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Reseña: Lado a lado
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Reseña: Lado a lado

Quiero poner, desde el principio, todas mis cartas sobre la mesa. Si quieres que los miembros de tu congregación sean más activos y hábiles para discipular a otros; entonces, no hay mejor libro para ellos (o para ti, en ese sentido) que Lado a lado de Ed Welch.

«Todos necesitamos ayuda»

El propósito del libro es ayudar a los cristianos a desarrollar las habilidades que necesitan para ayudarse mutuamente. Welch cree que quienes son más hábiles para ayudar son aquellos que reconocen que necesitan ayuda. «Todos necesitamos ayuda —esto simplemente es parte de lo que significa ser humano. La ayuda que necesitamos va más allá de cosas como pintar nuestra casa o encontrar un buen mecánico. Es mucho más profunda que eso. Necesitamos ayuda para nuestras almas, especialmente cuando estamos pasando por dificultades». En los capítulos 1 al 3, Welch describe varias formas de sufrimiento que experimentamos y cómo nuestra respuesta a él nos lleva ya sea a acercarnos a Dios o a alejarnos de Dios. En los capítulos 4 al 6, Welch continúa discutiendo sobre el sufrimiento y el pecado, y cómo debemos responder a ellos. El pecado debe provocar que pidamos ayuda al Señor y a otros. Las personas hábiles para ayudar reconocen su propia necesidad de ayuda. Welch dice: «Cualquier cosa que nos recuerde que somos dependientes de Dios y de otras personas es algo bueno. De otra manera, nos engañamos al pensar que somos autosuficientes, algo que seguramente viene seguido de la arrogancia». Sin embargo, el libro no trata solamente nuestra necesidad, también aborda que otros nos necesitan. En la Parte 2, se describe cómo el Señor nos usa para ayudar a otros en sus sufrimientos y batallas con el pecado. «Esta es la forma en que la iglesia avanza—a través del amor y cuidado mutuo». En el capítulo 7, Welch disipa la noción de que solo los expertos y los consejeros están equipados para ayudar a otros. Puesto que Dios nos ha dado su Espíritu, todos podemos servirnos mutuamente. En los capítulos 8 al 11, se resaltan las habilidades básicas que todo cristiano necesita para hacer el bien espiritual a los demás. En los capítulos 12 al 14, se detallan habilidades específicas que nos ayudan a amar a aquellos que sufren. Por último, en los capítulos 15 al 17, encontramos sabiduría para caminar con otros en las luchas personales con el pecado.

Humildad y amor

Lo dije al comienzo, pero lo repetiré: me encanta este libro. No podría recomendarlo más. No se me ocurren otras maneras de mejorar el libro. Permíteme entregarte dos razones por las que recomiendo tanto este libro. En primer lugar, el «método» que Welch entrega para llegar a ser más hábiles en el discipulado de otros es útil y simple. Aquí está, en tres palabras: humildad y amor. No, en serio, ese es su método.  Al discutir la primera parte de su método, Welch simplemente instruye: sé humilde; admite que necesitas a otros; comparte tus cargas con ellos; habla sobre el pecado en tu vida. Welch dice: «Si deseamos ser percibidos como competentes y en control, no vamos a pedir que oren por nosotros. Si conocemos que los humanos, por naturaleza, están en necesidad espiritual, y que el plan de Dios es que nos volvamos a Él y a otras personas en busca de ayuda, vamos a pedir apoyo de oración». Básicamente, debemos decirles a otros lo que Dios dice sobre nosotros. Necesitamos ayuda. En la segunda parte del método, Welch nos enseña a acercarnos a otros en amor: pregúntales cómo están y hazlo sinceramente; ve más allá de la conversación superficial. «Esperamos aprender lo que es importante para la persona con la que estamos hablando, lo cual es otra manera de decir que esperamos escuchar lo que está en su corazón. El camino hacia el interior es escuchar lo que es apreciado, lo que es amado, lo que es temido, lo que es difícil— escuchamos cómo se siente la persona». Amar a otros significa seguir sus afectos y entrar en las historias más profundas de sus vidas. Es estar presente durante el sufrimiento y estar preparado para abordar el pecado. Es orar con y por otros constantemente.  He leído varios libros cristianos que apuntan a ayudar a que los creyentes ayuden a otros. Aun cuando todos tienen fortalezas, a menudo encuentro que los métodos que se proponen son engorrosos y difíciles de emplear. El «método» de Welch no es el caso. Es simple y bíblico: sé humilde y ama a los demás.

Discipulado en el mundo real

La segunda razón por la que me encanta este libro es que satisface un área muy necesaria en la literatura de discipulado. Aun cuando hay muchos libros sobre discipulado, ninguno ayuda a formar interacciones diarias con otras personas como este libro. Lado a lado busca prácticamente cruzarse con la rutina diaria de la vida y ofrecer ideas tangibles que todos podamos implementar de inmediato. Y, seamos realistas, si vamos a crecer como discípulos y discipuladores, ocurrirá en las miles de interacciones rutinarias y corrientes a través de las cuales somos conformados a la semejanza de Jesús. Con ese objetivo, Lado a lado ofrece sabiduría profunda para el discipulado diario. En la Parte 1, Welch organiza visualmente las diversas circunstancias que todos enfrentamos en lo que él denomina «radiografía» de nuestra experiencia humana. La categorización de estas circunstancias entrega una rúbrica realmente útil para considerar los tipos de dificultades que todos enfrentamos, las que, a su vez, nos ayudan a ser conscientes de las maneras en que nosotros, y otros, podrían sufrir. Welch también hace preguntas penetrantes y perspicaces que revelan nuestra propia necesidad, las cuales destilan claramente de sus 35 años de consejería. Por ejemplo, él dice: «El corazón está ocupado. Es nuestro centro espiritual. La evidencia de su actividad puede ser vista día a día en la mezcla humana de bondad, maldad, miedos, frustraciones, gozos y pesares. Si sigues su pista, llegarás al mismo centro del corazón a encontrarte cara a cara con el Dios verdadero y el estado de tu relación con Él. ¿Estamos intentando crear una existencia por nosotros mismos en el desierto, o estamos activamente conduciendo nuestras raíces hacia el agua?». Tristemente, a menudo reconozco que mis raíces alcanzan tierra seca con más frecuencia de lo que me gustaría admitir. ¿Y tú? Sin embargo, la sabiduría que entrega Welch no es solo para autoevaluarnos, sino que también para crecer en amar a quienes nos rodean. Él nos enseña cómo ser más hábiles al saludar a otros (sí, nos enseña cómo decir «hola» de mejor manera), al hacer preguntas consideradas, al conocer las historias de otros, y cómo estar presentes durante el sufrimiento y preparados para hablar del pecado. Y, en todo, Welch nos anima a la oración constante. Los discípulos amorosos oran por otros.  Si quieres cultivar en tu iglesia una cultura donde sus miembros están profundamente involucrados en las vidas de los demás, una cultura que tenga una fragancia de humildad y amor, entonces tu congregación debe tener este libro. Distribúyelo en la iglesia y arma grupos pequeños para que lo lean juntos (viene con excelentes preguntas para discutir al final de cada capítulo). Considera leerlo con los ancianos. Que seas un pastor no significa que seas bueno para reconocer tu propia necesidad o para ayudar a otros cuando lo necesiten. De hecho, a veces, los pastores necesitan más ayuda en estas cosas que la congregación.  Lee este libro lentamente. Luego, léelo nuevamente. 

Lado a lado: Andando con otros en sabiduría y amor. Edward T. Welch. Publicaciones Faro de Gracia, 156 páginas.

Este reseña fue publicada originalmente en 9Marks.