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Madeline Arthington ha vivido en Asia central por trece años. Su rol en la International Mission Board es apoyar el entrenamiento y la formación de obreros del Evangelio en Asia central. Ella ama invertir en relaciones con mujeres de su iglesia en Asia central.
El rol de las mujeres en la formación de iglesias sanas
El rol de las mujeres en la formación de iglesias sanas
Nota del editor: este artículo fue publicado originalmente en Great Commission Baptist Journal of Missions y se republicó con permiso. Nota del traductor: a menos que las citas tengan una versión oficial en español, todas las citas son traducción propia.
«¿Debería la iglesia dictar clases de inglés a las mujeres para su crecimiento personal?». Mientras escuchaba cómo esta pregunta encendía una discusión acalorada entre el equipo del ministerio de mujeres de mi iglesia en Asia central, me di cuenta de que reflejaba un debate más profundo sobre el rol de la iglesia en el desarrollo de las mujeres. Sin embargo, quizás la pregunta que vale más considerar no tiene que ver con el desarrollo de las mujeres, sino que, al contrario, ¿cuál es el rol de las mujeres en el desarrollo de la iglesia? En el documento Fundamentos de la International Mission Board se identifican doce características de una iglesia sana: evangelismo, discipulado, liderazgo, predicación y enseñanza, membresía, ordenanzas, adoración, compañerismo, oración, rendición de cuentas y disciplina, ofrendar y misión[1]. Por más de diez años, he sido miembro de la iglesia local de Asia central en una gran ciudad metropolitana. Creo que la iglesia (no sólo mi iglesia local, sino que realmente la iglesia universal) sería transformada si sus mujeres entendieran el inestimable rol que desempeñan en la formación de una iglesia saludable.
Mujeres que cumplen su rol creacional de ayudar a la iglesia
El rol de las mujeres en la iglesia está anclado en el rol único de las mujeres determinado por Dios en la creación. Génesis 2 dice: «Entonces el Señor Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada”» (Gn 2:18). Este rol de ayuda adecuada no se trata de subordinación a los hombres o ser menos que él. La palabra ayuda adecuada, ezer, se usa a lo largo del Antiguo Testamento para referirse a Dios mismo cuando Él ayuda a su pueblo[2]; por ejemplo, «Oh Israel, confía en el Señor; Él es tu ayuda y tu escudo. Oh casa de Aarón, confíen ustedes en el Señor; Él es su ayuda y su escudo. Los que temen al Señor, confíen en el Señor [...]» (Sal 115:9-11). Las mujeres reflejan el carácter de la ayuda poderosa de Dios a su pueblo cuando ellas apoyan y edifican la iglesia[3]. A continuación, presento doce ejemplos de cómo las mujeres pueden ayudar a la iglesia basados en mi experiencia en una congregación de Asia central, usando las doce características de Fundamentos como guía. Desde una perspectiva de plantación de iglesia, mis pensamientos son limitados. He servido sólo en un país con sólo un idioma. Mi contexto siempre ha sido musulmán y está marcado por el honor y la vergüenza. Pero espero que mis reflexiones animen a las mujeres a buscar activamente la salud y el crecimiento de su iglesia local.Mujeres que articulan el mensaje completo (evangelismo)
En Fundamentos se establece que ese evangelismo bíblico significa presentar «el mensaje completo de la santidad y el amor de Dios, la condición de pecado de todo ser humano, el sacrificio expiatorio de Jesús y su resurrección victoriosa por nuestros pecados, y la necesidad de arrepentimiento y fe»[4]. Mi pequeña iglesia cuenta con algunas mujeres valientes. Estas mujeres no temen ser conocidas como seguidoras de Cristo, incluso si significa arriesgar sus relaciones, carreras o reputación. Su fe me anima y desafía. No obstante, rara vez he escuchado a una mujer local articular todo el Evangelio con claridad, aun cuando yo sé que lo comprenden. A menudo se enfocan en un amor ambiguo que reciben de Jesús mientras dejan afuera las palabras menos aceptables como pecado, sacrificio sustitutorio y arrepentimiento que lleva a una nueva vida. La mayoría de estas mujeres son las únicas creyentes de sus hogares[5]. Son madres, esposas, hermanas e hijas de musulmanes muertos en pecado. Estas mujeres en nuestras iglesias deben poder y estar dispuestas a articular el Evangelio claramente si sus seres queridos van a entender y creer. La iglesia está en un terreno de entrenamiento para tener una fluidez en el Evangelio. Las mujeres que discipulan mujeres deben animar, enseñar y modelar la proclamación completa del Evangelio. Las mujeres que guían a nuevas creyentes en las lecciones de bautismo deben ayudarlas a aprender cómo entretejer el Evangelio completo en su testimonio personal. La iglesia será bendecida a medida que mujeres llenas del Espíritu articulen el Evangelio completo.Mujeres que discipulan a mujeres en temas íntimos (discipulado)
Un discípulo cristiano muere a sí mismo y se rinde a la autoridad y gobierno de Dios. No hay ninguna área de la vida de una mujer que tenga un pase libre de la autoridad de Dios. Mientras les enseñamos a las mujeres a obedecer a Cristo en todas las áreas, no debemos descuidar la ética sexual. Muchos asuntos caen bajo este tema, pero quisiera resaltar sólo uno aquí: el aborto. La organización, Passion Life, reporta que sólo el 3 % de los abortos a nivel mundial ocurren en los Estados Unidos[6]. Dentro del mundo musulmán, existe un acuerdo general a partir de un pasaje islámico[7] de que un feto recibe un alma a los 120 días. Una parte del discipulado entre mujeres debe instruir a las mujeres sobre asuntos de la vida: el valor de cada humano, la vida que comienza en la concepción y los propósitos de Dios en el matrimonio, el sexo y los hijos. Es posible que las mujeres de Asia central que vienen a Cristo no odien automáticamente el aborto ni se duelan por los millones de bebés perdidos por medio del aborto, de abortivos y de la fertilización in vitro. La mayoría de ellas nunca lo han pensado dos veces. Esta es un área de la vida cristiana que se descuida frecuentemente en mi contexto. Las mujeres que enseñan a otras mujeres cómo rendirse a Cristo en asuntos íntimos ayudarán a la iglesia a reflejar el cuidado de Dios por la vida.Mujeres que influencian para bien a los ancianos (liderazgo)
Las mujeres en la iglesia pueden ser una influencia poderosa para bien en pastores y ancianos. A medida que aceptan su rol dado por Dios como ayudas adecuadas, las mujeres pueden hacer de los pastores mejores pastores. A decir verdad, algunas mujeres conocen mejor la Biblia que sus ancianos —pueden apoyar a esos ancianos por medio de conversaciones teológicas y recursos para profundizar—. Algunas mujeres podrían tener un don de ánimo (pueden afirmar lo bueno en los ancianos y hablar bien de ellos a otros). Las mujeres pueden orar por sus ancianos; también pueden animarlos al servir con gozo en la iglesia. El reconocimiento público y los títulos son importantes en mi contexto cultural. Esto puede ser problemático cuando personas que no son líderes reconocidos exigen un título para validar las maneras en que quieren servir. Las mujeres que sirven en la iglesia con una fuerza gozosa y tranquila no sólo califican para el liderazgo como diaconisas, sino que también influencian a sus ancianos para bien.Mujeres que conocen la Palabra (predicación y enseñanza)
Una manera en que las mujeres pueden apoyar la predicación y enseñanza bíblica es conocer ellas mismas la Palabra. Una vez una amiga comparó un sermón dominical con un banquete que alguien más prepara y te sirve. ¡Qué festín! Sin embargo, esa comida no dura toda la semana. Su punto era que necesitamos sustento diario para sustentar y dar salud. Para ampliar esta analogía, ¿qué pasaría si sólo comiéramos comida chatarra durante la semana? Comer comida chatarra adictiva, como un versículo que te hace sentir bien sacado de contexto, alimenta el anhelo por la próxima dosis que provoca una satisfacción rápida por medio de la chatarra. En realidad, no nos está nutriendo. Es más, provoca daño. Necesitamos cultivar un paladar por comidas nutritivas (estudio profundo de la Escritura) a fin de apreciar el verdadero festín de un sermón bíblico y expositivo. En muchas culturas, las mujeres son menos propensas a escoger y estudiar un libro debido a la pobre alfabetización o a una carencia cultural de interés en la Palabra escrita. No tiene que ser así. Una querida hermana en mi iglesia aprendió a leer para así poder estudiar la Escritura. A medida que las mujeres conocen la Palabra, también son equipadas para enseñar a otras mujeres. Uno de los maestros más dotados en mi iglesia local es una mujer. Ella conoce la Palabra, enseña a otras mujeres en la iglesia, está involucrada en la escritura y en el entrenamiento teológico, y se somete al entendimiento bíblico del liderazgo de ancianos masculino. Cuando las mujeres conocen la Palabra, tienen discernimiento al escuchar activamente la predicación y la enseñanza pública de la iglesia. Con la ayuda del Espíritu, la Palabra caerá en tierra dispuesta y dará mucho fruto, y esto ayudará a la iglesia.Mujeres que aman al cuerpo (membresía)
La mujer joven se sentó frente a mí en un café lleno de gente y me sonrió con cordialidad. «No he abandonado a Dios. Sólo me sentí juzgada en la iglesia y necesitaba tomarme un tiempo. Deberías alegrarte; estoy mucho más feliz ahora», dijo. Lamentablemente, no era la primera en dejar de asistir a la iglesia debido a que habían herido sus sentimientos, a su sentido de derecho o a las tentaciones mundanas. La membresía bíblica involucra hombres y mujeres que estén comprometidos con reunirse juntos y con practicar los mandamientos de «los unos a los otros», aun cuando sea difícil. Muchos exmusulmanes reaccionan fuertemente ante cualquier insinuación de reglas. Ellos aprecian el amor cristiano y la libertad en Cristo, pero cualquier sensación de obligación cristiana les recuerda las oscuras exigencias del islam. Una cultura de emocionalismo reactivo también contribuye a que muchas mujeres tomen un tiempo en su asistencia si es que sienten que alguien las ha dañado u ofendido. Un erudito en misiones de la Union School of Theology informa:Al responder la pregunta relacionada con sus razones para dejar la iglesia, todos los entrevistados mencionaron el tema de la comunidad en cierta forma, ya sea como una necesidad de pertenencia (L3), un deseo por relaciones de apoyo (L1 y L2), un temor por perder personas cercanas (L4), una necesidad por fortalecer relaciones (L5), un temor por ser rechazado después de haber estado alejado de la iglesia por muchos meses (L7), un conflicto con personas muy sensibles que lleva a sentimientos heridos (L8)[8].Sí, debemos obedecer el mandamiento de la Escritura de congregarnos (Heb 10:25). Las mujeres especialmente deben entender que el corazón de la membresía de la iglesia está enraizada en el amor, no en las reglas: amar a la iglesia como el cuerpo de Cristo y comprometerse a trabajar juntos en las dificultades y en la búsqueda de la unidad cristiana. Las mujeres que aman al cuerpo perseverarán en los desafíos y en última instancia construirán la iglesia.