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Jon Nielson (DMin, Trinity Evangelical Divinity School) sirve como pastor principal de Christ Presbyterian Church (PCA) en Wheaton, Illinois. Es coeditor del libro Gospel-Centered Youth Ministry [Ministerio de jóvenes centrado en el Evangelio] y es autor del paquete de productos de teología básica. Él y su esposa, Jeanne, tienen cuatro hijos.

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Cómo orar por el crecimiento espiritual de tu adolescente
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Cómo orar por el crecimiento espiritual de tu adolescente


Este artículo forma parte de la serie Cómo orar publicada originalmente en Crossway.

Ora la Biblia

Acabo de cumplir 40 y dentro de dos meses tendré a un adolescente viviendo en mi casa, ya que mi hijo mayor cumplirá trece años. ¡Uf! Así que me uno a todos ustedes que están criando adolescentes y que están buscando apuntarlos de manera intencional, encantadora y devota a Jesús y a la preciosa Palabra de Dios. Si eres un seguidor de Jesucristo, ya sabes que debes orar por tu hijo adolescente. Sin embargo, tal vez tengas dificultades para saber exactamente cómo orar y por qué, específicamente, debes orar. Aquí te ofreceré siete oraciones específicas que estoy haciendo por mi propio (casi) adolescente y que te animo a orar por el tuyo. Asimismo quiero animarte a que tomes un momento para leer los versículos bíblicos que fundamentan estas oraciones específicas.

1. Ora por un milagro (2 Corintios 5:17)

Para cualquier pecador, muerto en sus pecados (ver Ef 2:1-3), ¡escuchar el Evangelio, arrepentirse de sus pecados y creer en Jesucristo con una fe salvífica es un milagro! Es Dios, por el poder del Espíritu, quien hace que un corazón muerto cobre vida en fe hacia Cristo. Por esta razón Pablo no dice que si alguno está en Cristo es «reparado», «mejorado» o «más feliz»; ¡él dice que él o ella es una «nueva creación»! Eso es lo que le pedimos a Dios que haga por nuestros adolescentes. Ciertamente, somos llamados a contarles la Palabra de Dios a ellos, apuntarlos a Jesús, llevarlos (¿¡arrastrarlos!?) a la iglesia, pero sólo el Espíritu Santo puede hacer que sus corazones cobren vida en arrepentimiento y fe hacia Jesús. Y esa es la obra salvadora milagrosa de Dios: su regeneración.

2. Ora por amistades en el Evangelio (1 Samuel 18:1)

Rápidamente, después de mis oraciones por la obra milagrosa, regenerativa y salvadora en los corazones de mis hijos, viene mi oración por amigos que caminen junto a ellos (no sólo en compañerismo, sino que en ánimo mutuo en Cristo). Oro por amigos que busquen a Dios y le digan a mi adolescente: «¡vamos! ¡Sigamos juntos a Jesús!». Pienso en Juan 1:45-46, cuando, en respuesta a la pregunta cínica sobre Jesús de Natanael, Felipe simplemente invita a su amigo: «ven, y ve». Oremos: «Señor, trae amigos a las vidas de nuestros adolescentes que los inviten: “vayamos juntos a adorar y a servir a Jesús. Ven, y ve”».

3. Ora por un apetito cada vez mayor por la Palabra de Dios (1 Pedro 2:2-3)

A menudo les he explicado a los adolescentes que la lectura bíblica personal es un poco como aprender a amar el café. El café es un «gusto adquirido» —y personalmente recuerdo agregar con el tiempo un poco más de café a mi chocolate caliente en las mañanas cuando era universitario, ¡sólo para graduarme como un amante (¿adicto?) empedernido del café!—. A medida que animas a tu adolescente a cavar en la Biblia por su propia cuenta, ora para que su apetito por la Palabra de Dios crezca constantemente. Pídele a Dios que desarrolle sus «papilas gustativas» espirituales para que comiencen a disfrutar leer la Biblia y despierten con un antojo por ella más de lo que se te antoja tomar café. Ora para que crezca en ellos un amor por la Palabra de Dios.

4. Ora por una fe que se mueva de la mente al corazón (Salmo 42:1)

Le has enseñado a tu adolescente las cosas de Dios y esperamos que esas enseñanzas sean reforzadas por los pastores, los líderes de jóvenes y hombres y mujeres piadosos de la iglesia. Ora, entonces, para que Dios mueva sus afectos por Dios a medida que crecen en su conocimiento de Él por medio de su Palabra. Pídele a Dios que envíe su Espíritu para que les ayude a «buscar» a Dios como el salmista imagina al «ciervo» salvaje buscar agua en un día caluroso. Ora para que tu adolescente crezca para decir de Jesús: «creo en Él y lo amo». Esto también es una obra del Espíritu de Dios; pidámosle a Dios que haga su obra en los corazones de nuestros adolescentes.

5. Ora por voces influyentes entre tu edad y la de ellos (Tito 2:1-6).

Padres, necesitamos otras voces que les hablen a las vidas de nuestros adolescentes y refuercen las verdades que escuchan de nosotros, pero que no siempre escuchan realmente. En nuestro contexto de iglesia, Dios ya ha comenzado a responder esta oración de manera hermosa a través de universitarios (que resultan ser atletas y ¡mis hijos aman los deportes!) que aman a Jesús, que sirven a la iglesia y que han tomado un interés relacional por mis hijos. Qué bendición. ¡Qué gozo saber que mis adolescentes escucharán la verdad de Dios de mi parte así como de esos jóvenes adultos que podrían ser o no ser más geniales que mamá y papá! (al menos desde la perspectiva de mis adolescentes). 

6. Ora por un amor cada vez mayor por la iglesia (Efesios 2:19-22)

Aún recuerdo el olor de los viejos y rancios himnarios en la banca de la iglesia donde crecí. Recuerdo las pequeñas tarjetas de oración azules en las que hacíamos dibujitos durante un largo sermón (y en las cuales a veces —lo admito con vergüenza— componíamos peticiones de oración extrañas y fabricadas que echábamos en el canasto de las ofrendas). Recuerdo las conversaciones incómodas (personas que pensé que eran extrañas u otros santos mayores que parecían estar un poco molestos por mi energía y la de mis hermanos). Pero también recuerdo crecer sintiendo en mi corazón esto sobre la iglesia: «este es mi hogar. Esta es mi familia. Este es el pueblo de Dios». No me di cuenta de golpe, pero en la universidad, amaba a la iglesia. Sabía que ser un seguidor de Cristo significaba involucrarme de manera significativa con hermanos y hermanas en Cristo (y eso significaba poner a la iglesia local en el centro de mi vida). Padres, oren para que sus adolescentes crezcan en amor hacia la iglesia y modelen ese amor en sus actitudes, palabras y compromisos con su iglesia.

7. Ora por valentía para vivir por Cristo en una cultura pagana (Romanos 12:1-2)

Se necesita valentía para seguir a Jesucristo hoy, especialmente para los adolescentes. Bombardeados por imágenes y mantras culturales en las redes sociales, presionados hacia la «tolerancia» e incluso la celebración de comportamientos pecaminosos de todos los lados e inmersos en una sociedad que es más poscristiana con cada día que pasa, nuestros jóvenes necesitan coraje para mantenerse firmes por Jesucristo y la Palabra de Dios. Ora para que Dios transforme sus corazones y mentes a fin de amar y atesorar a Cristo por sobre todo lo demás de modo que tengan la fuerza de no conformarse al patrón de este mundo. Así que, padres, oremos.

Jon Nielson es el autor de God’s Great Story: A Daily Devotional for Teens [La gran historia de Dios: un devocional diario para adolescentes].

Este artículo fue publicado originalmente en inglés y traducido con el permiso de Crossway.
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Seis ideas para pensar sobre Halloween con tus hijos
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Seis ideas para pensar sobre Halloween con tus hijos

Piensen bíblicamente

Bueno, es esa temporada del año otra vez. Las noches son más frescas. Las hojas comienzan a cambiar de color y a caerse de los árboles. El cambio de horario de verano está a la vuelta de la esquina. Y las personas de tu iglesia están discutiendo sobre Halloween… ¡qué maravilla! Un santo mayor y piadoso te frunce el ceño con desaprobación mientras mencionas que llevarás a tus hijos a pedir dulces, mientras la familia al otro lado de la banca ¡está preparándose para su fiesta anual de disfraces, con tallado de calabazas y música espeluznante incluido! ¿Qué debe hacer un cristiano cuando llega el 31 de octubre? Como padre de cuatro niños pequeños, estoy justo en medio de la «moda» de Halloween. Escoger el disfraz correcto requiere semanas de cuidadosa planificación. El tema de chisme de la escuela y la conversación en círculos de niños de ocho años es recorrer la calle principal para pedir dulces («¡escuché que los Hunter dan barras de chocolate de tamaño real!»). Mi hijo de seis años me está rogando visitar la casa embrujada local (la respuesta es: «no»). No tengo todas las respuestas, pero mi esposa y yo hemos buscado pensar bíblicamente sobre esta ocasión que aparece cada año en este tiempo. Y por lo tanto, humildemente ofrezco seis ayudas para ustedes, padres, a medida que piensan qué hacer con Halloween como familia.

1. Disfrútalo, pero no lo celebres

Esta se ha convertido en una de las maneras en que buscamos distinguirnos de otros niños en la forma en que nos involucramos con Halloween versus cómo nos involucramos con Navidad y Pascua. Disfrutamos Halloween. Nos divertimos con los disfraces, nos gustan los dulces (y, admitámoslo, ¡nosotros, los papás, sacamos nuestra parte!), y disfrutamos llevar a nuestros hijos a buscar dulces con nuestros amigos y sus hijos. No obstante, no celebramos Halloween. No nos involucramos emocional ni devotamente con este día de ninguna manera. Disfrutamos Halloween; celebramos Navidad y Pascua. Estos son días magnificentes en el calendario de nuestra iglesia, no sólo en nuestro calendario cultural. Celebramos estos días recordando de qué se tratan: la encarnación de Jesucristo y la gloriosa resurrección de nuestro Señor y Salvador. Halloween es un tiempo para tener cierta diversión; Navidad y Pascua son tiempos para adorar.

2. Nunca glorifiques la violencia, el mal ni lo sangriento

Aun cuando Halloween puede ser una ocasión para algunos inofensivos disfraces y quizás incluso para «dar un paseo en un carro de heno embrujado» con algunas personas de buen carácter que salen y gritan «bu», nunca es una ocasión para glorificar la violencia, el asesinato o el daño a un ser humano. Algunos disfraces, películas y casas embrujadas se sobrepasan en este sentido. No es un impulso piadoso el que lleva a alguien a emocionarse por extremidades amputadas, armas sangrientas y máscaras o escenas grotescamente sangrientas. Como seguidores del Señor resucitado, quien un día resucitará a su pueblo de entre los muertos —como seguidores del Creador amoroso, quien hizo a cada hombre y mujer a su imagen— no debemos glorificar ni deleitarnos en la destrucción violenta de su imagen. No, ni siquiera por un día cada año.

3. Busca conocer y amar a tus vecinos

Cuando se trata de Halloween en la cuadra, este día puede ser una ocasión para servir, amar y conocer a las personas de tu vecindario. Cuando llevas a tus hijos a buscar dulces, haz una pausa para tener una conversación con la familia que vive a la vuelta de la esquina. O considera quedarte en casa, llenar un pocillo grande con dulces y agregar algunas palabras de ánimo a medida que le entregas dulces a los niños y a los padres que tocan el timbre. El año pasado, llevar a mis hijos a buscar dulces en el vecindario de mis padres en realidad ¡ayudó a mi mamá y a mi papá a conocer a sus vecinos por primera vez! No pierdas la oportunidad de construir relaciones que podrían llevar a una comunicación clara del Evangelio de Jesucristo.

4. Ten confianza en el poder de Cristo sobre la oscuridad

Es verdad que algunos aspectos de Halloween pueden remontarse a rituales oscuros y pueden estar conectados con una fascinación por lo oculto. El 31 de octubre sin duda ha sido un día que ha sido nombrado y reclamado por personas fascinadas por la oscuridad, atraídas por lo demoníaco y que aman coquetear con el miedo, con el terror e incluso con la maldad en su totalidad. No obstante, como cristianos, no debemos paralizarnos por la superstición temerosa de que podríamos estar apoyando la obra del diablo mientras le entregamos dulces a los niños de cinco años vestidos como brujos en nuestra puerta. Jesucristo, nuestro Salvador, es más grande que aquel que está en este mundo. De hecho, Pablo nos recuerda que Jesús ya triunfó sobre los poderes de la oscuridad en la cruz, haciendo de ellos un «espectáculo público» (Col 2:15). Si decides involucrarte en Halloween de alguna forma, hazlo sabiendo que sirves a un Salvador que es más poderoso que Satanás, más brillante que la oscuridad, y que provoca que los demonios se estremezcan. Y dale algunos Skittles al vampiro miniatura en la entrada de tu casa.

5. Aprovecha Halloween . . . y celebra el Día de la Reforma

Para aquellos de nosotros que celebramos la Reforma, iniciada por Martín Lutero y la traducción y predicación de la Palabra de Dios, podemos recordar que el 31 de octubre es significativo debido a su lugar en la historia de la iglesia… no sólo por los dulces en las calabazas plásticas de nuestros hijos. Este domingo que viene en nuestra iglesia, les recordaremos a nuestra congregación que es el domingo de la Reforma. Seguimos la tradición de aquellos reformadores que valientemente insistieron en las verdades bíblicas en relación a nuestra salvación: sólo por Cristo, sólo por la fe, sólo por gracia. Así que disfruta de ir a buscar dulces el jueves; celebra la Reforma el domingo.

6. A veces podemos estar de acuerdo con no estar de acuerdo

Finalmente, está bien admitir que la familia de tu iglesia que organiza la fiesta de Halloween y que la mujer que frunce el ceño y desaprueba la fiesta probablemente no van a estar de acuerdo. La vida puede continuar. No obstante, esa familia probablemente puede intentar entender un poco más las dudas sobre Halloween que algunos de su iglesia tienen. Quienes se restan de disfrutar Halloween probablemente pueden darles a los creyentes que aman a Cristo el beneficio de la duda. Y, por la gracia de Dios, pueden estar juntos y cantar a todo pulmón Castillo fuerte el domingo de la Reforma.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés y traducido con el permiso de Crossway.