lo cambia todo. No importa lo que hagas, tu trabajo tiene valor porque lo haces para el Señor y para quién trabajas es mucho más importante que los detalles de lo que haces. Esto significa que no existe tal cosa como el trabajo sin sentido ni tal cosa como el trabajo insignificante.
Gran parte del libro está estructurado en torno a dos de las maneras en que podemos permitir que nuestro trabajo se vuelva pecaminoso. Cada una representa un extremo: para algunos la tentación es la holgazanería en el trabajo, mientras que para otros la tentación es idolatrar el trabajo. Algunos esperan encontrar su significancia y valor en el trabajo que realizan, por lo que el trabajo se convierte en «el objeto principal de nuestras pasiones, nuestra energía y nuestro amor. Terminamos adorando nuestro trabajo». No obstante, otros «podemos caer en ser ociosos en nuestro trabajo. Cuando no somos capaces de ver los propósitos de Dios en nuestro trabajo, en realidad no nos importa mucho serlo. Así que acabamos prestándole poca o ninguna atención, o despreciando y descuidando en general nuestra responsabilidad de servir como si estuviéramos sirviendo al Señor». Y tristemente, ambos extremos son celebrados en nuestra cultura.
El desafío de El Evangelio en el trabajo es evitar esos extremos y la manera de hacer eso es al descubrir las implicaciones del Evangelio en lo que haces. «Si eres cristiano, queremos desafiarte a comenzar a conectar la realidad de lo que Dios ha hecho por ti en Cristo para tu trabajo, pensando cuidadosamente sobre cómo esto se aplica y cambia la manera en que piensas sobre tu trabajo».
Ahora, algunos de los libros centrados en el Evangelio que he leído no llegan mucho a conectar realmente el Evangelio con el tema tratado. Afortunadamente, ese no es el caso aquí. El Evangelio nos dice que tenemos un nuevo Amo, una nueva tarea, una nueva confianza y nuevas recompensas, y en cada una de ellas se contrarresta la tentación de trabajar demasiado o muy poco. Permíteme entregarte una cita más extensa que ayuda a mostrar cuidadosamente cómo los autores han pensado esto detenidamente:
Debido a la obra de Jesús en la cruz por nosotros, puesto que Él vive y reina ahora, tenemos identidad, pertenencia, amor, aceptación, perdón, adopción, justificación y recompensa. Todo es nuestro por la eternidad. Porque eso es verdad, somos liberados gloriosamente de tener que buscar esas cosas (o, en lugar de ello, sus imitaciones baratas) en nuestros trabajos. ¿Lo ves? No necesitamos nuestro trabajo para otorgarnos una identidad a nosotros mismos, pues ya tenemos una identidad en Cristo. No necesitamos que nos dé un lugar al cual pertenecer. Ya hemos sido adoptados por Dios gracias a Jesús, y pertenecemos a su familia redimida. No necesitamos trabajar para que nos amen, para que agrademos a otros ni para que nos acepten, tampoco necesitamos demostrarnos que valemos la pena. ¿Por qué? ¡Porque todo eso ya ha sido asegurado para nosotros por Jesús! Por tanto, ¿dónde deja eso al trabajo? ¿Qué rol, entonces, desempeñará en nuestras vidas? Simple, lo deja libre de la imposible exigencia de proveernos algo que nunca tuvo el propósito de darnos y de la excusa de que no importa, ¡y somos libres para vivir vidas de servicio alegre y sincero para nuestro Rey!
A medida que los autores desarrollan su tema, entregan una breve teología del trabajo, pero sólida. Luego avanzan hacia asuntos prácticos: elegir una carrera; encontrar ese difícil equilibrio entre el trabajo, la familia y la iglesia; lidiar con jefes y colegas difíciles; ser un jefe cristiano; y compartir el Evangelio en el trabajo. En cada caso, ellos trabajan desde el Evangelio hacia el consejo y la guía práctica.
El libro me impactó con mayor profundidad en su discusión sobre el éxito. Los autores redefinen el éxito, alejándolo del dinero, del poder, de la influencia, del cambio o de un estándar respetable de vida. Desde una perspectiva simple, el éxito es mucho más sencillo: se mide en fidelidad. No todos somos igualmente talentosos y no tenemos las mismas oportunidades, por lo que necesitamos ser muy, pero muy cuidadosos de no compararnos con otros. Hacerlo puede ser un error fatal. Al contrario, debemos medir el éxito por la fidelidad a Dios en las cosas que Él nos ha llamado a hacer. Eso fue muy liberador y muy animante para mí.
El Evangelio en el trabajo es un libro poderoso y útil exactamente porque el Evangelio realmente sí importa en el trabajo, así como también importa en casa, en la iglesia y en todos los otros lugares. Y puesto que todos trabajamos en algún lugar, en algún momento, este es un libro que todos haríamos bien en leer.