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Photo of El rol de las mujeres en la formación de iglesias sanas
El rol de las mujeres en la formación de iglesias sanas
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El rol de las mujeres en la formación de iglesias sanas


Nota del editor: este artículo fue publicado originalmente en Great Commission Baptist Journal of Missions y se republicó con permiso.  Nota del traductor: a menos que las citas tengan una versión oficial en español, todas las citas son traducción propia.
«¿Debería la iglesia dictar clases de inglés a las mujeres para su crecimiento personal?». Mientras escuchaba cómo esta pregunta encendía una discusión acalorada entre el equipo del ministerio de mujeres de mi iglesia en Asia central, me di cuenta de que reflejaba un debate más profundo sobre el rol de la iglesia en el desarrollo de las mujeres. Sin embargo, quizás la pregunta que vale más considerar no tiene que ver con el desarrollo de las mujeres, sino que, al contrario, ¿cuál es el rol de las mujeres en el desarrollo de la iglesia? En el documento Fundamentos de la International Mission Board se identifican doce características de una iglesia sana: evangelismo, discipulado, liderazgo, predicación y enseñanza, membresía, ordenanzas, adoración, compañerismo, oración, rendición de cuentas y disciplina, ofrendar y misión[1]. Por más de diez años, he sido miembro de la iglesia local de Asia central en una gran ciudad metropolitana. Creo que la iglesia (no sólo mi iglesia local, sino que realmente la iglesia universal) sería transformada si sus mujeres entendieran el inestimable rol que desempeñan en la formación de una iglesia saludable.

Mujeres que cumplen su rol creacional de ayudar a la iglesia

El rol de las mujeres en la iglesia está anclado en el rol único de las mujeres determinado por Dios en la creación. Génesis 2 dice: «Entonces el Señor Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada”» (Gn 2:18). Este rol de ayuda adecuada no se trata de subordinación a los hombres o ser menos que él. La palabra ayuda adecuada, ezer, se usa a lo largo del Antiguo Testamento para referirse a Dios mismo cuando Él ayuda a su pueblo[2]; por ejemplo, «Oh Israel, confía en el Señor; Él es tu ayuda y tu escudo. Oh casa de Aarón, confíen ustedes en el Señor; Él es su ayuda y su escudo. Los que temen al Señor, confíen en el Señor [...]» (Sal 115:9-11). Las mujeres reflejan el carácter de la ayuda poderosa de Dios a su pueblo cuando ellas apoyan y edifican la iglesia[3]. A continuación, presento doce ejemplos de cómo las mujeres pueden ayudar a la iglesia basados en mi experiencia en una congregación de Asia central, usando las doce características de Fundamentos como guía. Desde una perspectiva de plantación de iglesia, mis pensamientos son limitados. He servido sólo en un país con sólo un idioma. Mi contexto siempre ha sido musulmán y está marcado por el honor y la vergüenza. Pero espero que mis reflexiones animen a las mujeres a buscar activamente la salud y el crecimiento de su iglesia local.

Mujeres que articulan el mensaje completo (evangelismo)

En Fundamentos se establece que ese evangelismo bíblico significa presentar «el mensaje completo de la santidad y el amor de Dios, la condición de pecado de todo ser humano, el sacrificio expiatorio de Jesús y su resurrección victoriosa por nuestros pecados, y la necesidad de arrepentimiento y fe»[4]. Mi pequeña iglesia cuenta con algunas mujeres valientes. Estas mujeres no temen ser conocidas como seguidoras de Cristo, incluso si significa arriesgar sus relaciones, carreras o reputación. Su fe me anima y desafía. No obstante, rara vez he escuchado a una mujer local articular todo el Evangelio con claridad, aun cuando yo sé que lo comprenden. A menudo se enfocan en un amor ambiguo que reciben de Jesús mientras dejan afuera las palabras menos aceptables como pecado, sacrificio sustitutorio y arrepentimiento que lleva a una nueva vida. La mayoría de estas mujeres son las únicas creyentes de sus hogares[5]. Son madres, esposas, hermanas e hijas de musulmanes muertos en pecado. Estas mujeres en nuestras iglesias deben poder y estar dispuestas a articular el Evangelio claramente si sus seres queridos van a entender y creer. La iglesia está en un terreno de entrenamiento para tener una fluidez en el Evangelio. Las mujeres que discipulan mujeres deben animar, enseñar y modelar la proclamación completa del Evangelio. Las mujeres que guían a nuevas creyentes en las lecciones de bautismo deben ayudarlas a aprender cómo entretejer el Evangelio completo en su testimonio personal. La iglesia será bendecida a medida que mujeres llenas del Espíritu articulen el Evangelio completo.

Mujeres que discipulan a mujeres en temas íntimos (discipulado)

Un discípulo cristiano muere a sí mismo y se rinde a la autoridad y gobierno de Dios. No hay ninguna área de la vida de una mujer que tenga un pase libre de la autoridad de Dios. Mientras les enseñamos a las mujeres a obedecer a Cristo en todas las áreas, no debemos descuidar la ética sexual. Muchos asuntos caen bajo este tema, pero quisiera resaltar sólo uno aquí: el aborto. La organización, Passion Life, reporta que sólo el 3 % de los abortos a nivel mundial ocurren en los Estados Unidos[6]. Dentro del mundo musulmán, existe un acuerdo general a partir de un pasaje islámico[7] de que un feto recibe un alma a los 120 días. Una parte del discipulado entre mujeres debe instruir a las mujeres sobre asuntos de la vida: el valor de cada humano, la vida que comienza en la concepción y los propósitos de Dios en el matrimonio, el sexo y los hijos. Es posible que las mujeres de Asia central que vienen a Cristo no odien automáticamente el aborto ni se duelan por los millones de bebés perdidos por medio del aborto, de abortivos y de la fertilización in vitro. La mayoría de ellas nunca lo han pensado dos veces. Esta es un área de la vida cristiana que se descuida frecuentemente en mi contexto. Las mujeres que enseñan a otras mujeres cómo rendirse a Cristo en asuntos íntimos ayudarán a la iglesia a reflejar el cuidado de Dios por la vida.

Mujeres que influencian para bien a los ancianos (liderazgo)

Las mujeres en la iglesia pueden ser una influencia poderosa para bien en pastores y ancianos. A medida que aceptan su rol dado por Dios como ayudas adecuadas, las mujeres pueden hacer de los pastores mejores pastores. A decir verdad, algunas mujeres conocen mejor la Biblia que sus ancianos —pueden apoyar a esos ancianos por medio de conversaciones teológicas y recursos para profundizar—. Algunas mujeres podrían tener un don de ánimo (pueden afirmar lo bueno en los ancianos y hablar bien de ellos a otros). Las mujeres pueden orar por sus ancianos; también pueden animarlos al servir con gozo en la iglesia. El reconocimiento público y los títulos son importantes en mi contexto cultural. Esto puede ser problemático cuando personas que no son líderes reconocidos exigen un título para validar las maneras en que quieren servir. Las mujeres que sirven en la iglesia con una fuerza gozosa y tranquila no sólo califican para el liderazgo como diaconisas, sino que también influencian a sus ancianos para bien.

Mujeres que conocen la Palabra (predicación y enseñanza)

Una manera en que las mujeres pueden apoyar la predicación y enseñanza bíblica es conocer ellas mismas la Palabra. Una vez una amiga comparó un sermón dominical con un banquete que alguien más prepara y te sirve. ¡Qué festín! Sin embargo, esa comida no dura toda la semana. Su punto era que necesitamos sustento diario para sustentar y dar salud. Para ampliar esta analogía, ¿qué pasaría si sólo comiéramos comida chatarra durante la semana? Comer comida chatarra adictiva, como un versículo que te hace sentir bien sacado de contexto, alimenta el anhelo por la próxima dosis que provoca una satisfacción rápida por medio de la chatarra. En realidad, no nos está nutriendo. Es más, provoca daño. Necesitamos cultivar un paladar por comidas nutritivas (estudio profundo de la Escritura) a fin de apreciar el verdadero festín de un sermón bíblico y expositivo. En muchas culturas, las mujeres son menos propensas a escoger y estudiar un libro debido a la pobre alfabetización o a una carencia cultural de interés en la Palabra escrita. No tiene que ser así. Una querida hermana en mi iglesia aprendió a leer para así poder estudiar la Escritura. A medida que las mujeres conocen la Palabra, también son equipadas para enseñar a otras mujeres. Uno de los maestros más dotados en mi iglesia local es una mujer. Ella conoce la Palabra, enseña a otras mujeres en la iglesia, está involucrada en la escritura y en el entrenamiento teológico, y se somete al entendimiento bíblico del liderazgo de ancianos masculino. Cuando las mujeres conocen la Palabra, tienen discernimiento al escuchar activamente la predicación y la enseñanza pública de la iglesia. Con la ayuda del Espíritu, la Palabra caerá en tierra dispuesta y dará mucho fruto, y esto ayudará a la iglesia.

Mujeres que aman al cuerpo (membresía)

La mujer joven se sentó frente a mí en un café lleno de gente y me sonrió con cordialidad. «No he abandonado a Dios. Sólo me sentí juzgada en la iglesia y necesitaba tomarme un tiempo. Deberías alegrarte; estoy mucho más feliz ahora», dijo. Lamentablemente, no era la primera en dejar de asistir a la iglesia debido a que habían herido sus sentimientos, a su sentido de derecho o a las tentaciones mundanas. La membresía bíblica involucra hombres y mujeres que estén comprometidos con reunirse juntos y con practicar los mandamientos de «los unos a los otros», aun cuando sea difícil. Muchos exmusulmanes reaccionan fuertemente ante cualquier insinuación de reglas. Ellos aprecian el amor cristiano y la libertad en Cristo, pero cualquier sensación de obligación cristiana les recuerda las oscuras exigencias del islam. Una cultura de emocionalismo reactivo también contribuye a que muchas mujeres tomen un tiempo en su asistencia si es que sienten que alguien las ha dañado u ofendido. Un erudito en misiones de la Union School of Theology informa:
Al responder la pregunta relacionada con sus razones para dejar la iglesia, todos los entrevistados mencionaron el tema de la comunidad en cierta forma, ya sea como una necesidad de pertenencia (L3), un deseo por relaciones de apoyo (L1 y L2), un temor por perder personas cercanas (L4), una necesidad por fortalecer relaciones (L5), un temor por ser rechazado después de haber estado alejado de la iglesia por muchos meses (L7), un conflicto con personas muy sensibles que lleva a sentimientos heridos (L8)[8].
Sí, debemos obedecer el mandamiento de la Escritura de congregarnos (Heb 10:25). Las mujeres especialmente deben entender que el corazón de la membresía de la iglesia está enraizada en el amor, no en las reglas: amar a la iglesia como el cuerpo de Cristo y comprometerse a trabajar juntos en las dificultades y en la búsqueda de la unidad cristiana. Las mujeres que aman al cuerpo perseverarán en los desafíos y en última instancia construirán la iglesia.

Mujeres que encuentran sanidad en la cruz (ordenanzas)

El Evangelio no es un hecho aislado que vemos desvanecerse en la distancia de nuestras vidas. Permea los momentos diarios de nuestra experiencia cristiana y habla a nuestras relaciones, trabajos, esperanzas y sueños. La cruz es para aquellos que conocen que son pecadores en necesidad de gracia, perdón y restauración. A lo largo de los años, he notado con regularidad a creyentes de Asia central que se abstienen de la Cena del Señor. Entre las mujeres, a veces, ellas se sienten desconectadas espiritualmente, así que se abstienen. Están enojadas con alguien de la iglesia, así que se abstienen. Se sienten heridas por alguien de la iglesia, así que se abstienen. Al principio, parece loable, como si estuvieran tomando el pecado en serio. Sin embargo, temo que en muchos casos pierdan la oportunidad de sanar a través de la participación en la Cena del Señor. Bobby Jamieson, un anciano de la Capitol Hill Baptist Church en Washington, DC, se dirigió a su congregación en relación a cuándo abstenerse. En la mayoría de los escenarios, instó a los miembros a arrepentirse y participar. Él dice que la Cena del Señor es la oportunidad para «recibir y experimentar los beneficios de la muerte de Cristo»[9]. Al participar en la Cena del Señor, los creyentes proclaman que Cristo ya les pertenece por fe, pero también reciben a Cristo, su perdón y su paz una vez más. La Cena del Señor le permite a la iglesia renovar su compromiso tanto con Cristo como con los demás. Jamieson dice que la Cena del Señor «traza una línea derecha entre proclamar la muerte del Señor y amar al pueblo del Señor»[10]. Tom Ascol, en su artículo Worthy Partaking: Examining the Heart [Participación digna: examinemos el corazón], nos recuerda que la advertencia bíblica contra tomar la Cena del Señor sin arrepentimiento es grave[11], pero el impulso es hacia el arrepentimiento. Cada Cena del Señor es una oportunidad para arrepentirse del pecado, volverse al Señor, pasar por alto el pecado de otros y recibir sanidad de la cruz. Participamos de la comunión semanalmente en mi iglesia. ¡Qué oportunidad! A medida que mujeres corren a la cruz por sanidad, fortalecen la unidad de la iglesia.

Mujeres que testifican de la bondad de Dios (adoración)

El documento de Fundamentos recoge testimonios del pueblo de Dios respecto a la definición de la adoración bíblica[12]. En la Biblia, Santiago no nos dice nada nuevo cuando dijo que la lengua es poderosa y capaz de bendecir y maldecir (Stg 3:5-12). En mi contexto cultural, las mujeres son especialmente conocidas por sus lenguas chismosas. Se devoran mutuamente como un banquete, sin siquiera darse cuenta de que sus palabras son como un «veneno mortal». ¡Qué poderoso cambio encontrar una comunidad de mujeres en la iglesia que usan sus palabras para bien! Esto sin duda es parte de la adoración aceptable: un sacrificio de alabanza y labios que reconozcan su nombre (Heb 12:28, 13:15). He descubierto que así como el chisme alimenta más chisme, la alabanza alimenta más alabanza entre quienes tienen corazones transformados. Cuando escuchamos testimonios de alabanza a Dios, nuestra perspectiva cambia. El chisme se transforma en algo desagradable. Miramos la vida con ojos espirituales y ofrecemos nuestros propios testimonios. Muchas de las mujeres en mi iglesia regularmente ofrecen esta adoración aceptable: me animan a alabar y a bendecir a toda la iglesia.

Mujeres que se involucran (compañerismo)

Una práctica común en mi país es un concepto que se describe mejor como ofenderse. Por lo general, implica cierto tipo de silencio en el trato o alejamiento de las relaciones. Este alejamiento puede ser temporal para castigar o dar una lección, o puede ser una completa ruptura de la relación. Ocurre entre amigos, en matrimonios e incluso en las redes sociales siguiendo y dejando de seguir. Darby Strickland dice: «las personas con un fuerte sentido de derecho están centradas en sus propias necesidades percibidas que la razón principal de la existencia de los demás es satisfacer estas exigencias. Cuando otros fallan en hacer eso, los penalizan»[13]. En Asia central, este sentido de derecho no es único en las mujeres, pero algunas mujeres perfeccionan esta ofensa casi como una profesión. Puede involucrar manipulación emocional reflejando la maldición del pecado en mujeres en su nivel más puro. Las mujeres que se involucran, sin embargo, reflejan el amor de Cristo que tolera y soporta. Las mujeres que se involucran en relaciones: preocupándose por otros, usando la Escritura para animar y desafiar, buscando la paz y llevando las cargas de otros, esas mujeres reflejan el Evangelio mismo. Y cuando esto ocurre sin importar las edades, los estatus sociales y las etnias en el contexto de la iglesia, es un testimonio poderoso para un mundo que observa. Las mujeres que se involucran reflejan la esencia de la comunidad bíblica.

Mujeres que oran por la iglesia (oración)

Uno de mis roles en Asia central es el de estratega de oración. Colaboro con un equipo de plantadores de iglesia en Asia central que tienen un corazón por la oración. La gran mayoría de estas personas son mujeres. Podemos reflexionar sobre la relación entre los hombres y la oración (después de todo, Pablo, le dice a los hombres que oren en 1 Timoteo 2:8), pero la realidad es que las mujeres parecen tener una inclinación especial a la más íntima de las disciplinas espirituales. Qué regalo y oportunidad para las mujeres aprovechar esta fortaleza y usarla para orar por la iglesia: sus ancianos, sus diáconos, su crecimiento, sus sermones, su santidad y su unidad. Muchas de las mujeres en mi iglesia en Asia central aman orar. Oran desesperadamente porque saben que necesitan ayuda y creen que Dios las escuchará y hará algo al respecto. Las mujeres piadosas que oran específicamente por la salud de la iglesia impactarán, porque sabemos «[...] La oración eficaz del justo puede lograr mucho» (Stg 5:16).

Mujeres que se advierten entre ellas (rendición de cuentas y disciplina)

En mi contexto, una de las tentaciones más desafiantes para las mujeres creyentes que llegan a Cristo se relaciona al amor y al matrimonio. Las mujeres solteras luchan especialmente con la falta de prospectos de matrimonio cristianos, presiones de la familia musulmana para casarse y las realidades de que los mejores años de fertilidad se están desvaneciendo. Incluso la creyente más dedicada puede caer cuando conoce a alguien que le promete amarla y respetar su fe cristiana. Esta es sólo una de las áreas críticas de necesidad para las mujeres cuando nos exhortamos, animamos y advertimos mutuamente. Cuando las mujeres se involucran en las vidas de las demás, a menudo pueden observar las señales de advertencia de tentación y debilidad antes de que lleguen a ser decisiones pecaminosas. Sin embargo, la rendición de cuentas nunca va bien a menos que las otras áreas de una iglesia saludable estén en su lugar, específicamente una rendición ante la autoridad de la Palabra y una cultura de comunión sana. Las mujeres que se exhortan y animan mutuamente hacia la santidad bendecirán a la iglesia y ayudarán a evitar muchas instancias de disciplina en la iglesia.

Mujeres que apoyan a la iglesia (ofrendar)

Aunque todos somos llamados a dar generosamente para apoyar el ministerio, es interesante notar a las mujeres mencionadas en el Nuevo Testamento como benefactoras generosas. Susana y Juana apoyaron a Jesús con sus posesiones (Lc 8:1-3). Febe fue una patrocinadora de muchos, incluso de Pablo (Ro 13:1-2). Lidia dio de su propia riqueza, incluso puso su propia casa a disposición para que la usaran (Hch 16:14). No obstante, no sólo son mencionadas las mujeres acaudaladas. Una viuda desconocida es a quien Jesús elogia por su ofrenda sacrificial: «todo lo que tenía para vivir» (Mr 12:44). Las personas de mi país están sufriendo económicamente. La economía está fallando y para muchos es difícil comprar comida. A pesar de ello, quienes dan a la iglesia reflejan una comprensión respecto a que su dinero no les pertenece. Todo en sus vidas le pertenece a Dios y Él bendecirá al dador alegre (2Co 9:6-7). Como una estadounidense rica, a menudo me siento incómoda al interactuar con mujeres de mi iglesia respecto a las finanzas. Pero, al final, podemos y debemos reflejar al dador alegre ya sea que seamos una acaudalada Susana o una pobre viuda. Las mujeres que dan generosamente apoyarán el crecimiento del Evangelio por medio del ministerio de la iglesia local.

Mujeres que ven la visión (misión)

Apocalipsis entrega la visión final en las misiones: «[...] una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero [...]» (Ap 7:9). He notado que es difícil para los creyentes de mi contexto apartar su mente de su propio pueblo debido a las necesidades espirituales a su alrededor. En mi iglesia, oramos regularmente por los perdidos (por nuestros vecindarios, por nuestros vecinos, por nuestros familiares e incluso por el país completo), pero rara vez conversamos sobre las naciones. Entre las mujeres de mi iglesia, hay desesperación por que Dios salve a sus esposos, padres e hijos. La visión de Apocalipsis 7 exhibe la gloria de Dios de una manera que transforma nuestros pequeños mundos. Nos saca de nuestra perspectiva limitada y nos pone en la primera fila de los propósitos y planes de Dios. Cuando las mujeres ven y comprenden esta gran visión, no reemplaza sus oraciones por sus familias. Las realza y da espacio para que esas pequeñas visiones crezcan en el gran plan de Dios. Las mujeres que oran, observan y esperan que Dios cumpla su gran plan entre las naciones ayudarán a la iglesia a permanecer fiel a los propósitos de Dios y, quién sabe, quizás incluso ellas mismas un día dejen su hogar para servir entre las naciones[14].

Mujeres que perseveran

Tengo un largo camino por recorrer para cumplir mi propio rol como ayuda adecuada en la iglesia. Mi propio ego, mi agenda y mi pereza se infiltran sigilosamente y me distraen del rol dado por Dios. En esa conversación sobre clases de inglés que mencioné en la introducción de este artículo, expresé indignación envuelta en una devoción por el entendimiento bíblico de la iglesia. No obstante, la realidad de mi indignación farisaica no tenía nada que ver con pureza bíblica, simplemente no me gusta enseñar inglés. Quizás esta es una manera en la que puedo involucrarme en relaciones y apoyar al cuerpo. Entonces, con una mente renovada, volveré a la conversación y oraré para que el Señor me muestre lo que realmente significa ayudar a la iglesia, para la gloria de Dios y el bien de su cuerpo. Espero que tú hagas lo mismo.
Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.
[1] International Mission Board. (2022). Fundamentos (pp. 80-83). [2] Bible Study Tools Hebrew Lexicon. (s.f.) Ezer. En el diccionario biblestudytools.com. Recuperado el 13 de marzo de 2023 en https://www.biblestudytools.com/lexicons/hebrew/nas/ezer-2.html. [3] Equipo de Theology of Work Project. (s.f) Women Workers in the Old Testament [Mujeres y obreras en el Antiguo Testamento]. Theology of Work Project. https://www.theologyofwork.org/key-topics/women-and-work-in-the-old-testament//#god-created-woman-as-an-ezer-kind-of-helper-genesis-218. [4] International Mission Board. (2022), Fundamentos (p. 68). [5] P, J. (s.f.). 10 Specific Prayers for Christians from a Muslim background [Diez oraciones específicas por los cristianos con un trasfondo musulman] Global Christian Relief. https://globalchristianrelief.org/christian-persecution/stories/10-specific-prayers-muslim-background-believers [6] Passion Life. (s.f.). Our Work. https://www.passionlife.org/our-work [7] La Sunna. (s.f.), https://sunnah.com/bukhari:6594. [8] Nombre del autor omitido por razones de seguridad. (21 de noviembre de 2016). A Study of Attrition in a Muslim-background Congregation of Protestant (Evangelical) Believers in [City Name] [Un estudio sobre la deserción en una congregación de creyentes protestantes (evangélicos) de origen musulman en [nombre la de ciudad]]. Disertación no publicada. Presentada a la Union School of Theology/Chester University en cumplimiento parcial con los requisitos para obtener el grado de MTh en Teología en el Contexto Bíblico. [9] Jamieson, B. (16 de octubre del 2022). When Should I Abstain from the Lord’s Supper? [¿Cuándo me debo abstener de la Cena del Señor?] [Grabación de audio de un sermón] Capitol Hill Baptist. https://www.capitolhillbaptist.org/sermon/when-should-i-abstain-from-the-lords-supper [10] Íbid. [11] Ascol, T. (1 de noviembre del 2006) Worthy Partaking: Examining the Heart. Ligonier Ministries. https://www.ligonier.org/learn/articles/worthy-partaking-examining-heart [12] International Mission Board. (2022), Fundamentos (p. 82). [13] Strickland, S. Entitlement: When Expectations go Toxic [El sentido de derecho: cuando las expectativas llegan a ser tóxicas] The Journal of Biblical Counceling 29(1) p. 20. https://www.ccef.org/jbc-article/entitlement-when-expectations-go-toxic [14] Shanee, S. (2019) Coworkers: A Biblical Study on Women in Missions [Compañeras de obra: un estudio bíblico sobre mujeres en misiones]. https://drive.google.com/file/d/1ih-V5tQQVJ4VLoRbKHe6Y65BHG5gW2Ik/view