Como una tetera encima de la cocina, la presión continuaba subiendo dentro de mí hasta que la pregunta reventó: «Dios, ¿por qué me hiciste así?». Como nuevo creyente, y alguien que ha experimentado atracción hacia personas del mismo sexo por toda la vida, no podía evitar sentirme como si me hubiese tocado la peor parte. Pensé, si Dios es realmente bueno, ¿por qué simplemente no me quita estos deseos?
Entonces, leí el libro de Tony Reinke sobre John Newton, en el cual, en un capítulo, Reinke describe la visión de Newton sobre el pecado que aún permanece en nosotros. Newton creía que la razón por la que Dios permite tentaciones pecaminosas en las vidas de los creyentes era que Él ha asignado propósitos para las tentaciones que obran para su gloria y, creanlo o no, para nuestro bien.
Cierta victoria
No te equivoques: el pecado es mortal, el pecado difama a Dios y mortificar el pecado por el Espíritu es el trabajo diario del cristiano (Ga 5:17). Por tanto, debemos hacer añicos nuestras tentaciones a pecar (Ro 8:12-13) y, sin descanso orar para que cesen, nunca asumiendo que depende de nosotros luchar contra ellas de por vida. Si eres un cristiano que lucha con la atracción hacia personas del mismo sexo, resuelve por medio del arrepentimiento diario arrancar esto desde las malezas y matarlo sin misericordia. Jesús murió para que pudieras morir a la atracción que sientes hacia personas del mismo sexo (1P 2:24).
Y si persiste, a medida que luchas diariamente contra la atracción hacia personas del mismo sexo, tu victoria es segura. Newton escribe, «aunque el pecado haga guerra, no reinará; y aunque quiebre nuestra paz, no puede separarnos de su amor» (Newton on the Christian Life [Comentarios de Newton sobre la vida cristiana], 115). Tu atracción homosexual persistente podría tentarte y afligirte, pero si le haces guerra por el Espíritu, no puede separarte del amor de Dios (Ro 8:39). Desde esta posición de certeza centrada en Cristo, podemos ver cinco maneras en que las tentaciones que aún perduran en ti pueden, en realidad, obrar para tu bien.
1. Para percibir la gracia sustentadora
Las atracciones hacia personas del mismo sexo pueden ayudarnos a maravillarnos de su gracia sustentadora. Newton dijo que la obra de Dios en la vida de los pecadores es como «una chispa encendida en el agua», y que cada mañana que la llama de la fe continúa encendida debiéramos maravillarnos (116). Dios permite que los cristianos luchen con la atracción hacia personas del mismo sexo, primero porque solo después de que sentimos la intensidad de nuestras tentaciones podemos realmente sentir la fuerza superior de su gracia sustentadora que nos sostendrá hasta el final (1Co 1:8).
Dios está liberándote progresivamente de la atracción que sientes hacia personas del mismo sexo (Fil 1:6), pero Él lo está haciendo de una manera que te permite percibir la fuerza y la terquedad del pecado para que así puedas maravillarte de cómo la gracia sustentadora demuestra ser aún más fuerte (Jud 24).
2. Para sentir la victoria de la cruz
Otro propósito que Dios tiene para la atracción que sientes por personas del mismo sexo es ayudarte a sentir, de una manera real y tangible, la victoria de la cruz. El cristiano que experimenta atracción hacia personas del mismo sexo no puede hablar de pecado en meros términos espirituales. Esta atracción nos fuerza a tener una profunda experiencia física con el poder del pecado, lo que significa para el cristiano, una profunda experiencia física con el poder de la cruz.
La cruz de Cristo transforma esta atracción de un calabozo de oscuridad en un trampolín de triunfo. Por medio de la obra consumada de Cristo en la cruz, tu atracción hacia personas del mismo sexo ya no tienen una fuerza que obliga (Ro 6:6-7), sino que una fuerza que impulsa, una oportunidad para ir hacia dirección de Dios, aferrándose a Cristo y adorándolo a Él.
Cada vez que te sientas triste por los efectos que persisten de la atracción que sientes hacia personas del mismo sexo, levántalos, cantando: «El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo» (1Co 15:56-57). Dios quiere que la atracción que sientes por personas del mismo sexo cree un aprecio palpable de la victoria de Cristo en la cruz.
3. Para ser humillado
Otra razón por la que Dios te permite experimentar la atracción indeseada hacia personas del mismo sexo es para ser humillado. Dios tiene la intención de que la atracción que sentimos cultive una humildad verdadera y una dependencia en Cristo.
Newton nota que si un marino escapa con vida de una tormenta en mar abierto, él estará agradecido, pero pronto olvidará su liberación. No obstante, si un marino escapa «de una tormenta tras otra, de un oleaje tras otro, de una experiencia con la muerte tras otra experiencia con la muerte», como lo describe Reinke, él estará mucho más agradecido y humillado cuando llegue a salvo a puerto (116).
El cristiano que experimenta atracción hacia personas del mismo sexo, como cualquier otro cristiano acosado por tentaciones, «está a salvo en el camino a casa, pero no arrogantemente a salvo» (116). En lugar de ello, él esta humilde y agradecidamente a salvo. Deja que cada oleada de esta atracción y cada ola de tentación te empujen, en humilde gratitud, al puerto que es Jesucristo.
4. Para saborear la dulzura de Jesús
Newton escribe sobre los cristianos que están muy familiarizados con el pecado que aún persiste en ellos: «no habrían conocido tanto de Él, si no hubiesen conocido tanto de sí mismos» (118).
Los cristianos cuyos pecados los rodean como abejas pululando (que diariamente experimentan la falsedad de sus corazones y la debilidad de su carne), cuando descubren que ahora pueden permanecer justos ante Dios por medio de Cristo (Ro 3:24), como una taza de agua fría en una lengua seca como el desierto, el Salvador sabe más dulce. Dios ha planeado que tu atracción hacia personas del mismos sexo pueda ayudarte a sentir una absoluta necesidad de un Salvador, y por consiguiente, ayudarte a saborear mejor la dulzura del Salvador a medida que Él satisface todos tus anhelos y deseos (Sal 107: 9).
5. Para establecer tus esperanzas más allá de este mundo
Reinke resume el propósito final de Newton respecto de las continuas tentaciones al notar que nuestros pecados que aún permanecen «establecen nuestra esperanza en este día futuro, nos previenen de acumular tesoros en la tierra, nos preparan para la muerte y nos mantienen con una expectativa emocionante de la “libertad gloriosa” que vendrá» (119). Puesto que sabemos que toda inclinación a pecar un día será completamente quitada (1Jn 3:2), la atracción hacia personas del mismo sexo anhela el día de su remoción final y completa.
Hasta ese día, Dios estará obrando todo en tu vida (incluso tus tentaciones persistentes) para tu bien. Newton escribe: «Si [nuestros pecados persistentes] nos hacen más viles a nuestros propios ojos y hacen a Jesús más precioso para nuestros corazones, no deben herirnos; al contrario, debemos clasificarlos dentro de todas las cosas que deben obrar para nuestros bien» (119).
En las manos de la fe, cualquier atracción hacia personas del mismo sexo que aún experimentes debe entusiasmarte explosivamente y centrar tu radar en el día en que toda mentira, tentación y obstáculo para tu gozo en Jesús será quitado de tu corazón y verás qué bien Dios ha estado obrando para ti desde el principio. Que esta atracción te ayude a fijar tu atención en la satisfacción superior que te espera (Sal 16:11).
Christopher Asmus © 2019 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso.
Christopher Asmus
Christopher Asmus es el pastor principal de la iglesia Vertical Church St. Paul, una nueva plantación de iglesia en St. Paul, Minnesota. Christopher y su esposa, Alexandria, son felices padres de dos hijos, Haddon y McRae.